La crisis ataca con crueldad en toda Europa. Pero una generación de jóvenes españoles llegados a la edad adulta entre el 2004 y 2005 son víctimas de una incertidumbre y angustia muy particulares: ellos son la Generación desencanto.
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NUEVAS TENSIONES, NUEVAS VIOLENCIAS
La edición europea del semanario norteamericano Time les consagra una amarga cover / portada: “Generation Disappointment”… “Cuando la recesión aprieta en toda Europa, los jóvenes son víctimas del desengaño / desencanto. Llamémosla Generación desencanto. En ninguna parte es tan obvio como España, donde el paro afecta al 17 por ciento de la población y uno de cada tres jóvenes de 25 años está fuera del mercado del trabajo”, escribe Lisa Abend.
En Vigo y otras ciudades de España, Time ha entrevistado a jóvenes que “serían felices” si fuesen “mileuristas” y llegasen a ganar 1.000 euros mensuales. Lorena Domínguez (23 años), Manuel Bao (24 años), Belén Ortiz (25 años), Ramón González (41 años), sin embargo, están condenados al paro, la precariedad, vivir en el domicilio de unos padres acosados ellos mismos por la incertidumbre.
“Esa realidad de jóvenes adultos de 25 a 35 años, condenados a vivir en el domicilio paterno, crea nuevas tensiones, nuevos conflictos, y atiza la tragedia de la violencia doméstica”, afirma un sociólogo citado por Time que prefiere el anonimato.
AMBICIONES FRUSTRADAS
La crisis, la incertidumbre y la angustia social acosan a una gran mayoría de jóvenes europeos, por una razón de fondo que un economista francés, citado por Time, Philippe Askenazy, resume de este modo: “La crisis social es más pronunciada en países como España o Francia, porque los ciudadanos creen que la política debiera crear más empleo. Pero, en tiempos de crisis, ocurre lo contrario y el paro crece rápidamente”.
Los jóvenes españoles de la Generación desencanto perciben el problema en términos de melancólica angustia. Lorena Domínguez declara a Time: “Siempre pensé que yo iría más lejos que mis padres. Ahora me parece un sueño imposible. Y son mis padres quienes ahora están obligados a pagar la hipoteca de mi piso, que no he conseguido vender”. Daniel Lostao declara a la revista norteamericana: “Toda una generación de jóvenes tiene hoy frustradas sus ambiciones”. Generación desencanto.
- Crisis, putas, basura, palizas y seres humanos.
- La crisis es más dura para solteros y solitarios.
- La crisis y el rostro de los seres humanos.
- España, Economía y Sociedad en este Infierno.
TheBrokenHopesofaSpanishGeneration. Time, 16 julio 2009.
Armando says
Tranqui colega, la sociedad es la culpable…
JP Quiñonero says
Armando,
«… tenía veinte años; y no dejaré a nadie decir que esa es la mejor edad de la vida…», decía Nizan hace siglos, citado de memoria. «Tranqui, colega… sal a buscarte la vida…«.
Q.-
Carmen says
Q.- ¿recuerdas una película sobre la familia Panero que se titulaba «El desencanto»? No tiene nada que ver con esta generación pero la palabra me ha recordado aquellos desencantos más… no encuentro el adjetivo.
Por otro lado, y sin saber nada de la historia concreta de la pobre Lorena ¿cómo es posible comprar un piso a los 23 años? A no ser que seas ya funcionario… En estos años corría el rumor de «Tonto el que no compre piso»…
Carmen
JP Quiñonero says
Carmen,
Recuerdo aquella película perfectamente. En verdad, fui yo quien publicó las obras completas de Leopoldo Panero (padre) y quien recibía un dinero semanal -ya en París- que Felicidad Panero le enviaba a uno de sus hijos, que terminó huyendo de su hotel -tras haber metido fuego involuntariamente a las sábadas de su cama- para buscar refugio en mi casa, hasta que me cansé de aquel juego tirando a sórdido,
Q.-
Carmen says
Me dejas pensativa, Q.-. Procuraré conseguir tu edición de Panero. Había en aquella película, en mi recuerdo ya muy lejano pues no he querido volver a verla (pero lo haré porque la tengo en casa)algo dramático y al mismo tiempo falso, como si al hablar mucho se ocultase lo esencial, como si la tragedia griega rozase el vodevil.
