Avenue d’Auteuil, 13 marzo 2010. Foto JPQ.
Luces y sombras, tras los honores y el descanse en paz a Miguel Delibes.
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Luces que iluminan cosas muy hondas. “¡Maestro, maestro…!”
Sombras de alimañas dañinas merodeando entre los despojos.
Para mi sensibilidad -me gustaría equivocarme-, esas sombras lo manchan todo con sus funestos chafarrinones.
Queda en suspenso un problema de fondo… las relaciones entre el realismo castellano de la tradición noble (Jorge Manrique) y el realismo castellano de la tradición cainita (la Picaresca, etc.) que lleva siglos devorando las entrañas ¿de España? con su vocación carnívora.
Ese tema está muy presente en mi biografía apócrifa de CJC (Celia Jiruña Carón). Rescato uno de los fragmentos / capítulos donde evoco la actualidad siempre funesta de ese conflicto, con raíces tan hondas.
Ha llegado el invierno. Estoy solo. Dolido. Pero soy un hombre
Entre los santos inocentes, a quienes Umbría intentó manchar, lanzando a la calle los perros rabiosos de menudas infamias, en forma de chismes calumniosos, el primero en reaccionar fue Miguel Delibes, que respondió con mucha hombría y discreción, intentando aclarar con Celia el origen de unas confidencias cuya maldad gratuita le parecía intolerable y odiosa.
Delibes fue uno de los primeros lectores de La almadraba y le abrió a su autora las páginas de su periódico, provinciano pero honesto, cuando Celia todavía dudaba de su madurez definitiva. Y fue Delibes quien le presentó a Josep Vergés, el primer editor que le propuso comenzar la edición, muy digna, de sus obras completas, con prólogos y notas de Rafael Vázquez Zamora. Proyecto finalmente fallido, a consecuencia de las exigencias financieras de su agente literaria, convencida que la fama de Celia le permitiría exigir anticipos muy por encima de las normas de la época. Con los años, nunca llegó a florecer la primera amistad de Celia y Delibes; pero ambos se respetaron, siempre, a pesar de sus diferencias de genio y talante. Celia reconocía en la prosa del Diario de un cazador el profundo amor a la tierra que ella hubiera necesitado para intentar redimir del infierno a los últimos habitantes de su pueblo natal, en las estribaciones del valle del Juzo. Y Delibes le había confesado a Umbría su admiración sin reservas del poderío verbal de Celia, sentados sus reales en las mesas del Colón, Chicote y otros cafés de la Caína de posguerra. De ahí el estupor escandalizado de Delibes al leer en El Sol una columna de Umbría, donde se propagaban insinuaciones canallescas, que sólo podían provenir de las torcidas confidencias de uno de los tres participantes en una lejana comida, muy discreta, nunca repetida: Celia, JJ y él mismo.
JJiménez vivía retirado en su pueblo, y era un hombre de bien, sin ningún trato posible con personajes como Umbría, quién se jactaba en las páginas de los periódicos, con cierta verosimilitud, de ser el único heredero literario de Celia, que nunca había ocultado su admiración por la prosa de un discípulo tan aventajado. De ahí la decisión de Delibes de pedir una explicación personal a su antigua amiga, al final de una sesión de trabajo protocolario, en la Academia. Intento finalmente frustrado, porque Celia, muy zorra, se le escabullía, una y otra vez, esquivando con distintas argucias la posibilidad de quedarse a solas con un hombre herido. Delibes solo consiguió explicarse, al fin, por teléfono, muy a las tantas de una ventosa noche de invierno, cuando Celia no pudo continuar huyendo de quien, en el fondo, solo le pedía que contemplase su rostro en un espejo…
-Celia, tú sabes que Umbría ha escrito una canallada.
– … …
-Solo tú has podido contar esa infamia…
-… …
-Tú sabías que mi mujer había muerto…
-… …
-Tú escuchaste en persona mi respuesta a quienes me propusieron dirigir El Sol, ¿por qué te ensucias y deseas mancharme, Celia?..
-… …
-… … ¿ni siquiera tienes la dignidad de responder?..
-… … te escucho muy jodido, Miguel.
-Sí. Ha llegado el invierno. Estoy solo. Dolido. Pero soy un hombre. [Capítulo / Fragmento 157 de La locura de Lázaro].
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- Recuerdo de Miguel Delibes.
- Anales de Caína.
- Personal en este Infierno.
Joaquín II says
Pues sí, aunque no te lo creas, ayer -entre tanto homenaje institucional- fue este fragmento tuyo una de las primeras cosas que me vino a la memoria después de enterarme de la muerte de Delibes.
