PlacedelaRépublique, 26 febrero 2011. Foto JPQ. Iraníes, bereberes, kurdos, tamiles, saharauis y muchos otros pueblos… con el pueblo libio.
Tras la ilusión, el verde libio se está tiñendo de sangre y negra incertidumbre.
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¿Cuanto tiempo puede durar el enfrentamiento militar entre Gadafi y los rebeldes que aspiran a su derrocamiento final…?
Nadie sabe si se trata de una cuestión de días, semanas, o meses. Queda claro un horizonte inmediato de sangre humana derramada, caos político e incertidumbre petrolífera, aventando negros nubarrones tóxicos sobre toda la escena mediterránea y quizá mundial.
Los rebeldes armados contra Gadafi están divididos entre partidarios y adversarios de pedir socorro militar a Washington y Londres:
In a sign of mounting frustration among rebel leaders over Col. Muammar el-Qaddafi’s diminished but unyielding grip on power, rebel leaders here are debating whether to ask for Western airstrikes under the United Nations banner, according to four people with knowledge of the deliberations. [ .. ] [NYT, 1 marzo 2011, Kareem Fahim y David D. Kirkpatrick, Libyan Rebels Said to Debate Seeking U.N. Airstrikes].
Rusia y Turquía abanderan la resistencia contra una intervención militar que precipite la caída final de Gadafi. Alemania y Francia balbucean sus dudas. Europa está dividida, incluso en cuestiones mucho menos dramáticas, ensimismada en su eclipse histórico. Esperar una “solución” de Naciones Unidas tiene algo de patético grotesco: la organización decidió el martes la suspensión de Libia de su Consejo de Derechos Humanos, que Gadafi presidía desde el 2003, hasta ayer mismo.
Intentar lavar la sangre del pueblo libio con agua oxigenada europea, cerrar a cal y canto nuestras fronteras a los pueblos hambrientos de pan y justicia, dejará en suspenso todas las incertidumbres, acentuando la desesperación de los hombres y mujeres que sueñan con un mundo mejor, no solo en el Magreb.
- Mediterráneo (s) y Europa (s) en este Infierno.
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