¿Europa? ¿El euro? Víctimas de la insignificancia de líderes al frente de estados e instituciones…
Visto por Financial Times, el euro: una moneda amenazada.
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“MERKEL, UNA IGNORANTE; SARKOZY, UN TREPADOR”
Es Helmut Schmidt quien habla. Un respeto. Uno de los patriarcas de la construcción política y económica de Europa. A su modo de ver, Europa está cometiendo errores catastróficos.
HS estima que Angela Merkel es una ignorante en cuestiones económicas, Sarkozy algo parecido a un trepador, el presidente de Europa un señor invisible e inaudible… etcétera. Desde ese periscopio, Zapatero es sencillamente invisible. [OMFIF, Schmidt: Europe made “great mistakes”].
Helmut Schmidt estima que el luxemburgués Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, es uno de los raros políticos europeos que tiene una estatura razonable.
Juncker y el italiano Giulio Tremonti han concebido un plan de eurobonos (dinero pedido a crédito con garantía común de la UE y todos los estados de la zona euro) que Wolfgang Münchau considera, en Financial Times [FT, 9/10 diciembre 2010, Bond plan could end the euro crisis] como el primer plan sensato concebido para sacar al euro del hoyo abismal de la crisis.
A la espera de la próxima cumbre europea, París y Berlín montan un número diplomático cuya primera consecuencia fue tirar a la baja la cotización del euro. Fue Josep Piqué el primero en subrayar, hace años, que el antiguo “eje” franco-alemán se había transformado en un “club de apoyo y asistencia mútua”.
Al día de hoy, veo la cosa de este modo:
MERKEL Y SARKOY FINGEN UN ACUERDO PARA MAQUILLAR LAS DIVERGENCIAS ECONÓMICAS DE FONDO
Tras las apariencias y grandes declaraciones comunes, Francia y Alemania tienen divergencias económicas importantes, que Angela Merkel y Nicolas Sarkozy prefieren ocultar o maquillar, utilizando el “apoyo mutuo” por razones tácticas, dejando en suspenso graves problemas de fondo.
Guy Verhotfstad, ex primer ministro belga, conocedor emérito de los arcanos de la diplomacia franco-alemana, comenta: “Sarkozy apoya a Merkel en el tema de los eurobonos por razones puramente tácticas. A Francia le interesa tener eurobonos: con una deuda colosal y amenazante, París pagaría más barato, con eurobonos, el endeudamiento creciente”.
El razonamiento de Verhotfstad es compartido por muchos analistas financieros europeos, cuya tesis es muy simple y brutal: “Sarkozy prefiere apoyar a Merkel, que está totalmente aislada en Europa, para fingir que el resto de Europa desconoce los problemas de fondo que plantea la deuda francesa”.
En privado, muchos diplomáticos franceses y alemanes reconocen las divergencias maquilladas con acuerdos tácticos inmediatos. Le Figaro cita a un diplomático francés, que comenta, bajo el compromiso del anonimato: “Sarkozy hace todo lo que puede para intentar modificar la línea impuesta por Merkel. ¡No es poco…!”.
EL MAQUILLAJE PUEDE COSTAR MUY CARO
Sobre el fondo de la crisis del euro, Nicolas Baverez y otros historiadores de la economía europea reciente comparten el mismo análisis: la zona euro es víctima de las divergencias entre Alemania, unos pocos países de su área, y los países de la cuenca mediterránea, con Francia haciendo de muy frágil “puente”, ya que París es víctima de los mismos problemas que países como España: deuda creciente, competitividad declinante, déficits graves.
Todos los indicadores económicos básicos, competitividad, PIB, consumo familias, renta disponible, fiscalidad, crecimiento de la deuda y déficit público, continúan siendo divergentes entre Alemania y Francia. Muchos economistas ironizan sobre una “convergencia” franco – alemana basada en esas divergencias de fondo.
