Campos de Beaune-la-Rolande cercanos al antiguo campo de concentración. 3 julio 2005. Foto JPQ.
Imprescindibles para sobrevivir
El cambiante rigor del verano hace más visible, para mí, la desertización espiritual y geográfica.
[ .. ]
“Decíamos ayer…” 25 / 26 diciembre 1995: Heidegger y los Reyes Magos.
Rescato con cierta emoción ese breve texto, que ahora deseo titular:
HEIDEGGER, LA TÉCNICA Y LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN
Se acaban de publicar tres textos inéditos de Heidegger de una importancia evidentemente excepcional, porque plantean el problema de la Técnica y la Libertad para el futuro de nuestra civilización.
Los Feldweg-Gespräche (Volumen 77 de la Gesamtausgabe, en curso de publicación, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 1995) fueron escritos al filo del fin de la Segunda Guerra mundial, en 1.945, y tienen, al mismo tiempo, una importancia meramente profesoral, porque, por primera y única vez, Heidegger comenta “en caliente”, de la manera más elíptica, la actualidad más dramática de nuestra historia contemporánea, el Desembarco, el fin de la guerra, la liberación de los campos de concentración, recurriendo a un modelo retórico igualmente inédito, en su vasta obra, el diálogo socrático más puro.
La tercera de esas conservaciones, entre un Joven y un Viejo, transcurre en un campo de concentración, en Rusia, en 1.945… Por sí sola, esa escena ya forma parte de la historia de las ideas. El curioso lector no encontrará, allí, ni en ningún otro rincón de esos diálogos, anécdotas o referencias a la “actualidad” más inmediata. Heidegger instala el va y ven de sus diálogos en la tierra de nadie de la reflexión pura, adentrándose, sin embargo, por la tierra baldía de los campos de ruinas de la guerra, la desolación y el olvido.
Instalando en un campo de concentración, en la estepa rusa, el más atormentado y visionario de esos encuentros entre figuras de la imaginación, Heidegger nos da la única pista esencial: creemos que estamos asistiendo al nacimiento atormentado de un mundo nuevo, cuando asistimos, horrorizados, al descubrimiento de las cenizas de los hornos crematorios; pero, en verdad ¿no estamos corriendo el riesgo de asistir, al mismo tiempo, a un vasto proceso de destrucción de la cultura, víctima del poder tentacular y fáustico de una técnica con vocación planetaria…?
Pregunta sin respuesta, para nosotros, que el mismo Heidegger y Jünger han planteado en numerosas ocasiones. Replanteada en un campo de concentración, entre dos vìctimas que se niegan a callar, dos víctimas que no han renunciado a la palabra, nunca (muy al contrario de lo que ocurre con los héroes de Beckett, convertidos en insectos o libélulas que han comenzado a perder el habla y la razón), esa misma interrogante habla de una razón insumisa, una conciencia de la muerte que pudiera convertirse, como dudarlo, en esperanza de redención.
Todo está perdido. Sería vano y ocioso pensar en la huida. La realidad del campo de concentración ha tomado proporciones planetarias. La realidad de la desertización de las tierras vírgenes, la realidad de la deforestación, la realidad de la polución de los océanos y el tímido inicio de la colonización del cosmos dejan poco margen de duda para la evidencia: la Técnica impone su ley, inexorable, a los hombres, las bestias, la naturaleza, la Creación toda.
Sin embargo, la posibilidad misma de continuar hablando, abandonados y sin salvación, en un campo de concentración, parece sugerir Heidegger, habla de algo tan misterioso como el retorno de los Reyes Magos a través del desierto, guiados por una Estrella que está escondida en los confines de la morada última donde viven las palabras.
Rilke se interrogó, en muchas ocasiones, en Ronda, en Paris, en Muzot, por ese espacio inmaterial donde florecen las palabras, que está en nosotros, sin que nosotros sepamos donde, y habla por nosotros cuando nosotros hemos perdido la palabra.
