Mamá Houellebecq: “¿Mi hijo..? ¡Un cabrón con pintas..!”.
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LIBRO FORMATEADO
La concesión del premio Goncourt a Michel Houellebecq por su novela La carte et le territoire ha desenterrado la vieja polémica de las corruptelas del sistema y los “apaños”, reales o presumidos, entre editores y jurados, moviendo millones de euros: la polémica forma parte del marketing y el negocio.
Pierre Assouline, escribe en Le Monde: “Se trata de un libro formateado para dar gusto al jurado del premio. Un libro consensual, sin provocación, sensato, con un poquito de ironía para que los lectores crean que se trata de algo “trágico”, escrito por un personaje que se vuelve simpático, sonriente, para asegurar la promoción…” Assouline fue el primero en denunciar la operación marketing, a primeros de agosto, imponiendo un libro que él considera como una nadería.
“LOS JURADOS ESTÁN VENDIDOS…”
Eric Naulleau escribe en Liberation: “El escándalo de un Goncourt anunciado… ¿Hasta donde llegarán los escándalos del Goncourt? Un reciente y severo informe del Servicio central de la prevención de la corrupción (SCPC), entregado recientemente al ministerio de justicia, denunciaba la confiscación de los premios literarios, como consecuencia de los millones que generan, en beneficio de un reducido número de editores…” A partir de ahí, Naulleau entra a saco contra varios de los miembros del Goncourt, comenzando por el secretario del premio, acusado de confundir una novela de Zola con una novela Proust, para hilaridad de estudiantes de bachillerato.
Antes de recibir el premio, el mismo Houellebecq había criticado el sistema Goncourt (concedido a una novela ya publicada), con cierta brutalidad: “Los jurados están comprados por los editores. Premian lo que les dice su editor. Y, casi siempre, dan el premio a unas novelas totalmente nulas”.
ADMIRACIÓN NORCOREANA
Ayer, cuando el mismo premio Goncourt le tocó a él, Houellebecq estuvo mucho menos crítico: “Estoy profundamente feliz. La mayoría de la gente solo está al corriente de la literatura a través del Goncourt. Es interesante recibir ese premio, cuando la literatura no es la principal preocupación de los franceses”.
Más allá de la polémica, la novela ganadora del Goncourt lleva varias semanas vendiéndose aparentemente bien (en torno a los 100.000 ejemplares), lanzada ¡a mediados de junio! con un rosario de apoyos publicitarios, directos e indirectos, sencillamente excepcional, que un crítico ha resumido de este modo: “Se trata de ejercicios de admiración de tipo norcoreano”.
SEXO Y TELE COMERCIO
Ampliación del campo de batalla (1994), Las partículas elementales (1998), Lanzarote (2000), Plataforma (2001) y La posibilidad de una isla (2005), las anteriores novelas de Houellebecq, se beneficiaron de lanzamientos de otro tipo: “Descripción cruda del turismo sexual”, “el islam es la religión más gilipollas del mundo”, etc. Globalmente, Houellebecq jugaba la carta de la “provocación” y la “subversión”.
Con su cambio de editor, Houellebecq se ha beneficiado de un cambio de estrategia. Editor y autor “negociaron” un libro “más ecuménico”, “moderno, pero sin estridencias”, introduciendo muchos nombres de personalidades reales, para dar “morbo” al relato.
A partir de ese proyecto de libro, “formateado” previamente, La carte et le territoire es un cóctel destinado al gran público, con cantidades equilibradas de “vida moderna” (sexualidad), “vida artística” (personajes conocidos del gran público), “problemas de nuestro tiempo” (inmigración, medios audiovisuales, soledad de los individuos), sabiamente “agitados”, evitando toda provocación, con un gusto pronunciado por las “salidas de tono”, que Pierre Assouline ha resumido con esta frase: “Michel Houellebecq, o la Francia del tele comercio”.
“PICASSO Y LOS GARABATOS DE MIS NIÑOS…”
Uno tras otro, los distintos “temas” del libro han sido desgranados por la crítica más diversa en un tono feroz… “¿La crítica de los homosexuales? Una lamentable caricatura que ni siquiera da risa”. “¿Las compañías aéreas? Son calificadas de fascistas”. “¿Porqué son fascistas las compañías aéreas? Porque no quieren embarcar al perro de Houellebecq”. “¿Picasso? Mis niños son capaces de pintar los mismos garabatos”.
Más allá de los “grandes temas”, Houellebecq se sirve de la fama nacional de muchos personajes locales, periodistas, presentadores de televisión, personajes de la prensa rosa ketchup, como Jean-Pierre Pernaut, Pierre Bellemare, Patrick Le Lay, Michel Drucker, Frédéric Beigbeder, Julien Lepers, Alain Gilot-Pétré, Claire Chazal (sospecho que desconocidos del otro lado de los Pirineos) para convertirlos en payasos de su taberna novelesca, contando horrores, haciendo chistes y juegos de palabras, que cada cual apreciará a su manera… Un famoso presentador de tv, padre de dos o tres hijos, es presentado como homosexual que acaba confesando su verdadera identidad sexual a la hora de máxima audiencia.
Ante la crítica que no ha comulgado con las ruedas de molino, editor y autor se frotan las manos: la “polémica” estaba integrada en la estrategia comercial del premio. [ABC, 9 noviembre 2010. JPQ, Un Goncourt anunciado y discutido para MH].
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Mercè says
Excelente y documentada crónica, se agradece. Todo está integado en el comercio del libro, pero al menos tu crónica lo deja claro.
JP Quiñonero says
Mercè,
Se agradece la cosa, oye. Ya lo decía John Donne: «Literature is money, chérie…»
Q.-