Carmen
JP Quiñonero says
Carmen,
Recuerdas Muy bien… tras la tragedia, la mamá y los niños Panero daban una penosa nota. Muy penosa, para mi gusto y para quienes más querían a Felicidad Panero, aunque eso es ya otra historia…
… matiz: lo que yo hice es sugerir, contratar y ordenar el pago de la única edición de las obras de Panero que -si no me equivoco- se ha hecho hasta hoy, publicada por una difunta Editora Nacional en la que yo ejercí como director literario hasta que decidí largarme… un poco cansado del uso diario de trajes, corbatas y otras menudencias de las que estaba harto. Jaime Salinas ha contado en alguna ocasión como un influyente y difunto editor de periódicos de referencia le aconsejó y consiguió el cierre de aquella editorial,
Q.-
Mercè says
También yo preferiría la otra traducción de dissapointment que das: desengaño… Lo de desencanto tiene para muchos el aire del primer posfranquismo. Lo de la peli de Chávarri fue por ahí pero en realidad lo suyo fue del orden del acierto poético de un título, por aquello del azar histórico: la peli se rueda mientras Franco agoniza (insisto, por coincidencia, pues lograr aquel rodaje no fue sencillo y simplemente sucedió así) y se estrena en 1976. La generación desencanto vino luego, no todavía en aquel año glorioso por tantos conceptos… Nunca me sentí a gusto con el nombrecito: ¿quién había estado encantado? Desengaño me parece más exacto.
A mi, en cambio, El desencanto me parece una buena película. Encuentro en ella una honestidad implacable, a pesar del mismo director: pocas veces, en películas españolas de este tipo, llámense documentales o de otra forma, puede asistirse a una desnudez moral como ésta, anglosajona diría yo y ello es para mi un elogio. No se trata de quien miente ni de quien da mejor la cara y, si es así, qué es ese mejor, si mejor para la verdad o para sí mismo, pues difícil es saber qué cosa sea la verdad y más aún qué cosa sea uno mismo… Eso lo da muy bien El desencanto. Ves la peli y sin saber nada de aquella familia, has asistido a un relato bergmaniano/woodyalleniano de una España escanyada, estrangulada…
JP Quiñonero says
Mercè,
Bueno… OK con desengaño. Lo estuve discutiendo con alguna colega. Y opté por la versión más soft. Qué quieres.
Sobre El desencanto… OK en lo de buena película. Lo de honestidad lo pondré entre comillas… «honestidad»… Mamá y nenes Panero montaron el número que a ellos mejor les venía, con un sentido muy «cinematográfico», sin duda; pero con unas elipsis de la estirpe menos honesta, hélas,
Q.-
Emilio says
Es que son dos cosas muy diferentes. No es lo mismo tener un «spell» o una «ilusión» y sufrir un «desencanto», que ser engañado y sufrir un «desengaño».
Los jóvenes españoles están siendo engañados en masa desde hace unos años por aquellos a los que ellos mismos votan y seguirán votando, felices y contentos. Acabo de volver de Barcelona y he escuchado un montón de conversaciones de calle que me lo confirman. Al estilo Q. 2 chicas esperan a renovarse el DNI
– Chica de unos 30 años: Pues me pagan 600 euros, y son para el alquiler. Me los dan y ya están saliendo. Si no fuera por mi madre…
– Compañera colombiana: Ya…. Qué buena la caña, qué rica, luego vamos a comer, qué buena vida aquí. Yo estoy en paro ahorita…
– Sí, van por el número 178, tenemos el 250 solo tenemos que esperar unas tres horas horas.
– Sí, qué guay, en Colombia no es tan eficiente, parecen del PP allí, unos fachas.
Perdón por mis malas dotes de transcriptor. Supongo que a mucha gente les parecerá bien. Las chicas parecían muy contentas. La verdad, tienen lo que quieren y merecen. En mi opinión, no se dan cuenta de que esta actitud pasa factura, pero ya se sabe, «que me quiten lo bailao», que resuminedo es la filosofía que he escuchado en decenas de conversaciones volanderas en dos días que he estado en BCN.
Mercè says
Sí, no me hubiera gustado nada estar demasiado cerca de los Panero, no… Pero, bueno, el cine es la vida y no lo es. En cualquier caso, los Panero ahí dicen mucho más de lo que creen, temen, desean, ansian, pontifican, se burlan, se atacan, se mienten. Son cosas de la cámara, que a veces sí parecer ser el gran ojo, sí (y no pongo iniciales al gran ojo porque me da el repelús ontológico que se dice)
JP Quiñonero says
Mercè,
Llevas razón desde el principio: las imágenes (fotografía, cine, documentales, etc.) Siempre Dicen Más y Otra Cosa que las palabras mismas… hay una verdad profunda que solo se expresa a través de las imágenes… ese debe ser el misterio de esa peli., que yo recuerdo con el coco un poco víctima de otras nubes tóxicas. Sorry,
Q.-
Mercè says
De nada, hombre. Tuve la suerte de que mi padre me lo decía de chica cuando íbamos al cine y veíamos alguna peli inquietante o simplemente le preguntaba por la lógica de las imágenes (y ¿cómo es que de estar tan enfermo pasa enseguida a estar bien? pongamos), mi padre decía: «nena… es cine»