CCh.,rueduFaubourg Saint-Honoré, 14 mayo 2011. Foto JPQ.
Durante doce años, fue la mujer más poderosa de Francia.
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Mientras su padre fue presidente de la República, Claude Chirac “reinaba” en el Elíseo con mano de hierro y guantes de seda.
Ella influía en su padre, Jacques Chirac, de manera determinante. Sus consejos podían hacer o deshacer carreras. El secretario general del Elíseo, Frédéric Salat-Baroux, terminaría siendo su esposo en segundas nupcias, tras un primer matrimonio trágico, una larga unión con un yudoca famoso, y muchos rumores que ella desmintió con rara franqueza: “Nunca fui la amante de Nicolas Sarkozy”.
Perdido el Elíseo, Claude Chirac se recicló en la gran industria del lujo. Y vuelve a calle del Faubourg Saint-Honoré, la calle del Elíseo, la calle del lujo y ultra lujo, como simple clienta y observadora de los hábitos, gustos y tentaciones de los turistas ricos que siguen deteniéndose ante el palacio donde ella “reinó” durante doce años, sin reconocerla, tras sus gafas de sol.
-¿No echa de menos el Elíseo, visto ahora desde la acera de enfrente?
-¡No…! Soy muy feliz en mi nueva vida.
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CChysuesposo,Frédéric Salat-Baroux, paseando frente al Elíseo, 14 mayo 2011. Fotos JPQ.
- Fotografía en este Infierno.
Antonio says
Todo por el «status»¡ Entre ellos lo que haga falta por mantener el lujo y esplendor (aunque menos)…el mercadeo del humano por el «bien vivir»…
¡Lo que hay que hacer con tal de no tener que doblar el espinazo…!
Saludos domingueros.
JP Quiñonero says
Antonio,
Bueno… en el caso de Claude Chirac… ella pasa un poco o un mucho de lujos. Lo suyo era la erótica del poder; algo así,
Q.-
Carmen says
Ay, Q.-, y la erótica del cirujano estético que convierte la pluralidad en una unicidad implacable: todos hacen la misma nariz. No sé por qué.
Carmen
PD: es un comentario extraño pero lo he pensado y visto en muchas fotos. Y tenía ganas de decirlo. Perdón.
JP Quiñonero says
Carmen,
Llevas razón. Algo oscuro hay, en efecto, en esa decisión de modificarse el rostro… detalle una miqueta frankensteiniano, claro,
Q.-
PS. El rostro, espejo del alma… convertido en pasto para la cirujía estética: así están nuestras almas…