Hay quienes piensan que el “maquillaje” y el “apoyo mutuo” franco-alemán corre el riesgo de convertirse en una amenaza de inmenso calado para el futuro de la zona euro y la construcción política de Europa.
EUROPA, ENFERMA DE LA MUNDIALIZACIÓN
Helmult Schmidt, ex – canciller de Alemania, uno de los patriarcas de la construcción política y monetaria de Europa, estima que la UE es víctima de la “ausencia lamentable” de grandes líderes políticos. Desde su óptica, uno de los raros políticos sensatos y razonables, hoy, en la zona euro, es el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, que se ha convertido en la “bestia negra” de Angela Merkel, por su obstinada defensa de los eurobonos que apoyan sin éxito una mayoría de países europeos.
Por su parte, Nicolas Baverez afirma que la crisis en curso está convirtiendo a Europa en “el hombre enfermo” de la mundialización. [ABC, 10/11 diciembre 2010, Razones «tácticas» tras el apoyo entre Francia y Alemania].
maty says
Alemania hace muy bien en oponerse a la emisión de bonos europeos, pues la perjudicaría mucho.
Merkel, doctora en Químicas «de la vieja escuela alemana» no es tonta ni incapaz de aprender sobre economía, creo.
Probablemente quiere antes imponer políticas económicas comunes más estrictas y medidas para asegurar su cumplimiento, lo que es lógico e inevitable. Una vez que lo haya conseguido, entonces permitirá dichas emisiones, no antes.
Si lo permitiese ahora, tales países incumplidores no tendrían el suficiente estímulo para aplicar dichos ajustes.
Es evidente que su política tiene muchos riesgos a corto plazo, pero la seguida actualmente nos lleva al desastre sí o sí.
Tal es mi análisis desde la distancia, así que probablemente yerre.
JP Quiñonero says
Maty,
En estas cuestiones no hay opiniones definitivas: hay puntos de vista, compatibles o incompatibles entre ellos. Hay intereses… los intereses son inmorales, por principio: lo tuyo es de todos, lo mío es mío, etc…
1. Alemania está más endeudada que España, pero se beneficia de tipos más bajos: los españoles pagan más caro por conseguir los mismos cien euros prestados. Eso ocurre con casi toda Europa.
2. Francia tiene una deuda mucho más grave que la española: pide prestado para pagar a sus funcionarios, y consigue dinero más barato que España y que muchos otros.
3. La solución eurobonos es apoyada por todos los europeos, con la excepción de Alemania, apoyada moderadamente por Francia: que espera conseguir otras cosas…
a). ¿Se impondrá el resto de Europa la misma disciplina que Alemania? ¿Cuantos años y parados costará ese proceso?
b). ¿Resistirá el euro esos años de esperada convergencia?
c). Toda la historia monetaria europea de los últimos veinte años es la historia de esa misma historia de convergencia fallida, que ya dinamitó el SME…
d). Por esas razones, Helmut Schmidt y Wolfgang Münchau, entre muchos otros, apoyan los eurobonos: endeudarse con garantía común, al mismo precio… de ese modo, la crisis de la deuda se diluiría en la responsabilidad común.
e). En términos prácticos, eso requiere incontables matizaciones.
Q.-
PS. Se puede tener formación científica y no saber de economía europea. Helmut Schmidt y Wolfgang Münchau han dado muchas pruebas de su sólido conocimiento de la arquitectura política y económica de Europa. Merkel, NO; Sarkozy, tampoco.
maty says
Lo que quiere Merkel es contrario a políticas cortoplacistas tan queridas por los políticos tradicionales, quienes sólo piensan en ganar las elecciones aguantando como sea, y traspasando los problemas al siguiente.
El actual estado de bienestar europeo es insostenible sin numerosas y profundas reformas estructurales. Cuando más se tarde en afrontarlo mayor será el coste humano -sufrimiento.
