PlacedelaRepublique, 1 mayo 2010. Foto JPQ. Resistente saharaui, en París.
Tomando buena nota de la revuelta de los pueblos árabes, el Rey de Marruecos relanza su viejo y abandonado proyecto de descentralización: Cataluña, modelo para Marruecos.
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Escuché por azar el discurso de Mohamed VI, en LCI, y, honradamente, el anuncio de una “reforma global” de la Constitución marroquí, acompañada de la transformación (¿?) de la monarquía alauí en una monarquía constitucional, merece un respeto.
Sin duda, no es sensato ni razonable creerse ninguna promesa. En este caso, el derrocamiento de las tiranías locales, en Tunez y Egipto, las llamaradas revolucionarias en el Golfo, la guerra civil libia, parecen sugerir que el Rey de Marruecos ha decidido embarcarse personalmente en una aventura imprevisible para él y para los marroquíes.
Quizá sea prematuro sacar conclusiones apresuradas. Me ha parecido oportuno subrayar la importancia de un discurso que los colegas de LCI han presentado como un “discurso revolucionario”. Veremos.
- Magreb en este Infierno.
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