Cabellera femenina. Odeón, 27 agosto 2009. Foto JPQ.
¿Arte femenino? ¿Arte feminista? ¿Puesto particular de las mujeres en la historia general del arte y las formas artísticas…?
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Amazona del abanico, 1913/1914. Jacques Liptchiz.
GERMINACIÓN DE LAS VANGUARDIAS
Por vez primera en la historia de la museística universal, un gran museo público, el más visitado del mundo, en este caso, el Centre Pompidou, ha tomado dos iniciativas sin precedentes: presentar durante todo un año sus colecciones de artistas mujeres (unas 500 obras de unas 200 artistas), presentando, al mismo tiempo, una exposición “monográfica” consagrada a la mujer, a través de las colecciones del museo, Elles y Ellas y el arte: una Crucifixión rosa.
De entrada, una evidencia, el universo artístico femenino está “dominado” por los hombres. Baste con recordar el puesto de la mujer y el sexo femenino en la obra de Picasso, Balthus, Miró, Derain, Rothko, etc. De la Venus de Milo al arte corporal de nuestro tiempo, la mujer está en la matriz original de la creación y la obra de arte. Rafael iluminaba sus madonnas con la sonrisa y la figura de sus amantes.
Tras tal evidencia, las colecciones del Pompidou, revisitadas a la luz de la obra de grandes artistas mujeres (Marie Blanchard, Sonia Delaunay, Frida Kahlo, Maria-Elena Vieira da Silva, Dorotea Tanning, entre tantas otras), ponen de manifiesto otro matiz singular: hubo (¿?) un “punto de vista femenino” en la germinación de las grandes vanguardias históricas. ¿Es defendible tal punto de vista que me atrevo a avanzar, con prudentes reservas?
Artistaminimalista ante sus obras. CPompidou, 25 mayo 2009. Foto JPQ.
SENSUALIDAD DE FLORES Y PLANTAS
Quizá sea prematuro e inútil avanzar “síntesis” apresuradas, provisionales y quizá falsas. Dicho eso… se me antoja evidente un tormento estrictamente femenino en muchas obras de Marie Blanchard y Frida Kahlo. Hay algo de estrictamente femenino en la textura de muchas obras de Joan Mitchel. La sensualidad de las flores y plantas de Georgia O’Keeffe pudiera hablarnos de la frondosa intimidad del erotismo femenino.
Tras tal recorrido por el gran arte de la primera mitad del siglo XX, muy groseramente, Elles desemboca en el arte, experiencias, balbuceos, aventuras, “vanguardias”, “rupturas”, abismos e iluminaciones del arte realizado por mujeres a partir de los años 60 del siglo pasado, cuando los movimientos feministas imprimieron una huella propia al arte que se hacía, deshacía y continúa haciéndose, de manera vertiginosa, devorándose unas a otras las escuelas que nacen, florecen, mueren y vuelven (¿?) a “resucitar”, ante los atónitos ojos del vagabundo errante por las factorías (Hergé sobre el Pompidou, justamente: Tintín, Hergé y el arte contemporáneo) del arte de nuestro tiempo.
Elles tiene la virtud de plantear los problemas de fondo, evidentemente insolubles.
¿Es femenino el arte de Gina Pane, abanderada del arte corporal? ¿Son femeninas las Ratas radioactivas de Sandy Skoglund? ¿Son femeninas las parodias de Marcel Duchamp realizadas por Hannah Wilke? ¿Tiene sentido hablar de masculino / femenino en la historia general del arte?
Performance contemplada en solitario. CPompidou, 25 mayo 2009. Foto JPQ.
ZAJ Y LOS CUERPOS DESNUDOS
A falta de respuestas últimas, Elles desgaja varias evidencias. Las performances de Marina Abramovic instalan el cuerpo femenino (enmascarado) en el altar (laico) donde se oficia la ceremonia de la creación artística. Orlan utiliza su propio cuerpo femenino como materia de trabajo artístico. Dicho sea con cierta prudencia: las mujeres quizá hayan ido “más lejos” que los hombres en el proceloso terreno de la exploración y exposición de su propio cuerpo, convertido en herramienta e instrumento de trabajo artístico. Recuerdo el caso más o menos canónico del grupo ZAJ… [Recuerdo de Esther Ferrer y los ZAJ] Esther Ferrer no ha dejado de crear, avanzar, explorar, cuando sus dos compañeros de acción creadora se eclipsaron voluntariamente. Esther es otro caso de audacia ¿“genuinamente” femenina? Tras trabajar como parte del trío ZAJ, ella buscó y encontró nuevos caminos de acción, cuya “feminidad” y “coquetería” (¡perdón por el toque glamour de los adjetivos!) se me antojan palmarias.
VOYEURISMO FEMENINO
Un caso particular y comparativo pudiera dar una vaga idea de los caminos por explorar, a partir de Elles, justamente. A nadie se le oculta el punto de vista del voyeur masculino en la obra de grandes fotógrafos, como Helmut Newton o Guy Bourdin. En paralelo, las obras femeninas de Cindy Sherman [Hadas, brujas, heroínas y asesinos: cita con Cindy Sherman]
o Annie Leibovitz [Leibovitz, la luz y las tinieblas] también nos hablan de un cierto voyeurismo estrictamente femenino.