Alemania tiene una economía que permite pagar holgadamente los intereses de la deuda a diferencia de la española, esa es la diferencia. El problema español se debe al TOTAL de la deuda y no sólo a la estatal y a que en menos de tres años se ha pasado del 30% al 50% y en un entorno recesivo.
Por otro lado, el desacuerdo favorece la debilidad del euro y así las exportaciones alemanas/europeas, compensando la política monetaria estadounidense y china que también apuestan por una moneda débil.
Resumiendo: o se corta el pie ahora para atajar la gangrena o en poco tiempo Europa estará como España: hay que cortar por encima de la rodilla -ya toda la pierna- para evitar que infecte al tronco y sea mortal.
Merkel ha tenido tiempo de sobra para aprender, otra cosa es que no esté de acuerdo con los demás puesto que se ha cansado de que Alemania sea siempre la pagadora por culpa de la desidia de los otros.
Los eurobonos son inevitables, como en su día la moneda única, mas se ha de aprender de los errores cometidos en su día: no tener una política económica conjunta de obligado cumplimiento y con sanciones fijadas de antemano.
¿Qué economía funciona en Europa? La alemana, así que apliquémonos el cuento antes de que nos sea impuesto -y mucho más severo.
maty says
Se me ha escurrido ahora: Merkel te contestaría en base a su conocimiento científico que el problema español está en el gradiente de la deuda 8)
JP Quiñonero says
Maty,
Se te ocurren demasiadas opiniones personales, en un terreno donde las opiniones personales tienen un interés relativo, si no se tiene experiencia directa de la cosa.
Helmut Schmidt y Wolfgang Münchau tienen mucha experiencia y mucha autoridad en este terreno. El primero, como actor histórico; el segundo como analista emérito.
Me limito a retomar sus opiniones, como antes que yo hicieron las dos o tres fuentes que cito en mi anotación. Pégales un vistazo, si te interesan estas cuestiones,
Q.-
maty says
Intento reflejar la posición alemana desde mi lejanía.
En todos estos años siempre se ha cumplido una máxima: Alemania es la pagana.
Cambiando de tercio: ¿y si planteas a la dirección del periódico realizar un par de entrevistas con enjundia a Merkel y Sarkozy? Tú a Merkel y el corresponsal en Alemania a Sarkozy, para variar o los dos conjuntamente. Con un temario similar y repreguntas para evitar que se vayan por la tangente como es habitual.
maty says
La vuelta al gráfico El Euro bono: ¿utopía o realidad?
En los comentarios:
JP Quiñonero says
Maty,
El articulo que citas está muy bien (yo si leo tus links: tu no lees jamás ninguno de los mios… con lo cual, planteas problemas que están resueltos en mis links, la mayoría de las veces). Solo tiene un pequeño defecto: es un comentario personal a un artículo, que solo es la publicidad del proyecto oficial de creación de los eurobonos. Proyecto redactado por los dos firmantes del artículo comentado… volvemos a lo mismo: comentarios sobre comentarios que comentan otros comentarios. El proyecto oficial responde por lo menudo a los comentarios de los comentarios, que me parece una miqueta absurdo seguir comentando. Corto y cierro. Sorry,
Q.-
PS. El comentario de Wolfgang Münchau que cito en mi anotación ya comentaba la cosa. Y tengo que insistir, con todos los respetos para… que Mr. Münchau es una referencia mundial en esta materia. Vale.
JP Quiñonero says
Le Monde, 11/12 diciembre 2010:
«Der Euro spricht deutsch»
Cantona suite et fin, prolongations et tirs au but. Il se confirme d’abord que, plus une information fait de buzz sur Internet, moins il faut lui accorder de crédit. Le mot juste pour évoquer le fiasco de l’opération » Videz vos comptes » lancée par l’ex-footballeur. » Déroute de l’opération banqueroute «, a joliment titré Libération. Le plus troublant, dans cette histoire, restera que cette initiative ait fait couler autant d’encre et de salive.