Rilke acabó soñando la reinvención de la Creación, a través de la palabra de Orfeo, que es capaz de bajar al infierno para intentar rescatar a Eurídice. Filólogo eminente, Heidegger no desea envolver el enigma con el velo de un mito. Heidegger sueña con el reencuentro de la palabra con el pan y la tierra de los hombres; en su caso, a la orilla del Rhin, a la espera de algo sagrado que debiera volver para encontrar cobijo en Alemania y la lengua alemana, la patria recuperada de una nueva e imprevisible Grecia. Ese es el Heidegger que intenta devolver la esperanza a su pueblo, releyendo dos poemas célebres de Hölderlin. El Heidegger que abandona a sus héroes en un campo de concentración habla de una realidad histórica mucho más angustiosa y feroz: el hombre, perdido, en el desierto esquilmado por los hombres, contempla la oscuridad nocturna del cielo, esperando, en vano, la aparición de una estrella. [Európolis, Heidegger, la técnica y los campos de concentración].
[ .. ]
- Sobre la Correspondencia amorosa entre Heidegger y Hannah Arendt.
- Mozart, Heidegger y el carácter salvífico o revolucionario del Gran arte.
- Desertización cultural de Caína.
- Imprescindibles para sobrevivir en este Infierno.
Monumento homenaje a los judíos deportados a Auschwitz, desde Beaune-la-Rolande, transitando por Drancy. 3 julio 2005. Foto JPQ. Nadie ha recordado a las víctimas del campo de Beaune que no eran judíos. Hubo algunos españoles. El último de ellos murió el verano del 2005 en el modesto asilo de Auxy, pobre, solo, sin familia, con su vieja documentación de refugiado.
Esta mañana he salido a caminar a las 5.20 h. como hago ahora normalmente para evitar la calor.
Al pasar por un edificio urbano que sirve de sala polivalente para exposiciones varias, aquí junto a casa me he quedado atónito. He visto como salían de los sótanos, islamistas, que casi todos portaban túnica y en pequeños grupos se dispersaban por las calles de alrrededor. Cercano a mi vivienda hay un barrio que tiene mucha immigración islámica y poseen una pequeña mezquita. Pero habrán recurrido a locales municipales para poder estar todos juntos y salir dispuestos al respeto del Ramadán.
Durante gran parte de mi trayecto en solitario por mi ruta, he ido cavilando entre las dos grandes cosas que aterran a los seres humanos desde el pleistoceno: La incertidumbre y la inseguridad….acabar con ellas es la tarea de todo ser vivo….. y embrión de todo lo humano.
Sólo un dios puede salvarnos», le confesó Heidegger al periodista de Der Spiegel.
Pero para que sea posible su venida hay que dejar un espacio (aunque sea espacio de posibilidad) a la incertidumbre. Si pretendemos eliminar el miedo y la incertidumbre, estamos trocando libertad por seguridad. El resultado de este trueque es Europa hoy. La incertidumbre se nos ha hecho reaccionaria (de la misma manera que nos ha hecho obscena la naturaleza: la muerte) y por imperativo de la técnica (que no es sino la reducción del mundo a un archivo meticulosamente categorizado) todos somos ateos.
Un cordial abrazo, Q.
J.Moreno, Gregorio,
J.Moreno,
Me adivinas el pensamiento… pensaba hacer una cosa que podría llamarse Metamorfosis de Cataluña con banderas y velos islámicos… dicho eso, ojo con la terminología. Islamistas es el término utilizado para nombrar a los musulmanas radicales con aspiraciones revolucionarias. A mi modo de ver, la inmensa mayoría de los musulmanes que yo veo en el Maresme son piadosos pero no islamistas…
Gregorio,
El que sabe, sabe: la cocina y el vino son fuente inagotable de sabudiría… me tomo lo de la técnica «convirtiéndonos» en ateos… no deja de ser una sutileza «sofística» de la eterna batalla de los Gigantes contra los Inmortales (hermanos Jünger and Co.,claro).
Avanti…!
Q.-
Veo que a la influencia de los manipuladores de la lengua no se escapa nadie.
El sufijo –ista forma nombres de agente, oficio o profesión: taxi > taxista, así como adjetivos con el significado de ‘partidario de’ o ‘adicto a’ lo que expresa la misma raíz con la terminación en –ismo: carlismo > carlista; comunismo > comunista; modernismo > modernista; Juan Carlos > juancarlista.
Para nada la palabra islamista quiere decir: «islámico radical con aspiraciones revolucionarias».
Otra ignorancia muy extendida es la falta de neutralidad de la RAE, en la definición académica que le da a las palabras hoy día.
dicen que los cables no son fotogénicos, en este caso ha servido
Jesús,
Bueno…
Q.-