Barcelona, Plaza de Cataluña, 12 agosto 2011. Foto JPQ.
Variaciones sobre la zarza ardiendo en el cuerpo de…
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El amor y la pasión del narrador de la Recherche por Albertine -preludios del desencanto y el olvido, roturando nuevos territorios inexplorados en el campo siempre virgen de la memoria, a través de la palabra, herramienta del Logos- le permiten a Proust descubrir la doble naturaleza apolínea y dionisíaca de la creación (Nietzsche, Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik), tan semejante a la comunión carnal, cuya dulzura apolínea confina con la luminosa oscuridad donde el Octavio Paz de La llama doble evoca la comunión de los amantes del budismo tántrico con todas las cosas de la creación y el narrador de la Recherche otea el riesgo de un peligro mortal:
C’est justement parce que cette douceur a été nécessaire pour enfanter la douleur – et reviendra du reste la calmer par intermittences – que les hommes peuvent être sincères avec autrui, et même avec eux-mêmes, quand ils se glorifient de la bonté d’une femme envers eux, quoique, à tout prendre, au sein de leur liaison circule constamment, d’une façon secrète, inavouée aux autres, ou révélée involontairement par des questions, des enquêtes, une inquiétude douloureuse.
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Les jours avaient succédé aux jours, ces habitudes étaient devenues machinales, mais comme ces rites dont l’Histoire essaye de retrouver la signification, j’aurais pu dire (et ne l’aurais pas voulu), à qui m’eût demandé ce que signifiait cette vie de retraite où je me séquestrais jusqu’à ne plus aller au théâtre, qu’elle avait pour origine l’anxiété d’un soir et le besoin de me prouver à moi-même, les jours qui la suivraient, que celle dont j’avais appris la fâcheuse enfance n’aurait pas la possibilité, si elle l’avait voulu, de s’exposer aux mêmes tentations. Je ne songeais plus qu’assez rarement à ces possibilités, mais elles devaient pourtant rester vaguement présentes à ma conscience. Le fait de les détruire – ou d’y tâcher – jour par jour était sans doute la cause pourquoi il m’était doux d’embrasser ces joues qui n’étaient pas plus belles que bien d’autres ; sous toute douceur charnelle un peu profonde, il y a la permanence d’un danger. [ .. ] [MP, Recherche, Albertine vous ouvrira].
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Las negritas son mías.
Experiencia del tormento del amante, ante el vértigo del cuerpo amado, espejo de la ilusión y el calvario de una llama o una herida, que todo lo ilumina en el éxtasis de la beata Ludovica Albertoni de Bellini y la Noche oscura:
En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.
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- París, Proust. El lunar de Albertine, frente al mar y en la intimidad.
- París, Proust. El dandi y la cortesana, ante a Notre-Dame.
- París, Proust. El salón donde se cruzan los vivos y los muertos.
- París, Proust. La belleza, niñas, mujeres y brujas.
- París, Proust. Botticelli y el cuerpo mortal y rosa de Odette.
- París, Proust. Piernas cruzadas y fantasmas nocturnos.
- París, Proust. El bosque de las amazonas.
- París, Proust. Poseer a Madame, al anochecher, frente al lago.
- París, Proust. La pastelería y el sexo.
- París, Proust. El claro de luna y la crisis de nuestra civilización.
- Quiñonero en el hotel sadomasoquista de Proust.
- París, Proust. Mme de Guermantes, el buqué de flores y la creación.
- París, Proust. El pie y las artes de la seducción y el placer.
- París, Proust. St.-Augustin y el Ángel de la historia.
- París, Proust. St.-Lazare, prodigios e infierno.
- París, Proust. Esquina nocturna, 2.
- París, Proust. Tentaciones e inseguridad.
- París, Proust, rutas de Fortuny y Sara Bernhardt.
- París, Proust, despojos de un jardín legendario.
- París, Proust, esquinas nocturnas y spleen.
- Paris, Proust, esquina nocturna.
- La casa donde Proust escuchó la Sonate de Vinteuil.
- Fotografía y París en este Infierno.
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Barcelona, Plaza de Cataluña, 23 agosto 2011. Foto JPQ.
Erudita hermosura.
Laura,
Agradecimientos…
Q.-
Juan Pedro,
aunque no siempre te lo diga con palabras, siempre te acompaño silencioso en tus proustianos paseos.
Abrazos.
José Julio,
También yo te acompaño, a mi silenciosa manera, propia de Hombres desarraigados,
Abrazos,
Q.-