Temo que la incomprensión de las relaciones Merkel / Sarkozy haga incomprensibles las crisis europeas.
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En verdad, las relaciones Alemania (Angela Merkel) y Francia (Nicolas Sarkozy) son esquizofrénicas desde hace años: pienso una cosa, digo otra y hago una tercera.
La prensa alemana denuncia desde hace mucho esa irrealidad fantasmal. La prensa francesa se acomoda a tan desigual relación, fingiendo ignorarla, ya que, finalmente, el fantasma del “dúo”, la “pareja”, el difunto “eje”, basado, hoy, en el cultivo de una mentira piadosa, beneficia a todo el mundo, en distinta medida.
Helmut Schmidt fue el primero en certificar la defunción del legendario y muerto “eje” franco-alemán. Josep Piqué fue el primero en desvelar la nueva relación franco-alemana: una sociedad de apoyo mutuo.
Los dibujos animados franceses la describen de manera muy gráfica… antes del alba, insomne, Sarkozy abandona el lecho conyugal (donde Madame Sarkozy duerme tan ricamente, acompañada de su hija), perseguido por el fantasma de una Angela Merkel “tiránica”. Los cotilleos alemanes hablan de una canciller que pide a su chófer que le de un “paseo” por Berlín, en su Audi privado, para “liberarse” de la pesadilla Sarkozy.
El tumor esquizofrénico que provoca las pesadillas franco-alemanas viene de muy lejos…
Cuando Merkel pide una “regla de oro” presupuestaria, para toda la zona euro, Sarkozy se apunta al carro de una iniciativa franco-alemana. En alemán, eso quiere decir: “¡Francia debe ser más rigurosa, si quiera evitar la decadencia!”. Los franceses traducen muy libremente: “Ya veremos cuando podremos recortar las deudas acumuladas desde hace treinta años”.
Cuando Merkel estudia los diversos escenarios de la bancarrota griega (salida del euro, traumática pero soportable, lesiva para los intereses alemanes, catastrófica para todos), los banqueros alemanes sacan la calculadora y se horrorizan ante el costo de los distintos escenarios para los contribuyentes alemanes. Inquieto ante la triple A francesa, Sarkozy traduce: “Todos debemos cumplir los compromisos contraídos”… que es una manera de pedir paciencia al gobierno alemán.
Cuando Merkel evalúa los escenarios de una reforma de los tratados europeos, Sarkozy teme que esa evaluación “distraiga” a Berlín de la gestión de la crisis en curso, cuando la credibilidad francesa se degrada inexorablemente desde hace meses.
Para el resto de los aliados europeos la esquizofrenia franco-alemana tiene grandes ventajas.
Cuando Italia (Berlusconi) o España (Zapatero) pedían “paciencia” y “solidaridad” europea se estaban “cobijando” bajo el plumaje retorico francés: pagar las deudas y recortar el déficit con el rigor germánico requieren un régimen a pan y agua presupuestaria, que Francia es el primer aliado que no cumple.
Cuando España (Zapatero) o Italia (Berlusconi) han hablado de rechazar una Europa a varias velocidades, aspirabann a recibir de Alemania (Merkel) el mismo trato de favor que Francia (Sarkozy), callando la evidencia: la zona euro ya funciona a varias velocidades… Y es Berlín y el BCE quienes imponen la velocidad que consideran oportuna, y que Mario Monti ha resumido con crudeza: “Para recibir la ayuda del BCE, los Estados deben comenzar por ayudarse a sí mismos”. Velado mensaje del presidente del BCE al gobierno francés: “No sigan aplazando los recortes, para poder seguir simulando que Alemania y Francia caminan a la misma velocidad”. España modificó su Constitución a las pocas semanas de “pedirlo” Berlín y el BCE.
En definitiva, la esquizofrenia franco-alemana sigue siendo esencial: sin ella, la zona euro y la UE dejarían al descubierto un temible rosario de miserias desnudas… endeudamiento colosal, demografía declinante, crecimiento irrisorio, llamaradas populistas, eclipse histórico. Las fantasmadas francesas permiten a Alemania hacer pasar, mal que bien, el rigorismo prusiano de Frau Merkel, consciente que Alemania no puede navegar sola en el océano sin orillas de la mundialización.
- Europa, España, víctimas de las burocracias de Estado.
- España y la nueva geografía política de Europa.
- Sarkozy, Merkel, Brown, Berlusconi y el eclipse de Europa.
- Europa (s), UE, Alemania y Francia en este Infierno.
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maty says
Entonces ¿qué papel debe jugar España?
Para mí sólo hay una salida, como bien sabes, la búsqueda de la excelencia y la optimización de los recursos. Pero la partitocracia y sociedad españolas no están por ello, continúa mirándose en el ombligo, así que el declive español está más que asegurado.
No sería tan difícil cambiar el rumbo si tuviésemos unos gobernantes que apostasen decididamente por ello, cambiando todo lo que haya que cambiar, incluso refundando el Estado. No veo al PP de Rajoy capacitado para abordar el problema, máxime con los días transcurridos y su inacción, ignorando la extrema gravedad actual. Vamos, sospecho que se dedicará a parchear lo necesario y poco más para así intentar mantenerse en el poder, que es lo prioritario para la partitocracia gobernante de turno en España.
Mientras tanto:
Nada es Gratis Portada del Economist de mañana: ¿Es esto el final? Luis Garicano
JP Quiñonero says
Maty,
«¿España?. España no existe…» decía Cernuda, hace siglos, en Londres.
¿Hoy..? La única alternativa diplomática de España, hoy, como ayer, es intentar apoyar o apoyarse en París y Berlín, intentando vender lo más caro posible sus apoyos a geometría variable,
Q.-
PS. El Economist finge ignorar la estrategia de frau Merkel y el BCE… NO soltar un euro, hasta que los vecinos están contra las cuerdas: de ese modo se intenta que París y el resto de la patulea «aceleren» los recortes. Spain incluida.
interbar says
Creo que Merkel mira de reojo a las encuestas electorales.
Como todos.