Una ciudad de cuento de hadas, para adultos que soñaron, sueñan o soñarán con París.
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En mi caso, decidí abandonarlo todo y marcharme a París, por vez primera, tras leer A Moveable Feast, París era una fiesta, el libro de Hemingway, en la traducción de Gabriel Ferrater. Años atrás, The Sun Also Rises (Fiesta) echó las semillas de algo que sigue muy vivo, en mí. Across the River and into the Trees y algunos cuentos ejercieron una influencia muy mayor en visión íntima de cosas esenciales sobre la vida, el amor y la muerte.
El personaje central de Midnight in Paris, la película de Woody Allen, sueña con la tierra prometida de A Moveable Feast, la ciudad de los sueños donde siguen eternamente vivos, jóvenes y encantadores, “muy pobres, pero felices”, los mismos seres de ilusión que encantaron mi adolescencia, Zelda y Scott Fitzgerald, Hemingway, Picasso, Buñuel, Dalí, Man Ray, Col Porter, Eliot, Gertrude Stein, etcétera.
Woody Allen cierra los ojos, ilumina la ciudad con sus luces de tarjeta postal, y se deja llevar, descarriado bajo la llovizna o la niebla artificial, para volver a las mismas calles, los mismos puentes, las mismas tabernas, los mismos cafetuchos, los mismos bailongos, corriendo tras las mismas chicas descarriadas en el mismo París del cuento de hadas donde los seres de ilusión y encantamiento son Zelda y Scott Fitzgerald, Hemingway, Picasso, Buñuel, Dalí, Man Ray, Col Porter, Eliot, Gertrude Stein, etcétera.
El embrujo de esas noches de leyenda permanece intacto. Cada día, en mi caso, me tiro a la calle. Y no necesito cerrar los ojos: los mismos fantasmas están ahí, con otros rostros, otros nombres, otros cuerpos gloriosos.
Woody Allen se frota los ojos para decirse que está soñando. Pero no, su personaje lo abandonará todo, la familia, la patria, la chica de su vida, para perderse en la ciudad de la niebla de esa leyenda. El autor se permite guiños, chistes, bromas, sobre los personajes de ese santoral. El autor sabe que todo es mentira. Los héroes han muerto. Todo fue un sueño. Una ilusión. Historias de fantasmas descarriados. Una ciudad de opereta, pasto para turistas perdidos en el dédalo de la ilusión que otros vivieron por ellos. Pero su personaje -que es un doble del mismo Woody Allen- abandona Hollywood y la chica que, en verdad, no era su chica, para perderse también él en por las calles de esa ciudad de cuento de hadas.
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Figaro/Figaroscope,11mayo2011. «Feliz como un americano en París«.
maty says
facebook.com/cuandoloselefantes -> YouTube Midnight in Paris Woody Allen
JP Quiñonero says
Maty,
Todos los caminos son buenos para volver a WA, claro,
Q.-