Tras la ligereza propia de una historia deportiva, Invictus habla de otras cosas muy esenciales:
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-De como su tejido social, su política y su economía pueden destruir a un pueblo, aventando y sembrando el odio carnívoro, cainita.
-De como los pueblos necesitan cosas espirituales y morales para poder salvarse del infierno de la historia.
-De como esas cosas espirituales y morales (que he llamado muchas veces arquitectura espiritual, haciendo mío el concepto de Juan Ramón Jiménez) son indisociables de la cultura, para poder echar los cimientos de una posible casa común, para un hombre, una familia, un pueblo…
Quizá la historia que cuenta Clint Eastwood no se corresponda exactamente con la historia contada por los historiadores. Tanto da. Recuerdo el comienzo de una vieja película de John Huston, The Life and Times of Judge Roy Bean, “Quizá la historia no fue así, pero así debió ser…”.
Quizá vuelva sobre Invictus, otro día.
- Clint Eastwood y nuestra(s) crisis.
- Clint Eastwood y la educación de la juventud.
- Clint Eastwood, en Iwo Jima, contra la guerra de Irak.
- Clint Eastwood y el arte de morir.
- Volverás a Iwo Jima, pero nunca llegarás a nada.
- Caína / Iwo Jima: distintas maneras de morir.
- Cine en este Infierno.
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ClintEastwood, durante el rodaje de Invictus.
Jordi says
Ya que hablamos de cine… te puedes creer que The Road no estaba ni nominada a los Globos de Oro?
JP Quiñonero says
Jordi,
Es demasiado negra… a pesar del final. Qué quieres…
Q.-
maty says
Una buena historia para una película:
Patente de corso La historia de don Alejo Garza
JP Quiñonero says
Maty,
No se, no se…
Q.-