La reforma de la Constitución confirma un cambio cultural de fondo

Caldetes, 23 agosto 2011. Foto JPQ.

Bien o mal consumado -el tiempo lo dirá-, el proyecto PSOE / PP de reforma de la Constitución confirma un cambio cultural de inmenso calado.

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Cambio de cultura económica. Cambio del puesto del Estado en la producción de riqueza y la distribución de servicios. Cambio de las relaciones económicas entre el Estado y las comunidades autónomas. Confirmación definitiva del sometimiento del Estado a una disciplina europea, diluyendo la difunta soberanía económica nacional.

Hasta el 2007, una parte del tejido político y social español pensaba que el Estado podía ofrecer servicios y “bienestar” indefinidamente, pagando don dinero ajeno o endeudándose. Ese comportamiento ha agravado todas las crisis españolas (Agravación de las crisis españolas, 2), degradando la credibilidad nacional en la escena internacional. El proyecto de reforma de la Constitución confirma de manera patética el hundimiento final de ese “modelo” económico, PSOE y PP pactan la derogación constitucional del socialismo.

Existía una inmensa bibliografía internacional sobre la crisis del Estado providencia. Pero ciertas élites carpetovetónicas seguían y siguen estando en la inopia, insensibles a la evidencia: la prestación de servicios públicos con dinero prestado, o incrementando la Deuda, es un mecanismo perverso de corrupción de la economía y la vida pública. Mientras las élites intelectuales siguen soñando con vivir del cuento de las subvenciones, la canciller de Alemania impuso al presidente del Gobierno, en la inopia, un severo castigo: Merkel y el BCE imponen a Zapatero la reforma de la Constitución española.

Tras los incontables debates sobre las relaciones económicas entre el Estado y las comunidades autónomas (naciones constituidas voluntariamente en comunidades, etcétera, etcétera), la reforma de la Constitución abre la vía más sencilla de “armonización”. El “café para todos” se transforma en “disciplina para todos”.

Esa “disciplina para todos” -sujeta a incontables chalaneos, rasgado de vestiduras y conflictos políticos locales, no siempre liliputienses: pienso en Cataluña- también confirma definitivamente los límites económicos del Estado español: su Constitución aceptará como propio el modelo y disciplina del Pacto europeo de estabilidad y crecimiento. Bye, bye “soberanía” económica nacional.

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Evolución déficit. Agencia Tributaria / La Vanguardia, 27 agosto 2011.