Abro el periódico y descubro la muerte de Rafael Conte.
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UN SEÑOR…
Está por escribir una historia de la crítica literaria y la cultura española que permita subrayar sus aportaciones personales, de primera importancia.
Rafael escribió muy pocos relatos cortos. Pero uno de ellos, memorable, Esperando a Coundette, figura en una respetable antología del cuento español realizada por Eduardo Tijeras.
Su obra de memorialista, biógrafo, antólogo y crítico de la cultura (mucho más allá de la crítica literaria estricta) ha sido sistemáticamente ocultada por la ignorancia y una callada envidia, que han preferido recordar, siempre, su trabajo como crítico literario emérito, durante poco menos de medio siglo.
INFORMACIONES DE LAS ARTES Y LAS LETRAS
En la Pamplona de finales de los 50 del siglo XX, Rafael todavía era un crítico literario “tradicional”, versado en erudiciones y pasiones locales, que descubría con horrorizado pavor la gran literatura contemporánea, la del Ulises. Durante los 60, se convirtió en hombre orquesta en dos revistas universitarias de referencia, Acento y Aulas, desde donde pasó al semanario SP.
A partir de 1967, su trabajo en el difunto INFORMACIONES [INFORMACIONES y una década prodigiosa] lo convirtió en un maestro de referencia absoluta. Carmen Martínez Romero ha estudiado su imprescindible aportación a la historia de la crítica literaria y la difusión de las ideas en un ensayo universitario, incluido en el volumen Realisme i compromís en la narrativa de la postguerra europea (Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2002), Creación de la industria cultural. Carmen -a quien no conozco- tiene la amabilidad de incluirme, junto a Rafael, en el proceso de “renovación teórica del periodismo literario, en el suplemento literario más importante de la posguerra”. No. Los renovadores y grandes críticos fueron Rafael y Pablo Corbalán, mis padres, mis hermanos mayores, mis maestros. Yo era un jovenzuelo que intentaba aprender de ellos.
RUPTURAS Y MAREA NEGRA
Aquel INFORMACIONES de las Artes y las Letras, a través de Pablo y Rafael, jugó un papel determinante en dos procesos históricos: el rescate de la gran literatura del destierro español, y el lanzamiento del boom latinoamericano. Tuve la suerte de estar en primera línea de combate, como peón de brega de los grandes maestros, que eran ellos.
La Antología de Rafael de la narrativa del destierro vino a apuntalar un proceso que habían lanzado otros pioneros. Nadie como él escrutó durante una corta década la fabulosa ebullición de las literaturas americanas. Nadie como él apuntaló el proceso del rescate de los maestros desterrados. Ambos procesos fueron paralelos de otros igualmente mayores: el gran proceso renovador que encarnaron las novelas de Juan Benet, Cela, Delibes y Juan Goytiloso de aquellos años, consumando una ruptura todavía mal estudiada, si no sepultada en la marea negra que todo lo pudre, desde entonces.
En el terreno estrictamente teórico, fue Rafael quien introdujo en España a autores como Blanchot, Klossowski o el Marqués de Sade, entre muchos otros. Esa tarea teórica, indisociable de la crítica de la cultura, dio frutos notables, como Robinsón o la imitación del libro (1985), Yo, Sade (1990), Una cultura portátil (1990). Sus memorias, El pasado imperfecto (1998), dan todas las pistas esenciales de tales aventuras del espíritu, callando lo esencial: Rafael elude con pudo su puesto central, como maestro de todos nosotros.
MIENTRAS LO DEJARON…
Pocos años más tarde, un grupo de amigos tuvo la idea de proponer la candidatura de Rafael Conte a la Real Academia de la Lengua. Quijotesco empeño, que solo sirvió para recordar la pavorosa miseria que mina los cimientos gangrenosos de nuestras industrias de la incultura y la incomunicación, que él no dejó de denunciar, mientras lo dejaron…
… he intentado escribir con serenidad y distancia de Rafael Conte, silenciando, hasta ahora, lo que no debo callar. Rafael fue algo así como mi hermano mayor, durante unos años, capitales para mí. Su magisterio paternal me ha seguido acompañando. Pour faire parti du “petit clan” es uno de los capítulos de mi libro Retrato del artista en el destierro donde hablo de él y de aquellos años.
