PlacedelaConcorde, 10 octubre 2009. Foto JPQ.
Han pasado tantos años…
[ .. ]
Ni el narrador ni yo mismo hemos podido olvidar. Quizá solo la muerte ponga fin a ese tormento.
… Mi hermano se emborrachó aquella noche por vez primera; y ella, desde un extremo del salón, contemplaba con una sonrisa de gratitud las impertinencias de VN, que, con un vaso de ginebra con hielo en la mano, increpaba en francés a los músicos de la orquesta, pidiendo que repitiesen una y otra vez Singin’in the Rain. Huyendo de la soledad, entre jóvenes que apenas hablaban ingles o francés (mis rudimentos de alemán me condenaban al más absoluto silencio) y adultos a los que odiaba, pude coquetear vagamente con una de las hijas del dueño de la casa, una chica rubia y pecosa que sentía debilidad por los canapés de caviar. Fue una noche horrible y gloriosa. Bailamos hasta el amanecer, y creí que estaba comenzando a contener el dolor y la desesperación, cuando ella, entre risas, apareció abrazada al acompañante con el que había conversado toda la noche, esquivando otras compañías, entre el bar y los rincones del salón de baile, subiendo por las escaleras que conducían a las habitaciones de la segunda planta. ¿Cuanto tiempo pudo transcurrir? ¿Una hora, acaso…? Cuando la vi bajar, sola, retocándose el cabello, supe cuán difícil es controlar el sufrimiento y la amargura, pidiendo otra copa de champagne.
Nos acompañó al hotel, pero antes dimos en su coche un largo paseo (que haría más penosa y difícil la despedida) con un pretexto fútil: quizá el frío crudo de la noche podría despejar a VN, dormido como un tronco. Ella detuvo su automóvil en un recodo de la carretera. Y pude ver como sus labios brillaban aún después de caído el rouge, cuando una sedosa penumbra iluminó por unos instantes la palidez de su rostro. La abracé apasionadamente, jurándole entre lágrimas que la amaba. Ella me dejó hacer, en silencio, acariciándome el cabello, diciendo que algún día comprendería; ella debía regresar a Berlín, nunca volveríamos a vernos, y no debía sufrir, porque mañana la olvidaría… Escritos de VN.
[ .. ]
- Comentario de Darío Villanueva sobre los Escritos de VN.
- De Huck Finn a Don Quijote, o Fausto, pasando por la adolescencia gloriosa de VN.
- Escritos de VN… el mismo libro para dos libros distintos.
- VN en este Infierno.
Deja una respuesta