—
«Estoy solo. Dolido. Pero soy un hombre.»
En siete palabras, todo un retrato.
Muchos saludos desde Varsovia.
JP Quiñonero says
Joaquín II,
Qué alegría me das…
Avanti..!
Saludos fuertes, desde un París donde la primavera tarda muuuucho en llegar,
Q.-
Carmen says
Un pasaje y una frase preciosos, Q.-.
Ayer dijiste quizás lo mejor que se puede decir de un hombre «Era un hombre bueno», además de un magnífico escritor.
Ultimamente no veo la televisión y apenas escucho la radio pero he podido oir en Onda cero intervenciones de la gente sencilla,anónima, que no me parecen una casualidad. Muchos nos reconocimos en Delibes, en sus obras,en su recuerdo de los que nadie se acuerda y hasta en su personalidad.
Era un hombre, no uno de tantos simulacros, un escritor, no uno de tantos plumíferos. Y esa es, como en todo, una conjunción que algunos agradecemos.
JP Quiñonero says
Carmen,
Si recuerdas… en el caso de Delibes, la bondad corría pareja a las palabras, la lengua y el amor a su tierra. De ahí que la elegía, en su obra, algo tenga de redención de la tierra, amenazada por las alimañas de todo tipo, persiguiendo a los seres más frágiles y amenazados, comenzando por los hombres mismos, claro está,
Q.-
Juan Luis says
Muy interesante este fragmento, Juan Pedro. Creo que en literatura todo cuenta, no sólo la calidad de los textos. Por eso me parece muy meritorio el trabajo de sacar a la luz esas interioridades –tantas veces navajeras- y que en España siempre se nos escamotean. Lo cual es sólo un indicio más de nuestra pobreza cultural. La industria del ramo nos trata como a niños a los que no se puede contar toda la verdad sobre las estrellas del momento. A veces me pregunto si no tiene razón.
JP Quiñonero says
Juan Luis,
Creo que no tienen razón: buena parte de esas industrias se han transformado en industrias de la incultura y el embrutecimiento de masas, me temo,
Q.-
David López Sandoval says
Estimado señor Quiñonero:
Un grupo de maestros y profesores estamos difundiendo la buena nueva de este manifiesto. ¿Sería usted tan amable de echarle un vistazo y, si lo ve conveniente, de hacerse eco del mismo?
Un saludo
JP Quiñonero says
David,
Vi vuestro Manifiesto en el Tinglado de Àngel Duarte, me imprimí el texto, me pareció interesante, y pensaba publicarlo mañana… en esas apareces tú, invitándome a la cosa: razón de más para sumarme a la cosa,
Q.-
Carmen says
Me parece en general bien el manifiesto salvo el punto 12. De acuerdo con la vaciedad de cursillos de sindicatos, CPR y demás inutilidades. Pero lo de dignificar el «cuerpo de catedráticos» significa creer en la omnipotencia de las oposiciones, para ese y otros «cuerpos» y, por lo tanto, del sistema funcionarial que ha probado repetidamente su ineficacia. Cuidado con la palabra «excelencia» que se ha convertido en un «passe-partout» para recubrir, con frecuencia, la Nada.
Carmen
Jordi says
Un manifiesto con este espiritu desde luego se merece tanta o mas difusion que el celebradisimo «En defensa de los derechos fundamentales en Internet», pero me da a mi que no la va a tener. Aunque sea para incentivar un debate critico al estilo del que propone Carmen que se dedique a encontrar caminos hacia los objetivos generales que ahi se expresan. No me puedo dejar de asistir incredulo a la necesidad de remarcar lo que uno inocentemente consideraria puntos de partida innegociables que ya deberian estar mas que superados, como estos:
Como Carmen, no estoy del todo de acuerdo con algunos planteamientos y hecho un poco de menos algo mas de concrecion, pero es llamativo que tengamos que empezar el debate nombrando normas basicas que cuesta creer que no sean compatidas ya por todos.
Carmen says
Estimado Jordi,
tienes razón. En lo que citas estoy absolutamente de acuerdo y son evidencias tan evidentes que uno «casi» no entiende los intereses que se ocultan cuando no quieren aceptarse tales verdades. Señalas bien el problema. Hay normas básicas que no son compartidas por todos. En este pais parece que precisamente lo básico, es el obstáculo. Y esa es nuestra tragedia.
He releido una cita que había anotado de Wagner, de sus Walkirias, tan desgraciadas las pobres por obedecer al poder, y que,en cierto modo, me parece que define España (con perdón para algunos). Dice Wotan «La terrible voluntad de ver desaparecer mi eterna tristeza en las ruinas de mi propio universo».