La última vez que nos vimos, en Berlamino, por supuesto, Rafael me dijo, cogiéndome del brazo: “Sabes, Quiño, recuerdo muy a menudo a Pablo Corbalán. Él nos reunió. Quiero tenerlo a mi lado, siempre. Y a ti con él”. Amén.
- Escritores, Crítica literaria, Literaturas y Personal en este Infierno.
Bello homenaje. SOLO usted habla de su obra, Mr Q.
Esta noticia me acaba de hacer más gris el día, que ya se ha levantado gris de por sí, aquí al lado de Barcelona, Q. Me ha emocionado mucho su homenaje. Descanse en paz, Rafael Conte.
Este escrito rezuma sentimentos nobles desde la a a la z.
Y el avance inexorable del tiempo.
Gracias.
No conocía a fondo la obra ni la figura de Conte, aunque lo admiraba por sus artículos y críticas, y sobre todo porque me ayudó a conocer a Benjamín Jarnés, uno de los grandes olvidados de la literatura española del XX. Su introducción a la novela Viviana y Merlín de Jarnés, en Cátedra, es de lo mejorcito que se ha escrito sobre este autor.
Juan Pedro,
comparto con tu emotivo texto sobre Rafael Conte la pena de su ausencia. Mantuve con él muchas conversaciones. La última, hace pocos años, en Aranjuez, con motivo del Premio de Relato Breve «Antonio Machado», donde él aquel año era uno de los jurados. Siempre aprecié enormemente sus críticas, su conocimiento, su divulgación. Se notaba cómo se había sumergido en el libro y en el autor, cómo se abría a tantas referencias y cómo entregaba en el periódico su sabiduría lectora. No hay muchos así.
Por otro lado – hablando del «viejo periodismo» – ayer estuvimos celebrando las Bodas de Oro de la Promoción del año 59, aquella que salió del chalecito de la calle de Zurbano donde estaba la Escuela donde yo estudié, cuando ni se soñaba que un día se creara una Facultad. Nos vimos mucha gente: directores de periódicos, novelistas, algún corresponsal que tú conoces y que mandó su adhesión desde el extranjero, mucha gente que ha vivido amplias vicisitudes. Evocamos el periodismo de entonces y las lagunas y adelantos del presente. Estas conmemoraciones te vuelven a traer muy buenos amigos y te llevan también a muchas despedidas. Medio siglo desde que se inició la profesión.
Con Rafael en la memoria, mi abrazo madrileño, como siempe.
JJP
Amén.
Mme Marie, Cristobal, J. Moreno, David, José Julio…
… Mercè,
Su obra, si. ¿Qué mejor y más necesario recuerdo…? ¿Cómo olvidarla?
… Cristobal,
Emoción la mía, la nuestra, compartida. Gratitudes…
… J.Moreno,
Si. Si… lo bueno,lo bello, lo justo, la amistad, el respeto, la memoria.
… David,
Muy oportuno y justo se trabajo sobre Jarnés. Un respeto. Otra faceta y personaje a seguir rescatando. Gracias…
… José Julio,
Con respeto, cariño y amistad… otro punto de encuentro: Rafa publicó un solo cuento… y fue en la antigua <em>Estafeta Literaria</em>… Abrazos,
… Mercè,
Que así sea, es y será, por los siglos de los siglos… polvo, si, pero polvo… unido en la fraternidad,
Q.-
Un pequeño recuerdo más suscitado por Rafael y tantos otros en su morir como viajar.
Un abrazo.
JJP
José Julio,
… misterios e iluminaciones de la memoria, si,
Q.-