Joan Rosell y Artur Mas han comenzado por tomar, sin estridencias, dos paquetes de medidas tan semejantes como simbólicas, imprescindibles.

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Mientras PSOE y PP distraen al personal con las Nuevas Aventuras de Don Mendo / Rubalcaba y La Vuelta de Don Pelayo / Cascos, de un pavoroso arcaísmo vergonzante, los dirigentes catalanes han asumido sus nuevos cargos, como presidente de la CEOE y la Generalitat, tomando medidas básicas que dan credibilidad a la imagen convencional del “catalán sensato”.

Rosell ha comenzado por reducir de 21 a 9 las vicepresidencias de la CEOE… purga / criba burocrática, que suena a lo que suena: supresión de cargos, despachos, baronías, etc. Sospecho que la patronal pudiera mejorar su propia economía podando su burocracia interna.

Mas ha comenzado por la reducción de conselleries (un 20 % menos) y la reducción de altos cargos (un 23 %  menos), antes de acometer una posible reducción de cargos en las empresas públicas catalanas… primeros pasos de un proyecto más amplio de recorte del déficit heredado. Sospecho que la economía catalana no se “relanzará” con el mero recorte de sus gastos burocráticos: pero ese recorte si aliviará la deuda catalana.

No soy nada experto en burocracia patronal ni finanzas públicas catalanas. Pero ese tipo de medidas suelen ser de una sensatez de padre de familia: ajustar el gasto mensual a los magros ingresos familiares. El resto es palabrería huera, granizo ideológico de la especie más podrida.

• Cataluña en este Infierno.