Como toda aventura con pocos o nulos precedentes, en su terreno, la propuesta del Centre Pompidou deja en suspenso inmensos espacios en blanco, incontables incertidumbres. De entrada, el carácter limitado de sus colecciones. 200 artistas y 500 obras son mucho y nada, según se mire. Las ausencias, modesta o nula representación de muchas artistas dejan en suspenso otros terrenos por explorar, que bien ilustran dos grandes creadoras, como Louise Bourgeois y Niki de Saint-Phalle.
Descendimiento de la Crucifixión de Niki de St.Phalle. CPompidou, 25 mayo 2009. Foto JPQ.
CUERPO DE MUJER OFRECIDO EN SACRIFICIO
A nadie se le oculta el puesto mayor de Louise Bourgeois en la historia de la escultura contemporánea [Doña Luisa, sus arañas y hogares encantados y Louise Bourgeois. La madre, una araña. El padre, devorado…]. Y parece palmario el puesto de su condición femenina y atormentada iniciación a la vida de mujer en la matriz última de toda su creación. Su obra mana de la íntima tragedia de una niña en un hogar dominado por un padre por el que ella siente algo que oscila entre el terror y la fascinación. Ese tormento, en ocasiones, puede recordar a la tortura del joven Kafka con su padre. Pero hay algo de estrictamente femenino en la germinación de obra. ¿Un caso único o “singular”? No lo creo.
Las dos grandes obras de Niki de Saint-Phalle que abren la exposición, Crucifixión (circa 1965) y La recién casada, o Eva – María (1963), quizá sea una introducción o imposible “resumen” de este rosario de incertidumbres, enraizadas en la tierra de nadie del origen mismo de la creación, la fecundación y la obra de arte. El flaneur / paseante solitario contempla una crucifixión rosada, que bien encarna el cuerpo desnudo de la mujer, ofrecido en sacrificio. Esa crucifixión también es un rostro trágico de Eva y María, otros nombres míticos de la condición femenina, donde Eros y el Logos se cruzan de manera inextricable, iluminando y fecundando nuestras vidas.
- Arte y Fotografía en este Infierno.
Gatosradioactivos de Sandy Skoglund.
MMarie says
Una delicia de sabidurias muy suyas, Mr Q.
JP Quiñonero says
Mme Marie,
Bueno… es algo que escribí con mucho cariño,
Q.-
loles says
Me gusta la japonesita, abomino de los gatitos
JP Quiñonero says
Loles,
Bueno… de todo hay en la viña del Señor… digo en la viña de las Señoras,
Q.-
Nina says
Buenas, tras semanas sin venir por aquí: una contribución a este post, Q, musical en este caso, a cargo de Annette Peacock, en dos tiempos:
Nina says
Buenas, tras semanas sin venir por aquí: una contribución a este post, Q, musical en este caso, a cargo de Annette Peacock, en dos tiempos (a ver si ahora hay suerte con los enlaces):
http://www.youtube.com/watch?v=AJZV8X_1U08&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=hUcE9cdQdkM
JP Quiñonero says
Nina,
Qué brillante comeback… ¡qué cosa tan bella las canciones de Annette Peacock..!
Q.-
MMarie says
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii… bellisimas canciones de una grandiiiisma artista, Mme Nina, Mr Q.
JP Quiñonero says
Mme Marie,
OK… Nina ha tenido una idea sencilla y bella, como Dios mand. Esas cosas nos ayudan a todos, un poco, creo,
Q.-
Pablo Eugenio Fernández says
Vaya por delante el curre, Quiño, en poco espacio, para hablar de esta exposición, hace diez años.
¿Hay un arte masculino, femenino…?
El mismo Dios no tiene sexo, como la creación. Todo creador es un dios, hace una obra eterna y universal, no pone límites, fronteras, aunque fueran especiales las de ese momento que expresó un yo circunstancial, que fue, pero que ya no es. No podemos renunciar a lo que somos, pero el Arte supera al género…o eso pienso yo
JP Quiñonero says
Pablo,
Palabras mayores, claro.
A tratar con cariño y prudencia, como es tu caso, claro.
Dicho eso… Dios no tiene sexo, pero los / las hay que…
Q.-
PS. Veo que, al fin, te has abierto una cuenta Flick. No come pan. Y está muy bien. ¡Viva las mujeres sevillanas..!
Pablo Eugenio Fernández says
Las mujeres son divinas, Quiño, jajajaja!!!
Ahí ando con la cuenta Flick como puedo, no doy más de sí.
Por cierto, no conocía a Annette Peacock y ya ando hasta con el ex marido Gary Peacecok, un bajista de jazz excepcional
Pablo Eugenio Fernández says
Las mujeres son divinas, Quiño, jajajaja!!!
Ahí ando con la cuenta Flick como puedo, no doy más de sí.
Por cierto, no conocía a Annette Peacock y ya ando hasta con el ex marido Gary Peacok, un bajista de jazz excepcional
JP Quiñonero says
Hombre, Pablo, algo así quizá digan las mujeres de los hombres… y no digamos el resto de las sensibilidades… que de todo hay en la viña del Señor…
Q.-