Castillo de Vincennes, François Hollande, 15 abril 2012. Foto JPQ.
Francia es víctima de un “Estado carnívoro” cuya mala gestión de las finanzas públicas es una amenaza permanente para la zona euro.
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No deja de ser altamente simbólico que François Hollande defienda su programa socialista a las puertas de una histórica residencia de los reyes de Francia, el Castillo de Vincennes.
Las promesas electorales de Nicolas Sarkozy y François Hollande son percibidas con muchas reservas por las agencias de notación internacional, que amenazan con una nueva degradación de la cota internacional, los próximos meses. Francia vuelve a estar amenazada por las agencias internacionales de notación.
Las promesas electorales de los candidatos minoritarios a las elecciones presidenciales del 22 de abril y el 6 de mayo próximo son dinamita política pura, hipotecando parcialmente las promesas de los vencedores anunciados de la primera vuelta.
“Estoy al frente de un Estado en bancarrota financiera. Estoy al frente de un Estado que tiene un déficit crónico desde hace 15 años. Estoy al frente de un Estado que no ha votado un déficit equilibrado desde hace 25 años…” declaraba François Fillon, primer ministro, el mes de septiembre del 2007.
CÁNCER DE ESTADO
Nicolas Sarkozy confirmó a su primer ministro, tras esas declaraciones. Y, cinco años más tarde, casi todos los indicadores de las finanzas públicas han empeorado, con pocos matices esperanzadores para el saneamiento de las cuentas de un Estado que tiene todos los vicios de un “ogro filantrópico”, por utilizar la terminología utilizada por Octavio Paz para intentar comprender los efectos perversos del Estado providencia.
La deuda pública francesa ascendía el 2007 al 59.6 % del PIB. Cinco años más tarde asciende al 90 % del PIB, “el umbral a partir del cual el deuda y el servicio de la deuda destruyen la actividad económica y el empleo”. Se trata de la más grave lacra cancerosa del Estado francés, que no tiene un presupuesto equilibrado desde 1974 / 1978.
El déficit publico ascendía el 2007 al 3 % del PIB para crecer hasta el 7.1 % del PIB el 2010. Todos los gobiernos franceses han incumplido siempre todas las previsiones y promesas de saneamiento del déficit nacional, desde los primeros planes de convergencia europea.
BIENESTAR PAGADO CON DEUDA
Sin control la deuda, ni el déficit, el gasto público ha continuado inexorablemente. En 1978, el gasto público ascendía al 44.4 % del PIB. El 2009 ascendía al 56.2 % del PIB. Para crecer en otros 2 puntos los últimos años.
Dicho de otro modo… El Estado francés gasta y se endeuda mucho. El “bienestar” se ha pagado con deuda pública. El 2007, el paro afectaba al 7.5 % de la población activa. Hoy afecta a más del 10 % de la población activa.
Un analista liberal como Nicolas Baverez resume la situación de este modo: “El declive de Francia no ha sido jamás tan acentuado desde los años 30 del siglo pasado. El bloqueo del crecimiento y el paro permanente subrayan el empobrecimiento colectivo. La nación se desintegra y no llega a integrar a los jóvenes ni a los inmigrantes. Francia está hoy bajo la doble tutela de Alemania y los mercados financieros”.
SARKOZY: 32.000 MILLONES DE PROMESAS
¿Qué proponen los grandes candidatos a la elección presidencial del 22 de abril y el 6 de mayo próximos..? Más impuestos, pocos recortes de Estado y nuevos aplazamientos del saneamiento de las finanzas públicas, como ya proponían Jacques Chirac (1995 – 2007) y Nicolas Sarkozy el 2007.
Consciente de la gravedad de la crisis estructural del Estado providencia francés, Sarkozy ha lanzado nuevas promesas:
-Francia adoptará la “regla de oro” presupuestaria nacional, que ya aprobaron Alemania y España.
-Francia terminará respetando los criterios de los nuevos criterios de convergencia europea en un par de años.
Sin embargo, el programa electoral del presidente no habla de recortes del gasto público, e incluye promesas electorales que tienen un costo oficial de 32.000 millones de euros. ¿Cómo podrá financiar Sarkozy esas promesas electorales? Con nuevos impuestos y reformas todavía mal detalladas. Sarkozy se ha comprometido personalmente en “cumplir” los compromisos europeos.
HOLLANDE: 50.000 MILLONES DE PROMESAS
Su gran rival, François Hollande, socialista, no se siente comprometido con la palabra de Estado empeñada en la UE. Y su programa de gobierno tiene tres fundamentos: más impuestos, creación de más puestos de funcionarios, y aplazar el saneamiento de las cuentas públicas hasta el 2017, “cuando llegue el crecimiento económico”.
La “factura” del programa del candidato socialista ha sido evaluada por distintas instituciones en unos 50.000 millones de euros. A pagar con nuevos impuestos y deuda pública. Sarkozy ya tiene previsto pedir este año unos 110.000 millones de euros, en los mercados internacionales de deuda. Si fuese elegido presidente, Hollande tendría que elevar significativamente tales demandas de deuda, a un precio previsiblemente creciente.
DE LAS DEUDAS A LOS DELIRIOS
Sarkozy y Hollande pasan por ser los candidatos “realistas”. A su izquierda y derecha, Jean-Luc Mélenchon (comunista) y Marine Le Pen (extrema derecha) tienen exigencias que rozan el delirio. El programa de Mélenchon está evaluado en unos 100.000 millones de euros. La familia Le Pen “exige” la retirada pura y simple de la zona euro, para devolver a Francia su “soberanía” nacional.
Ante tales realidades y delirios electorales, hace días que circulan rumores sobre la posible degradación de la cota financiera internacional, que Plantu ha resumido en primera página de Le Monde con una guillotina internacional esperando la hora de una ejecución sumaria, Francia vuelve a estar amenazada por las agencias de notación internacionales. ABC, 15 abril 2012. JPQ, Sarkozy y Hollande, ante el insostenible Estado de bienestar de la República.
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Castillo de Vincennes, François Hollande, 15 abril 2012. Fotos JPQ.
- Francia y Fotografía en este Infierno.
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