“El Partido socialista corre peligro de muerte, encerrado en una arcaica visión del mundo”, afirma Manuel Valls (Barcelona, 1962), que aspira a ser el primer presidente de la República francesa nacido español, hijo de uno de los más grandes pintores figurativos de nuestro tiempo, Xavier Valls (1923 -2006).
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MValls.Mercado de Évry, primavera 2008.
Su abuelo, católico catalanista, prestó refugio a trostkistas y anarquistas en la Barcelona de la posguerra. Su padre se educó en la gran pintura Noucentista de entreguerras, antes de convertirse en uno de los grandes maestros de la Escuela de París, un pintor figurativo excepcional, cuyo puesto en la historia de la pintura de la segunda mitad del siglo XX está en algún lugar entre Balthus, Antonio López y su amigo Luis Marsans. Su madre, Luisangela Galfetti es hija un arquitecto célebre, Aurelio Galfetti.
Con tales antecedentes, Manuel Valls tuvo una formación cultural multilingüe, francesa (en una escuela pública parisina), española, catalana e italiana, por evidentes razones familiares.
RENOVARSE O MORIR
Valls pudo hacer carrera en Barcelona, donde su familia siempre ha tenido casa y su hermana reside de manera casi regular. Pero descubrió la política en los liceos y universidades parisinas (Tolbiac), donde pronto sitió simpatía por el más liberal y menos marxista de los socialitas franceses, Michel Rocard, eterno adversario de François Mitterrand. Todavía tenía la nacionalidad española cuando, en 1980, decidió militar en el PS, tendencia Rocard…
Comenzaba una carrera sin precedentes que ha culminado, veintinueve años más tarde, anunciando su candidatura a la candidatura de la presidencia de la República, en el marco de unas elecciones primarias entre otros candidatos socialistas, con la esperanza de batir a Nicolas Sarkozy, el 2012, con un programa que comienza con la denuncia de todos los arcaísmos que, a su modo de ver, están arruinando la credibilidad del PS: “Hace tiempo que propuse cambiar el nombre del Partido Socialista… ya que ese nombre no responde a la realidad de nuestro tiempo. Tras dos elecciones presidenciales fallidas, el PS está en una encrucijada: debe cambiar de nombre, renovarse, o morir”.
DUELO FRATRICIDA
Martine Aubry, primera secretaria del PS, le ha respondido en términos “conminatorios”: “Si no te gusta nuestro partido, puedes marcharte”. Manuel ha respondido a Martine en términos igualmente expeditivos: “El PS no te pertenece ni me pertenece. No solamente no pienso abandonar el partido: pienso seguir adelante la batalla de la renovación y la refundación, para crear una alternativa de fondo, de nuevo cuño”.
En verdad, el duelo a primera sangre política entre Manuel Valls y Martine Aubry es la interminable prolongación de un viejo duelo fratricida, que remonta a los años 70 y 80 del siglo pasado, cuando Michel Rocard encarnaba un socialismo liberal, socialdemócrata, hostil a las corrientes marxistas, en oposición a un François Mitterrand, finalmente victorioso, partidario de la unión política de socialistas y comunistas.
CONTRA LOS ARCAISMOS SOCIALISTAS
Valls fue un militante fiel, colaborador y consejero de Rocard, escalando todos los puestos en la jerarquía de un PS derrotado y triunfante, durante más de veinte años, hasta que, finalmente, llegó a dirigir la comunicación de Lionel Jospin, primer ministro de cohabitación con Jacques Chirac, entre 1997 y 2002. Jospin, otro socialista atípico, derrotado por Le Pen en las presidenciales del 2002.
La renuncia política de Jospin fijó para siempre la determinación de Manuel Valls. Alcalde de Évry (Essone), un suburbio con mucha inmigración, diputado, Valls se ha transformado en la personalidad ascendente más llamativa del socialismo francés, embarcado en un proyecto radical: cambiar profundamente el socialismo francés, siguiendo los modelos de Bill Clinton y Tony Blair. Tiene contra él a todos los “elefantes” y “cocodrilos” de la vieja guardia, embozados tras Martine Aubry. Él combate a descubierto, con un objetivo final: “Soy candidato a la candidatura socialista a la presidencia de la República para comenzar cambiando el socialismo francés, víctima de sus arcaísmos, hoy”.
- Personajes en este Infierno.
PAISAJES ÍNTIMOS DE MANUEL VALLS
1.Lavillarosa,1966,Óleo/Lienzo (92 x 73) de Xavier Valls.
2.En familia…Manuel, Luisa Giovanna y Xavier Valls. Foto, Tony Catany, 1985.
3.Enlaprimera página de Le Monde, el 12 abril 2009.
He leído el artículo en El País. No conocía yo a este socialista, que no tardará en ser aniquilado políticamente. En Francia, lo mismo que aquí, en Venezuela o donde quieras. Es la misma canción, sólo que ahora suena en francés. En cualquier caso, se agradece el aire fresco que trae Valls en un verano acaparado por el sainete hondureño. Un abrazo.
«debe cambiar de nombre, renovarse, o morir»
Wikipedia ES El gatopardo
Amigo Juan Pedro, me tomo la libertad de poneros aquí el enlace a un ensayo interesantísimo
http://antoniogarciatrevijano.com/2009/07/22/las-nuevas-tablas-de-la-ley/
¡Pero bueno! lo que tiene que hacer un no socialista es cambiar de partido, fundar uno diferente y dejar tranquilo a los que sigan con sus viejas tradiciones.
Es tan vil como entrar en la actual Iglesia Católica con la intención de quitar el celibato.
¡Váyanse con los luteranos!
¡Váyase a un partido nuevo o fundélo, pero deje a los socialistas tranquilos!
¡Que ya ni siquiera lo son en ninguna parte!
Toda Europa en política hoy día es NEUTRA…..con pequeños matices.
Antonio, Maty, Vicente, J.Moreno…
Antonio,
Veremos como le va la cosa: está rodeado de cocodrilos, tiburones y elefantes,
Maty,
Filosófico estás…
Vicente,
Todos los enlaces son bienvenidos, oye.
J.Moreno,
Hombre… los hay más carniceros que otros, más o menos honrados. Ya me doy con un canto en los dientes con gente de cualquier obediencia que hable con sensatez y sin demasiada demagogia,
Q.-