La extrema derecha dará la llave del Elíseo a Hollande o Sarkozy.
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Villepinte, 11 marzo 2012. Foto JPQ.
La extrema derecha y los abstencionistas tienen la llave del Elíseo en las elecciones presidenciales del 22 de abril y el 6 de mayo próximos. Nicolas Sarkozy está convencido de su victoria final, por una razón muy simple: “La mayoría conservadora de Francia no puede dar el poder a un presidente socialista”.
Sarkozy y sus consejeros se apoyan en una aritmética más o menos sólida. Todos los sondeos coinciden en un punto capital: la totalidad de los votos de los candidatos de centro y derecha, en la primera vuelta, es varios puntos superior a la totalidad de los votos de los candidatos de izquierda y extrema izquierda.
DERECHAS MAYORITARIAS
Dicho de otro modo, según los últimos sondeos, el centro y las derechas pueden esperar conseguir el 53 % de los votos de la primera vuelta, este domingo. Desglosados de este modo: Sarkozy, un 27 %; François Bayrou (centrista), un 9.5 %; Marine Le Pen (extrema derecha) un 15.5 %. Otro candidatos ultra minoritarios, 1 %. En total, una mayoría electoral del 53 % de los votos de la primera vuelta.
Por su parte, la totalidad de los candidatos de izquierda y extrema izquierda pueden totalizar un 47 % de los votos de la primera vuelta. Desglosados de este modo: François Hollande, un 28 %; Jean-Luc Mélenchon (Frente izquierdas, comunistas y otros), un 14.5 %; Eva Joly (ecologista) un 3 %; y otros candidatos de extrema izquierda 1.5 %. En total, un 47 %.
LA EXTREMA DERECHA VOTA SOCIALISTA
Aritméticamente, bastaría con que todos los electores que votaron centro, derecha o extrema derecha en la primera vuelta voten por Sarkozy en la segunda. Y el presidente candidato sería reelegido el 6 de mayo.
La realidad electoral es un poco más compleja.
Históricamente, desde 1981, la familia Le Pen ha preferido la victoria de la izquierda, siempre que ha podido. Esa hipoteca pesa hoy contra Sarkozy. Según las últimas estimaciones, un 30 % de los electores de Marine Le Pen votarán Hollande en la segunda vuelta. Y otro 33 % se abstendrá. Dicho de otro modo: la extrema derecha y los abstencionistas pueden dar la victoria al candidato socialista.
EUROPA Y LOS INMIGRANTES
Sarkozy intenta salvar ese obstáculo, lanzando una ofensiva final con tres frentes: advirtiendo a los electores de extrema derecha del alcance de su voto; apelando al voto útil de los electores centristas; presentándose como el candidato capaz de unir a todos los electorados de la izquierda reformista a la extrema derecha.
A los electores que votarán Marine Le Pen en la primera vuelta, Sarkozy les advierte: “No os equivoquéis… votar socialista o abstenerse, en la segunda vuelta, agravará todos los problemas de Francia”.
De manera apenas velada, el presidente candidato se dirige al electorado de extrema derecha con muchos temas tradicionales: “Francia abandonará los acuerdos de Schenguen, si Europa no consigue poner frente a la inmigración ilegal”.
CENTRISTAS EN EL LIMBO
Ante François Bayrou y su electorado centrista, Sarkozy utiliza una táctica más sutil. El presidente ha prometido una reforma electoral, si gana, antes de las elecciones legislativas del mes de junio próximo. Se trata de un “regalo” excepcional.
En tercer o cuarto puesto en la primera vuelta, Bayrou corre el riesgo de desaparecer, políticamente. Sarkozy le promete una reforma electoral que permitirá crear un grupo centrista en la nueva Asamblea Nacional. Un grupo parlamentario significa dinero e influencia. La maniobra pudiera culminar nombrando a Bayrou primer ministro, en su momento. Se trata de una maniobra un poco bizantina, pero realista, si funciona. Si Bayrou pidiese para Sarkozy el voto de la segunda vuelta, el presidente recibiría una apoyo muy estimable.
IZQUIERDAS UNIDAS, DERECHAS CAINITAS
Ante la segunda vuelta, el candidato socialista tiene seguro el voto de todas las izquierdas. Y puede contar con el apoyo de una parte de la extrema derecha. Si Sarkozy consigue salvar esa trampa perversa, su campaña pudiera desmentir las estimaciones de todos los sondeos.
Es la opinión generalizada de los mejores especialistas y estudiosos del mercado político francés. Jérôme Jaffré, presidente del Centro de estudios para el conocimiento de la opinión pública (Cecop) comenta: “La elección no está perdida ni ganada para nadie. Tras el voto de la primera vuelta, todo parecerá más claro. Si la extrema derecha sube y la extrema izquierda baja. Si los abstencionistas terminan tomando partido, Sarkozy pudiera estar en buena posición ante la segunda vuelta”.
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ABC, 20 abril 2012.
Desde la distancia, me parece obvia la victoria de Hollande. A menudo recuerdas que Francia lleva tres décadas con las reformas estructurales pendientes, endeudándose para evitar afrontándolas. Ergo, ganarán los que quieren continuar endeudándose… si les dejan los acreedores.
Por eso quiere el candidato socialista que el BCE compre deuda pública directamente para así evitar que la milonga se termine.
Lo dicho, desde la distancia y con el filtro que supone UTI para entender la mentalidad francesa imperante.
Maty,
Quizá la cosa sea mucho más simple. El personal parece estar hasta el gorro de Sarko, que no las tiene todas perdidas, a pesar de todo,
Q.-