O.K., elle reflétait le ressentiment des citoyens contre les banques. Mais si celui-ci datait de la crise des subprimes, si les financiers avaient été un jour populaires, cela se saurait, et Balzac, Maupassant, Zola ou même Shakespeare n’auraient pas écrit autant de méchancetés sur eux. O.K., les gens en ont assez, et ils ont bien raison, de se faire tondre, à coups de commissions cachées et d’agios usuraires – ce qui est un scandale bien plus grand que les bonus des traders.
Pour autant, que des personnes a priori sensées aient pu imaginer une seule seconde que le système bancaire français, voire planétaire, était menacé par ce » bank run » programmé laisse pantois.
…
Cantona suite et fin, prolongations et tirs au but. Il se confirme d’abord que, plus une information fait de buzz sur Internet, moins il faut lui accorder de crédit. Le mot juste pour évoquer le fiasco de l’opération » Videz vos comptes » lancée par l’ex-footballeur. » Déroute de l’opération banqueroute «, a joliment titré Libération. Le plus troublant, dans cette histoire, restera que cette initiative ait fait couler autant d’encre et de salive.
O.K., elle reflétait le ressentiment des citoyens contre les banques. Mais si celui-ci datait de la crise des subprimes, si les financiers avaient été un jour populaires, cela se saurait, et Balzac, Maupassant, Zola ou même Shakespeare n’auraient pas écrit autant de méchancetés sur eux. O.K., les gens en ont assez, et ils ont bien raison, de se faire tondre, à coups de commissions cachées et d’agios usuraires – ce qui est un scandale bien plus grand que les bonus des traders.
Pour autant, que des personnes a priori sensées aient pu imaginer une seule seconde que le système bancaire français, voire planétaire, était menacé par ce » bank run » programmé laisse pantois.
Il n’y a pas que les marchés qui sont irrationnels. Mais après tout, il s’était bien trouvé, il y a onze ans, des foules apeurées pour croire, avec Paco Rabanne et Nostradamus, à la chute meurtrière de la station orbitale Mir sur Paris.
Cela fait certes moins de buzz, c’est moins glamour, moins people, moins tout ce qu’on veut, mais la crise de la dette européenne est un péril tout de même autrement plus sérieux pour l’avenir du système financier mondial.
Comme citoyen concerné et journaliste consciencieux, désireux de comprendre ce qui se passe vraiment, nous nous efforçons donc de lire à peu près tout ce qu’écrivent à son sujet les meilleurs spécialistes de la zone euro (Daniel Gros, Barry Eichengreen, Jean Pisani-Ferry, Martin Wolf, Patrick Artus, Daniel Cohen, Laurence Boone, Agnès Benassy-Quéré, Michel Aglietta, Kenneth Rogoff, et pardon à tous ceux qu’on ne cite pas, l’emplacement de cette chronique n’y suffirait pas). Car Dieu sait combien tous les économistes produisent en ce moment d’analyses et d’études, Dieu sait s’ils cogitent pour tenter de trouver des remèdes et nous sortir de ce pétrin monétaire. Ce qui frappe, d’abord, à les lire, c’est qu’à peu près tous ont l’honnêteté de reconnaître que les solutions qu’ils proposent sont soit techniquement très délicates, soit économiquement hyperrisquées, soit politiquement, enfin, quasi inapplicables. Bref, il n’y a pas de remède miracle.
Monétiser les dettes publiques ? La Banque centrale européenne (BCE) ne veut pas en entendre parler, ni l’Allemagne. Augmenter la taille du fonds de soutien financier ? Personne n’est vraiment contre, mais personne n’est vraiment pour non plus et, de toute façon, cela ne résoudrait pas grand-chose. Sortir de la zone euro ? Un suicide économique pour les pays qui choisiraient cette voie. Le fédéralisme budgétaire ? Aucun gouvernement, aucune opinion publique n’y sont prêts. Restructurer les dettes ? Tout le monde y songe, tout le monde l’exclut et les banquiers n’en dorment plus la nuit. Lancer des » eurobonds «, des emprunts d’Etat européens, sous une signature unique ? Les pays du Sud y sont favorables, la France et l’Allemagne opposées.
