La rue Montorgueil fue inmortalizada por Monet. Pero la destrucción de las antiguas Halles precipitó varias décadas de crisis.
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Cuando yo llegué por vez primera a París, la rue Montorgueil todavía tenía el encanto de los viejos barrios populares y amenazados.
Años más tarde, la destrucción definitiva de les Halles precipitó una crisis de identidad que ha durado veinte o treinta años. Con la metamorfosis de les Halles [Les Halles, 1. Terraza Lautréamont, pareja. Les Halles, 2. La ballena varada y las alimañas. Les Halles, 3. Familias, grupos, bandas, chicas…. Les Halles, 4. Baudelaire y el corazón de las parejas. Les Halles, 5. El waldgänger, oculto entre mujeres y hombres solos], la rue Montorgueil ha cobrado una vida de nuevo cuño, rostro urbano muy atractivo de las metamorfosis de París.
Quedan huellas de un pasado glorioso, una pastelería célebre, que data del siglo XVIII, un restaurante que tiene su propia historia, seductores puestos de frutas, carnicerías… renovados, en su gran mayoría, los viejos edificios albergan a una población venida a más de jóvenes de varia procedencia cultural, minorías no siempre sexuales, hombres y mujeres jóvenes que adoran las raíces históricas del barrio, aunque sus vidas transcurran por muy otros caminos e ilusiones.
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Quede constancia de mi gratitud hacia los hombres y mujeres con quienes me crucé en la rue Montorgueil una soleada tarde de otoño.
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RueMontorgueil,11septiembre2010. Fotos JPQ.
- Fotografía y París en este Infierno.
Jordi says
Mira que les gusta a los franceses (sobretodo, en Paris) sentarse de lado y de cara a la calle, en lugar de mirarse a la cara mientras paladean un cafesito. Sera el espiritu voyeur, o un exceso de timidez/pudor que le puede a la mirada de frente, a los ojos?
JP Quiñonero says
Jordi,
No había caído… todo depende, también, de la meteo., que el buen tiempo es propicio a todo tipo de locuras, me temo…
Q.-
Carmen says
Jordi,
pero si ya se tienen muy vistos ¿Para qué mirarse a la cara? Son sinceros, y miran a la calle, que es donde pasan las novedades.
Jordi says
Carmen, un@ nunca tiene muy vist@ a la buena companyia, sobretodo si hay un mas alla del ocasional cafesito. Y si es asi, es probable que ese alguien se este conformando con ver la superficie. Opinion personal, claro.
Carmen says
Jordi,
debes de ser una persona encantadora por lo que dices y, quizás, muy joven. Dejando a un lado la elección de la misantropía (o algo así), las calles (y más las de París) son un espectáculo variado, generalmente más interesante que cualquier acompañante, a no ser que se trate de enamorados (unos 2 años mirándose, apuntan algunos estudios). ¿Te has fijado en esos viejecitos que pasan horas en sus ventanas o en bancos, mirando a quien pasa? No es sólo que les falte conversación, es que están pensando, porque está ya todo muy dicho, los conocidos muy conocidos o desconocidos, pero «muy» lo que sea. Claro, también es opinión personal.
Teresa says
Qué gente tan encantadora. A ver cuando me descubre y me saca tan guapa como a las parisinas, oiga.
JP Quiñonero says
Teresa,
No se diga más: en cuanto pases por París, me das un toque y vemos que puede hacerse por la vida fotográfica,
Q.-
PS. Aunque esté feo señalar, ayer noche un joven maniquí se quedó encantado con mi curro y me pidio que lo fotografiase para su book. De fotógrafo de bodorrios mestizos, voy ascendiendo, mal que bien.
Carmen says
Q.-,
cuidado. A ver si Teresa resulta ser Enrique (no M. F., por supuesto, el otro, del que ni te acordarás…). Aunque, ya sé que estás preparado para todo. Por cierto, una duda lingüístico-genérica: un maniquí es para tí hombre o mujer? (en francés no se distingue pero en castellano sí, diga lo que diga el diccionario de la Rae, como siempre en las nubes o en conversación solipsista con don Grasilla de la Concha -véase Gatopardo et alii-). De todas formas,poco importa.
Esto, más que nada, es por eso de cambiar de conversación (y de problema).
Alii.
JP Quiñonero says
Carmen,
¡¡!!!!… la verdad: no lo tengo muy claro… la «persona encargada de exhibir modelos de ropa«… queda una miqueta andrójina; pero, lo he consultado / dudado en muchas ocasiones, sin tener respuesta… que volveré a tener cuando publique un día de estos la foto del joven maniquí muy bien acompañado, claro,
Q.-
PS. No te creas, no te creas… Enrique M. vino por París y hasta me invitó a un magnífico café con agua mineral incluida.
Pablo Eugenio Fernández says
Delicioso, me traigas esta cita de 2010, Juan Pedro.
Tienes una gran suerte de pasear por esa ciudad que verdaderamente es la luz, se aprovecha la calle, sea invierno o verano, y ya ultimamente me quedo, cuando voy, por la zona de Les Halles, buenos años se llevaron de construcción.
Descubrir Montorguil y pasear, llevarme para cenar una botella de champán, una cestita de frutas ya cortadas, o de queso…c´est la vie!!!
JP Quiñonero says
Pablo,
Ah… hombre, qué menos…
Si, nunca lo digo muy alto: por miedo a que me bajen el sueldo. Pero es cierto, vivir en París tiene su encanto, claro.
Lo que cuentas es agradable y bello, si.
…
Dicho todo eso, París y el barrio, ese barrio, tienen otras caras mucho menos amables: Francia, más racismo, más presión policial contra negros, árabes e inmigrantes.
Avanti..!
Q.-