¿Qué pensar de la gran manifestación de la Diada catalana, este 11 de septiembre..?

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Intentaré comprender qué puedo pensar yo.

De entrada, la división de los catalanes sigue siendo excepcionalmente alta. Y tiene flecos muy antagónicos, según el último estudio de sus aspiraciones políticas, publicado por La Vanguardia el pasado 9 de este mismo mes de septiembre:

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LV, 9 septiembre 2012.

Según ese estudio, crece de manera muy llamativa la aspiración independentista (un 34 %). La opinión de quienes consideran a Cataluña una región de España sigue siendo muy minoritaria, con un 5.7 % que sería ingenuo enterrar. Las opiniones de quienes aspiran a un Estado “dentro de una España federal”, o solo aspiran a continuar perteneciendo a una comunidad autónoma, siguen siendo el “corazón” sociológico de Cataluña.

¿Cómo articular políticamente aspiraciones políticas tan divergentes y enfrentadas en su raíz última? Sospecho que muy malamente. Sospecho que esa falta de articulación política pudiera alimentar muy diversas amarguras cívicas de fondo, antagónicas.

La lectura política que me parece más gráfica y pedagógica sobre la Diada de este año son las dos viñetas de Toni Batllori, del 11 y el 12 de septiembre:

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LV, 11 y 12 septiembre 2012.

Según la visión de Batllori, pudiera pensarse que el “clamor” independentista pudiera “enterrarse” con un cheque de Estado. Quizá. Ese cheque, me temo, pudiera dejar sin respuesta los problemas de fondo que plantea la fragmentación cívica y cultural.

Esa es mi visión de la realidad catalana, hoy.

¿Qué pensar, más allá..?
¿Qué hacer..?

No tengo vocación de “gurú”.

Mi visión de los problemas de fondo la he expuesto en las tres ediciones, de mi libro De la inexistencia de España.

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• Cataluña en este Infierno.