Du moins toutes nos lectures nous ont-elles permis d’identifier à peu près clairement le problème numéro un actuel de la zone euro. A savoir qu’elle roule à – au moins – deux vitesses. Avec des pays vertueux, bons élèves qui inspirent la confiance des créanciers internationaux et où les taux obligataires sont très bas (2,9 % pour les Bunds allemands à dix ans, vendredi 10 décembre). Et des cancres, dont plus personne ne veut acheter les emprunts, aux taux très élevés (11,4 % en Grèce, 6 % au Portugal, 7,8 % en Irlande, 5,3 % en Espagne).
Le problème est qu’une telle divergence est, à terme, intenable. D’abord parce qu’elle est incompatible avec l’idée même d’une zone économique et monétaire unifiée (personne n’imagine aux Etats-Unis des taux à 3 % en Californie et à 12 % dans le Wyoming). Ensuite parce que des taux hauts aggravent les difficultés budgétaires d’un pays et pèsent sur sa croissance, donc accroissent encore les doutes sur sa solvabilité.
Le plus inquiétant, c’est que cette zone euro à deux taux s’ancre aussi dans les têtes. Celle de l’ancien patron des patrons allemands, Hans-Olaf Enkel, et, plus grave encore, dans celle de l’ancien chancelier Helmut Schmidt. Qui a expliqué, dans Le Monde (daté 8 du décembre), qu’on a » commis une énorme erreur d’accueillir n’importe qui » dans la zone euro et qui croit à l’émergence d’un noyau dur comprenant l’Allemagne, l’Autriche, le Benelux, quelques pays scandinaves et d’Europe centrale, peut-être la France – 51 % de chances, selon Helmut Schmidt – mais probablement pas l’Italie.
» Der Euro spricht deutsch «, avait lancé l’ancien ministre allemand des finances Theo Waigel, juste avant le lancement de la monnaie unique, pour rassurer ses concitoyens. Pendant dix ans, ses propos ont été démentis par les faits, et l’euro a plutôt parlé » espéranto «, pour reprendre cette fois une formule nauséabonde de feu le leader autrichien d’extrême droite Jorg Haider.
Mais voilà, la crise de la dette donne aujourd’hui raison à tous les dirigeants de la zone mark qui étaient entrés dans l’euro à reculons, convaincus, comme Hans Tietmeyer, l’ex-président de la Bundesbank, que les pays d’Europe du sud étaient plus doués » pour gagner au football que pour réduire les déficits «. Et que, tôt ou tard, cette hétérogénéité déboucherait sur une grave crise, désastreuse financièrement pour tous.
Si elle a eu tout juste sur le passé, l’Allemagne est surtout forte de ses performances économiques présentes. Croissance vigoureuse, exportations et excédents commerciaux record, déficit public sous contrôle, elle est le seul pays industrialisé où le chômage a reculé depuis le début de la crise. Quel pays pourra aujourd’hui se permettre de lui dire non quand elle voudra imposer ses vues, par exemple en matière de gouvernance économique, ou sur le fait que tel pays doive restructurer sa dette ou sortir de la zone ?
A l’automne 2011, Axel Weber, l’actuel patron de la Bundesbank, devrait prendre la place de Jean-Claude Trichet à la tête de la BCE. Ce jour-là, l’euro parlera, au sens propre, pour de bon et pour longtemps, allemand.
Pierre-Antoine Delhommais
maty says
Sí que suelo leer tus enlaces. Cierto es que no ha sido el caso con Helmut Schmidt, porque no me interesaba su opinión sobre este tema y… ningún otro -lo habitual en mí, que no hago caso de las declaraciones de políticos en activo o no, al ser una casta que detesto.
