Nos cruzamos en Javel. Ella leía la primera espístola a los Corintios.
[ .. ]
“… [el agapé] [amor] [caridad] no acaba nunca. Desparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. [ .. ] [Quedará] la fe, la esperanza, [el agapé] [la caridad] [el amor] (1).
[ .. ]
Gratitudes mil, joven.
[ .. ]
MetroJavel, 1 junio 2010. Foto JPQ.
(1). El lector avisado advertirá que me tomo alguna libertad traduciendo libremente Corintios, 1, 13, 8-13. La Biblia de Jerusalén suele traducir simplemente caridad. No me convence. Pablo habla del griego (¿platónico?) agapé. Traductores ingleses y franceses prefieren amor. Yo también.
- Fotografía en este Infierno.
Tecnología Obsoleta Cuídate de los matemáticos
Maty,
Bueno… hay de todo, oye,
Q.-
Solo quería apuntar que ese hit parade evangélico en las bodas en español, ἀγαπή se suele traducir por «amor», con bastante buen criterio comercial y hasta filólogico, como apuntas, Juan Pedro.
Fe de erratas (que son las últimas que abandonan el barco): enmiéndese un irreflexivo acento oxítono en ἀγάπη por uno paroxítono correcto.
Jesús,
Hummmmmmmmmmmmm… viniendo de tí, la cosa me inspira un grandísimo respeto, oye. Graciasssssssssssssssssss,
Q.-
En las versiones canónicas, aparece dos veces el término «eros» en el Antiguo Testamento, mientras que en el Nuevo se encuentra «philía» y «agapé».
«No acabará nunca» y no ha comenzado nunca, pues «Dis -según Juan- es agapé».
¿Pero el amor qué es?
Lo que sabemos de él es que no se puede elegir. Por eso no podemos amar por deber. Pero sabemos también que cuando amamos reconocemos algún valor superior en el ser amado (la clarividencia erótica de Shelley, etc). Un valor que se desea. Eso sitúa al Dios cristiano como el amante y al hombre como el amado… en una relación que da mucho, muchísimo de sí.
Frente al amor, el judaísmo y el islam ofrecen un dios tan escondido que sólo se muestra en la ley. Obedecer estrictamente a la ley es para ellos la única manera de relacionarse con Dios.
¡Qué tema, JPQ! ¡Qué tema!
GL,
Te leo con el pie en el estribo… debo salir pitando hacia RG…
… dicho esto: se trata de un tema / cuestión esencial, claro está… recuerdo con mucha simpatía un viejo libro de un teólogo nórdico, Anders Nygren, Eros y Agapé… obra que, en su día, me pareció deslubrante y tantas veces me ha ayudado… incluso para leer el Cántico, Garcilaso y los místicos castellano – musulmanes – judíos…
Hélas, debo cortar.
Gratitudes por leer la cosa en esos términos,
Q.-
Vaya, gracias, Juan Pedro. Esta afirmación no puede más que reafirmarme en el respeto discrepante que he aprendido a tenerte. Gracias de nuevo, de verdad, oyes.
Dicho esto, encuentro la afirmación de G.L.:
fundamentalmente apresurada pero, lamentablemente, a mí ya me faltan pies para andar en tanto estribo como tengo que andar.
Me mantengo, tenaz, en mi apresuramiento.
Jesús, Gregorio…
Jesús,
A mi modo de ver, el respeto discrepanto está francamente bien. En mi caso… resulta emocionante tropezarme con una moza que lee a San Pablo en el metro… cuando vuelvo a caso, vuelvo yo mismo a la tal epístola, y retomo viejas citas subrayadas y rumiadas en tantas ocasiones… las retomo, y catapúm, Gregorio y tú, saltais con mucho brío y finura al trapo de tema tan esencial, claro… ¡ya me doy con un canto en los dientes que poder intercambiar pequeñas frases al respecto…!
Gregorio,
Bueno… vuelvo a este Infierno tras una cena en la célebre torre, hablando con Manolo Santana de… ¡historia del tenis…!… «Quiñonero, yo no he leído nunca libros; lo mío es la prensa deportiva, y poco más…» Sin embargo, tras esa modestia, ¡qué finuras de análisis en materia de logos / eros y el copón bendito… oséase, que la exégesis mística quedará para mañana…
Q.-
¿Vida o literatura? ¿Tenis o filología?
Bon dia!
Àngel,
Eros y Logos… de ese diálogo íntimo, que se consuma en el lecho, viene casi todo. De ahí partía mi viejo proyecto de escribir un texto que se llamase De la lucha contra el Estado, en el lecho…
Molt bon diaaaaaaaaaaaa…!!!
Q.-
Ay, Q.-,
según las estadísticas más optimistas, en el lecho lo que se hace mayormente es dormir. Cuando uno puede, porque también las estadísticas informan de un alto porcentaje de insomnes. Seguramente por eso, siempre triunfan los estados sobre el individuo.
Carmen
Carmen,
Quizá, si, por eso triunfa el Estado, claro… cuando el lecho sirve para todo: leer el periódico, ver la tele, rezar al rosario, tomar calmantes, llamar por teléfono, navegar por internet… actividades a todas luces subversivas, claro,
Q.-
PS. Dicho todo eso… Balthus, erotismo y combate contra la desertización espiritual del mundo.