El BCE no puede salvar a España .. de sus demonios.
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El Bundesbank, el BCE y los mercados quieren saber quién es España.
El BCE no puede pagar todas las locuras españolas.
España camina hacia ninguna parte, 3.
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LA BANCARROTA
Manuel Martín Ferrand
Esa falta de confianza que nos estamos ganando a pulso puede llegar a generar efectos más demoledores que la vaciedad de las arcas del Estado.
Ni la calor, que sigue siendo mucha, justifica un desvarío como el que vivimos en España. José Luís Rodríguez Zapatero, pobre visionario, sentó las bases del despropósito y, con la eficaz ayuda de las Autonomías, marcó el rumbo de una decadencia económica que se mide por millones de parados y por el monto de los intereses de la Deuda. Ocho meses después de que Mariano Rajoy sucediera a Zapatero, las cosas no han mejorado mucho. La endeblez del Gobierno del líder del PP es equiparable a los anteriores. Basta con mirar de soslayo para ver un grupo en el que se frecuentan los enfrentamientos entre ministros, el fulanismo, la contradicción, el disimulo, las medias verdades y, envuelta en silencios, una escasez de proyecto político que solivianta el ánimo. Parece que salvar a las instituciones financieras de mal gobierno y peores resultados es el asunto prioritario de Rajoy y un equipo que engorda los impuestos y anuncia privatizaciones imposibles sin atreverse a cortar por lo sano, como marcan los protocolos quirúrgicos más contrastados.
Nuestro déficit colectivo puede evaluarse por los grados de desconfianza internacional que genera la actualidad española; desde comisiones parlamentarias, como la andaluza, en la que solo actúan mudos y desmemoriados, hasta asaltos a supermercados e instalaciones hoteleras, que parecen quedar impunes, pasando por las dudas sobre la libertad de un asesino etarra al que, incluso las autoridades de Interior, llaman por su alias, como sus compañeros de banda y correría.
Esa falta de confianza que nos estamos ganando a pulso puede llegar a generar efectos más demoledores que la vaciedad de las arcas del Estado. Aprovecho el verano, como de costumbre, para la relectura de las novelas que más alegraron mi juventud. Tengo ahora en las manos Los Maia, una de las grandes obras de Eça de Queirós. El relato apunta la posibilidad de que cualquiera, en dos o tres años, consiga la bancarrota nacional y, ante el pasmo de su auditorio, aclara: «Basta con mantener una agitación revolucionaria constante. Las vísperas de los empréstitos, doscientos mocetones debieran liarse a palos con la guardia municipal y romper los faroles al grito de ?¡Viva la República!?. Se telegrafía todo esto en letras bien grandes a los periódicos de París, Londres y Río de Janeiro, se asusta a los mercados, a los brasileños, y la bancarrota está segura». ¿Quién habrá tomado como manual de operaciones la ficción del maestro de la narrativa portuguesa? Si tenemos en cuenta que se editó en 1888, ello coincide, en la tabla de la cronología y los intereses hispanos, con la puesta en sazón de los nacionalismos que, machacados durante el franquismo -tiempo a descontar-, vuelven por sus fueros en edición ampliada y sin corregir. ABC, 26 agosto 2012.
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Las negritas son mías.
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Mataró, 20 agosto 2012. Foto JPQ.
- Anales de Caína, España y Economía en este Infierno.
Sani says
Cher Juan Pedro,
Los que no somos expertos económicos solo podemos hacer las preguntas que se hace el ciudadano de a pie, y el tertuliano de café…
Y en esa situación yo me pregunto -y pregunto a los expertos- a ver si alguien responde seriamente a la pregunta del millón:
¿Cómo es que ahora sí que se cuadran Alemania y Francia y no se cuadraron hace 5 o 10 años?
¿Cómo es que nadie antes en ninguna de las muchas cumbres comunitarias que hubo no puso el dedo en la llaga y se decidió que había que saber en qué se malgastaban los miles de millones invertidos en España y en Grecia por citar dos sacos rotos flagrantes?
Y acabo quedándome con la impresión que eso era «la crónica de una muerte anunciada». ¡Solo que Aznar y Zapatero jugaron a ver quién la tenía más grande en el mundo mundial! y se atrevían a decirlo en voz alta: payasos que se comparaban con Alemania y que alardeaban de tener más kms de AVE que nadie en el mundo.
¿Cómo se explica que a esa locura no se le dieran toques serios por parte de las más altas instancias económicas, políticas, militares, de inteligencia de Europa?
Inaudito e inexplicable. A menos que estuviera algo programado y formara parte parte de un guión perverso.
«Que construyan, que se endeuden por generaciones, que se emborrachen de fútbol, que paguen caro su analfabetismo, su facundia y su codicia rampantes : «Más dura será su caída»….
Sólo nos falta por saber si en ese guión está también programada la división de Europa en dos zonas de moneda. Una con el euro y otra con la pepeta (sic) y el dracma….(???)
Algo de eso tiene que haber cuando nos cuentan que Francia y Alemania hacían la vista gorda a los desmanes mafiosos de Grecia con tal de que ese país les comprara obligatoriamente material de guerra de todo tipo por valor de millones y más millones de euros… «alguien lo pagará o nos quedaremos con sus islas» debieron pensar. Y ha llegado el momento de hacer caja con griegos y españoles.
Tiene que ser algo así. Porque si no, no hay explicación lógica posible.
En caso contrario, si no se tratara de algo ya programado desde hace tiempo, Europa sería igualmente culpable del crimen, como cómplice necesario para se haya producido esa esa hecatombe con tanta intensidad, sobre tanta extensión y durante tantos años… !!! .
Parece que nos vamos a enterar muy pronto de l respuesta a tanto enigma o por lo menos de los próximos movimientos políticos y económicos de unos y otros en Catalunya, en España y en Europa.
¡Que los dioses no sean demasiado perversos con nosotros!
JP Quiñonero says
Sani,
Todo eso se resume de manera muy simple y mundial. Cara a los años por venir…
-Más pobreza, menos servicios, más impuestos, más curro (quienes lo tengan) y menos «riqueza» por distribuir,
Q.-