Apareció en mis seguimientos nauscópicos de sumarios RSS después de leerte y puse la reseña, no hay más. Coincido con el análisis -de ahí la reseña: en las actuales circunstancias es imposible de implementarse debidamente, y menos con tanta variación de los intereses entre los distintos países. Una vez que todos hayan hecho los deberes sería lo deseable, reforzando mucho más el gobierno económico conjunto, mas ahora no toca, como diría Pujol.
Y sí, he leído la noticia francesa, que abunda en lo mismo, aunque discrepo: España sí que tenía que estar en el euro. El problema fue no haber impuesto un saneamiento de las cuentas públicas de verdad, con una supervisión económica de los números. Así se habría evitado la actual situación. Tiempo hubo para hacerlo a posteriori -lo lógico era antes, mas la ceguera de los políticos europeos actuales lo impidió al ser cortoplacistas.
En cualquier caso, lo que se haga volverá a hacerse de espaldas a los ciudadanos europeos, pues la política europea parece propia de ilustrados.
JP Quiñonero says
Maty,
Valeeeeeeeeeeeeeeeee… Los temas europeos son aparentemente «complicados»… de ahí que, por mi parte, no deje pasar ni una: comprendo perfectamente que esas cuestiones no interesen, pero la dejadez, insignificancia e ignorancia al respecto solo me invitan a seguir en mis trece,
Q.-
PS. Es rarísimo que yo de una opinión personal al respecto. Las opiniones personales son un poco absurdas en ese terreno. Lo que yo prefiero es citar a gente de altura y poner esas cosas en perspectiva, de una manera más o menos pedagógica.
maty says
No me interesa la opinión de H.S., un político del pasado y sin mando en plaza a diferencia de Merkel y Sarkozy. Tampoco la de Felipe González y otros, cuyas entrevistas nunca leo. Ni tan siquiera las de Zapatero, que nada pinta en Europa.
Repito que sólo intentaba reflejar la postura alemana, que además comparto.
Dejémoslo.
maty says
LIBERTAD DIGITAL Thatcher predijo la crisis del euro en 2001 David Luna
Visto y reseñado sólo para complementar la anotación.
A says
Maty, creo entender que lo normal es que existan auges y depresiones, tanto con Europa como sin ella. Es algo, puede que necesario, para el equilibrio de un pais, como de varios… no creo sea ningún augurio lo que publicas, todo buen economista sabe que podría pasar lo que hoy nos acontece, el problema es cómo dominar el tobogán sin ser sucio. Europa solo está comenzando y tengo fe de que, aunque con tropiezos, consigamos todos llegar a un estado de armonía entre los diferentes paises y culturas (¿algo utópico? espero que no).
Personalmente me parece que lo que publica Quiñonero es más razonable y es: dar a luz (para muchos) noticias creo importantes para entender muchas cuestiones sin cierto grado de manipulación y a mi parecer, bastante transparente (gracias siempre).
JP Quiñonero says
A.,
Se agradece, oye, se agradece,
Q.-
maty says
A y Quiño: ¿cómo se compagina la creación de un eurobono en 2011 con tal divergencia de tipos entre países? Primero se tienen que hacer los deberes para homogeneizar y después comenzar las emisiones, una vez creadas los nuevos entes necesarios.
La diverencia de tipos no sólo es debida a la deuda sino a la capacidad de pago futura. No es lo mismo una economía que crece bien (Alemania) y otra que continúa en recesión (España).
Pasaos por mi anotación de minutos atrás y echad un buen vistazo a la gráfica, que es demoledora para la economía española. Que cada uno forme su propio criterio después, pero primero se ha de estar debidamente informado de la situación macroeconómica, digo.
Nauscopio Scipiorum Váyase, señor Zapatero VI: DEPRESIÓN INDUSTRIAL (y sin incluir construcción!!!) en España versus recuperación en Alemania, OCDE y Zona Euro. Crisis en «L».
Así no es plausible emitir eurobonos. Más adelante sí, ahora no.