A veces, me parece que es lo que nos pasa. La destrucción o la tristeza, la destrucción o el pensamiento, la destrucción o la razón, la bondad, la justicia, etc. La voluntad terrible de la destrucción, que parece un afán.
En fin, tú quizás podrías contarnos mucho sobre el sistema de enseñanza en EEUU, supongo. No soy cotilla (casi nunca) y presto poca atención a las circunstancias digamos «caseras» pero sé que estás allí. No sé si aquello es un modelo, probablemente tampoco. Pero conozco las lacras españolas (sin perdón esta vez para variar) y aquí la cosa tiene mal remedio mientras exista el funcionariado. Y conste que tiro piedras contra mi tejado, pero el error puede ser, precisamente, creer que uno tiene tejado. Y no veo que nadie ponga en cuestión esa parte de la casa. Para no mojarse, claro.
Carmen
David López Sandoval says
Estimados Jordi y Carmen:
El manifiesto no va a tener la repercusión que se merece porque:
a) No hay ninguna figura pública que lo respalde (y eso que nos hemos matado enviando emails y notas de prensa. Están más interesados por los Willies Toledo y los «pax-ctos» económicos.
b) En realidad a ningún partido político le interesa un debate serio sobre esta cuestión. Mi impresión es que aquí hay un pacto educativo de silencio.
c) Los ciudadanos en general (evito el término sociedad civil, porque eso, ay, apenas existe ya en Hispanistán) no son conscientes de la importancia de más de 20 años de reformas, de lo que eso ha supuesto para moldear la sociedad «chata», plana, que hoy día todos conocemos.
d) Las élites intelectuales -si las hubiere- han claudicado definitivamente. En un país subvencionado como éste nada se puede esperar de un perro que jamás morderá la mano de quien le da de comer.
Y, no obstante, los locos que hemos elaborado el Manifiesto debemos dar un último grito antes de que las arenas movedizas del consenso se nos traguen.
Por eso es importante que ustedes hagan todo lo posible por difundirlo.
Un agradecido saludo a todos.
David López Sandoval says
Una última cosa:
Carmen: El Cuerpo de Catedráticos de Bachillerato sí tuvo un momento de esplendor, momento que se deriva de aquellos institutos nacionales que aún conservaban cierto espíritu republicano. No hay que olvidar que el 80 por ciento de los nombres importantes del siglo XX en Hispanistán comenzaron su carrera siendo Catedráticos de Bachillerato. Y la verdad es que Franco tardó lo suyo en reaccionar. Tardó nada más y nada menos que 30 años en dar la puntilla definitiva a estas viejas glorias -término que utilizo con el mayor de los respetos- cuando se sacó de la orgánica manga aquella «Ley Villar Palasí», madre de la posterior LOGSE y abuela de la actual LOE. Es curioso cómo nadie está dispuesto a asumir que los postulados logsianos ya estaban en una ley franquista.
Jordi: Si hubiéramos sido más concretos en algunos apartados, habríamos extendido inconvenientemente el manifiesto. Aquí puede usted leer algunos detalles.
Un saludo
JP Quiñonero says
Jordi, Carmen, David…
Jordi,
OK, claro.
Carmen,
Pensé trasladar tus comentarios a la entrada donde retomo el Manifiesto… pero creo que llego tarde.
David,
Avanti…!!!
Q.-
lola says
He firmado el manifiesto con total acuerdo en su contenido. Sólo una cosa: sin negar que los problemas nacionales se remontan a Franco, luego también la eduación, yo sólo conozco una «reforma» en democracia, la LOGSE (recibida con loca ilusión por una mayoría apreciable de funcionarios que no eran catedráticos), que ha ido cambiando de nombres a los cuales ya he renunciado de memorizar. Me pasa como con Herri Batasuna, ahí me quedé.
Gracias a JP por hacerse eco de tan noble causa perdida.
lola says
Me releo:glups, qué prosa, parece logsiana… Lo es. A todos nos afecta.
JP Quiñonero says
Lola, David…
«Un gentleman solo defiende causas perdidas…»
David,
¡Avanti…!
Q.-
MMarie says
Leo y vuelvo a leer la historia de su CJC y Delibes… y me entran muchas ganas de conocer màs cosas de esa historia que no sé si es secreta de esa escritora suya Mr Q.
JP Quiñonero says
Mme Marie,
Bueno… quizá debiera leer el libro, entero. Quizá yo pudiera retomar algunos capítulos. Vaya usted a saber si merece la pena,
Q.-
J. Moreno says
No separando el mensaje del mensajero y tomando a éste último que es el que ha desaparecido del escenario para toda la eternidad, su afición a la caza como entretenimiento delata una personalidad………….