Macba, Barcelona, 15 / 17 agosto 2009. Foto JPQ.

En esta ocasión, la farsa apenas duró horas horas.

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Los presidentes de España no engañan a nadie.

Los problemas de fondo, por el contrario, siguen hundiéndose en el pozo negro de la más interesada confusión, atizada con tormentas de odio.

• Bancarrota de España.
• Deuda y soberanía, en Cataluña.
• La Generalitat y la Junta hipotecan el futuro de Cataluña, Andalucía y España.

Matices sobre la crisis global…

… la Constitución de 1978, la descentralización administrativa y las sucesivas legislaciones en materia de financiación autonómica -los sucesivos Pactos autonómicos de 1981 y 1992, seguidos de la sucesivas versiones de la LOFCA, 2002 y 2009, frutos siempre provisionales de arduas negociaciones, prolongadas durante meses y años- no solventaron históricos problemas de insondables raíces culturales, políticas, institucionales y sociales.

Andalucía y Extremadura -gobernadas por el mismo partido político, ininterrupidamente, desde 1978 a 2012 y desde 1983 a 2011, respectivamente- eran las regiones más pobres de España en 1975. Y seguían siéndolo treinta y siete años más tarde. Treinta años de asistencia estatal y europea dejaron sin solventar las carencias aparentes del modelo económico regional. ¿Son suficientes tres o cuatro décadas para solventar un retraso secular? Quizá no. Pero la Junta de Andalucía tampoco se privó del endeudamiento para seguir prometiendo servicios y bienestar con dinero ajeno, pagado a crédito.

La deuda andaluza, sin embargo, sólo creció del 7.6 % al 10.7 % entre 1995 y 2012. Quizá sea obligado recordar que, durante muchos años, Andalucía se benefició de grandes transferencias europeas y españolas (catalanas, vascas, madrileñas). La relativa prosperidad andaluza estuvo parcialmente pagada, en bastante medida, con los impuestos de los contribuyentes alemanes, franceses, vascos, catalanes y madrileños, entre otros.

Por las mismas fechas, la deuda catalana permaneció intacta o se redujo entre 1995 (8.3 % del PIB) y 2007 (8% del PIB). Para dispararse a partir del 2008 (10.3 %), creciendo cada año de manera muy llamativa hasta el 2012 (22 %). Las transferencias regionales y el costo económico de la crisis económica, social, quizá expliquen buena parte de ese endeudamiento catalán. Pero los gobiernos de Pasquall Maragall (2003 – 2006), José Montilla (2006 – 2010) y Artur Mas (a partir del 2010), como los gobiernos de Andalucía, Castilla La Mancha y la Comunidad valenciana -por citarlos solo a ellos, los casos más llamativos de endeudamiento políticamente significativo- también se sirvieron de la deuda para ofrecer y prometer a sus electores más servicios, prosperidad y calidad de la vida con dinero ajeno, a crédito, endeudándose, endeudando a los contribuyentes con las deudas contraídas por ellos, las más altas de la historia en sus respectivos dominios, quizá.

Grandes productores de riqueza, catalanes y valencianos también se dejaron llevar por la peligrosa tentación del bienestar pagado a crédito. Los eventuales efectos perversos de la LOFCA no explican completamente la espiral del endeudamiento catalán y valenciano. Ni las hondísimas divergencias en materia de financiación autonómica, negociadas y vueltas a negociar, con mucha aspereza, durante muchos años,  pueden disculpar completamente los más elementales problemas de gestión del erario público regional: cuando se gasta el dinero que no se tiene, la libertad queda hipotecada al pago de las deudas contraídas.

• Cataluña en obras.
• España, Cataluña, sus crisis y las crisis del euro.
• España y Cataluña fagocitadas por sus administraciones públicas.

• Perspectiva histórica de las crisis de España.
• De la inexistencia de España, nueva edición.

• España, Economía, Cataluña, Anales de Caína en este Infierno.