JP Quiñonero says
Maty,
La posible creación de los eurobonos ha sido razonada por una patulea de economistas que saben un poquito de esto. Y lanzada por una pareja que también sabe un poco. En esta misma anotación tienes los nombres básicos. Varios economistas de referencia internacional, entre los que alguno cito en este Infierno, estiman que serían una solución para la crisis de la deuda… a su modo de ver, la no creación de los eurobonos acelerará la crisis, a falta que la cumbre europea de un día de estos haga un milagro… el mejor análisis al respeto es el de WM que cito en esta anotación: veo que no te interesa en absoluto su opinión; prefieres la tuya. Pues que bien,
Q.-
JP Quiñonero says
Analysis: Euro zone bonds idea won’t go away
By Paul Taylor
París. Mon Dec 13, 2010 1:52am EST
Reuters.- Angela Merkel was so determined to kill off the idea of issuing common European bonds that, having tried to squelch it, the German chancellor reversed over it several times last week to make sure it was dead.
French President Nicolas Sarkozy, anxious to stay in Germany’s slipstream and avoid any threat to France’s top notch credit rating, joined her in swatting the suggestion, for now.
But the «E-bond» proposal championed by Jean-Claude Juncker, the chairman of euro zone finance ministers, and Italian Economy Minister Giulio Tremonti won’t go away because it makes sense.
«I’m convinced we’ll end up doing it, because it’s obviously the most effective solution,» said Jean-Herve Lorenzi, president of the Cercle des Economistes, a French economic think-tank. «Everyone thinks it’s a good idea but it can’t be brought into play for the moment.»
The euro zone debt crisis may have to get much worse before Germany, Europe’s chief paymaster and stickler for budget discipline, is prepared to accept such a quantum leap in European fiscal integration.
For weeks, financial markets and the International Monetary Fund have been sending European governments the message that piecemeal country-by-country bailouts, with loans at punitive rates tied to draconian austerity, won’t solve the problem.
«Rescued» countries such as Greece and Ireland risk being trapped in a debt deflation spiral of pay cuts, public spending cuts and tax rises leading to economic stagnation or contraction that yields smaller revenues, forcing still harsher cuts.
Even if Athens and Dublin apply EU/IMF adjustment programs to the letter, despite popular protest, they will end up with smaller economies to pay off larger debts.
Small peripheral euro zone countries and their banks may remain shut out of credit markets, forcing them toward default if the European Central Bank withdraws emergency cash lifelines. Larger states such as Spain and Italy that may be «too big to save» risk being sucked into the morass.
By creating a large, liquid eurobond market almost as big as the market for U.S. Treasuries, the Juncker/Tremonti plan could deter speculation against individual member states and reduce their governments’ borrowing costs.
A European Debt Agency would issue collectively guaranteed «E-bonds» to cover part of member states’ borrowing at a uniform low interest rate. But countries would have to emit the rest of their debt nationally, without a European guarantee, and pay correspondingly higher market rates.
French economist Jacques Delpla and German colleague Jakob von Weizsaecker made a similar proposal in a paper issued by the Bruegel think-tank, suggesting EU countries pool national debt worth up to 60 percent of gross domestic product — the limit set in the EU treaty — as senior «Blue Bonds.»
The remaining junior «Red Bonds» would be issued nationally, with clauses allowing for an orderly default. An independent stability council would propose the allocation of «Blue Bonds» based on a review of national budgets.
Most euro zone countries have public debt well over the 60 percent limit and rising. Greece is set to reach 143 percent of GDP this year, Italy around 118 percent, Belgium 100 percent, Ireland’s bank liabilities have pushed public debt up to 95 percent, while France is uncomfortably high at 83 percent.
Germany fears «E-bonds» would raise its own borrowing costs — the lowest in the EU — and make it subsidize profligate states. It also believes a common euro bond would reduce market discipline on countries to reduce their budget deficits.
But neither concern is entirely justified. The European Primary Dealers Association — bond-market professionals with no political axe to grind — reckoned in a 2008 study that a common European bond would lower borrowing costs for all, including Berlin, because of the scale and liquidity of the market.
The fact that member states would have to pay a higher interest rate on national borrowing beyond the European limit should preserve a strong incentive for sound fiscal policy.
The costs to Germany of further, bigger euro zone bail-outs, or of defaults by states that owe billions to German banks, not to mention wider the economic damage from a worsening European crisis, should make «E-bonds» seem a cheaper alternative.
The main legal hurdle to any common bond issuance or mutual credit guarantee is the principle of national liability for public debt, enshrined in the EU treaty’s «no bailout» clause.
There is no European sovereign to emit European sovereign bonds. But there are legal precedents for collective borrowing.
The European Commission already issues bonds guaranteed by the community budget to fund a balance of payments facility, which has lent money to EU members Hungary, Latvia and Romania.
The European Investment Bank borrows with a joint guarantee of EU states to finance regional development projects.
Berlin got around the «no bailout» principle to lend money to Greece in a multilateral bailout in May, arguing that Germany’s own financial stability was at stake. The Federal Constitutional Court approved.
Clever lawyers will find a way.
The biggest political challenge for any system of E-bonds is to agree on who should determine the allocation of credit and set the fiscal conditions.
Germany does not trust the European Commission to enforce budget discipline, which is one reason why it insisted the IMF must be a key player in bailout programs in Europe.
German Finance Minister Wolfgang Schaeuble, a pro-European veteran, who has been less dismissive of «E-bonds» than Merkel, questioned whether EU governments would be willing to accept the degree of intrusion in their budget policies which such fiscal integration would require.
But they too may soon fine the alternatives more expensive and frightening.
(additional reporting by Jean-Baptiste Vey, editing by William Hardy)
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Las negritas son mías, JPQ.
maty says
Vamos a ver, estoy a favor de los eurobonos en cuanto sea posible, así como una política económica y fiscal común que imponga disciplina a los países díscolos.
A nosotros nos vendría de perlas, sobre todo lo segundo a medio y largo plazo, dada la creciente mediocridad de la casta política española, cada vez más ignorante y sectaria.
Claro que se puede hacer ahora ¿pero será sostenible? ¿No hay que cambiar el Tratado de la UE? ¿A cambio de qué van a ceder los alemanes si ello conllevará un mayor costo para ellos, el país que lleva desde el 2001 haciendo reformas económicas mientras otros se miraban en el ombligo?
Si se obliga a que los países hagan los deberes y las reformas estructurales pendientes desde ya, los mercados no atacarán la deuda de tales países, así de simple. De tal modo se lograría tiempo para hacer las cosas bien por una vez, no empezando otra vez la casa por el tejado como sucedió con el euro.
Es como construir una carretera sólo aplanando el terreno y alquitranando, barato al principio pero más costoso a medio y largo plazo.
JP Quiñonero says
Maty,
Te lías tu solo. A todo eso responden cumplidamente todos los economistas que han trabajado el asunto, en media Europa. Y una mayoría piensan que la fórmula pudiera ser la buen, hoy o mañana, para avanzar en la doble vía de la salida de la crisis y de la construcción política de Europa.
La cosa choca contra la visión Merkel de una «Europa alemana»… que es como pedir peras al olmo. Mr Sarkozy se apunta al carro, intentando que no se vea que la deuda francesa puede ser un problema ya mismo.
Q.-
maty says
El «problema» de Merkel y el mío es que somos cabezas cuadradas, digo. En las cosas importantes mejor no improvisar, como tanto gusta a los españoles.
Tal vez por eso me gusta tanto la Simfonía fantástica de Berlioz [Wikipedia ES], al ser programática y no absoluta 😉
Dos versiones disponibles AQUÍ.
JP Quiñonero says
Maty,
Menudo pajarraco estás hecho, anda…
Q.-
maty says
milana bonita, apreciado Azarías 😛