Boulevard Malesherbes, 19 septiembre 2012. Foto JPQ.
La algarabía política tiene un costo devastador para la economía de las familias, los municipios, las comunidades autónomas y el Estado, cuando unos y otros llegan a final de mes pidiendo dinero prestado, incrementando la deuda pública.
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La comparación de las deudas soberanas de España y Francia, Cataluña y la región de Isla de Francia, ilumina esa realidad de manera muy elocuente.
La deuda española ascendía al 68.50 % del PIB a finales del 2011. Será superior al 80 % este año y podrá rozar el 100 % del PIB el 2013.
Por las mismas fechas, la deuda francesa ascendía al 85.80 del PIB a finales del 2011, ha superado el 90 % este año. Y sigue creciendo.
Sin embargo, los bonos a diez años emitidos por España se cotizan hoy (9 octubre 2012) al 5.82 %. Mientras que el mismo tiempo de emisiones francesas solo ascienden al 2.24 %.
Dicho de otro modo… Francia puede vivir a crédito pagando unos intereses mucho más baratos, cuando España se encuentra siempre próxima a un límite asfixiante, víctima de sus tormentas políticas internas, permanentes. La estabilidad política francesa es percibida como una garantía crediticia. La fragilidad política española tiene un costo económico inquietante.
Otro ejemplo igualmente gráfico… el verano pasado, las grandes agencias de notación internacionales calificaron la deuda catalana (22 % del PIB) al nivel del bono basura, negando a Cataluña el crédito internacional. Por las mismas fechas, la deuda de Isla de Francia había superado al 100 % del PIB. Pero la primera región francesa siguen contando con la triple A que le permite seguir viviendo a crédito a un precio razonable, por ahora.
Dicho de otro modo… nadie se fía de la credibilidad crediticia catalana. El mismo conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, advertía el mes de julio pasado: “Cataluña no tiene otro banco que el Gobierno de España”.
Temo que las cosas han empeorado desde entonces, para todos: Rajoy y Mas piden dinero prestado para llegar a fin de mes, Rajoy, Mas y los Estados (des) Unidos de Europa.
Rafael says
El tema va por barrios, don JP. Sin ir más lejos, el ayuntamiento de Barcelona según S&P tiene la calificación de AA porque sus finanzas están relativamente saneadas. Pero el contexto obliga si no condiciona. Del total de deuda pública un 63% corresponde al Estado, un 33’6% a las CCAA y un 3’4% a los ayuntamientos destacando el de Madrid como el 50% de la deuda local. Por eso sorprende que el déficit que se exige sea inversamente proporcional a quien tiene la deuda más alta. Las perspectivas prometen http://ep00.epimg.net/descargables/2012/10/08/055141ae5b960803e2e1def04f282d66.pdf
JP Quiñonero says
Rafael,
No se si estamos de acuerdo. Pero… me parece una evidencia que todos los debates de la próxima década deberán abordar esos derroteros: quién, cómo y cuándo gasta qué… y quién, cómo y cuándo tiene dinero para gastar esto o aquello. El resto es silencio, o algo peor: ruido endemoniado,
Q.-
Antonio says
Cierto J.P. «ruido endomoniado»…y mientras, nuestra infancia pasa ya auténtica hambre como Cáritas denuncia…
Saludos.
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/caritas-denuncia-repliegue-alarmante-cobertura-social-espana/csrcsrpor/20120920csrcsrsoc_6/Tes
JP Quiñonero says
Antonio,
Si, lo vi ayer. Está por todas partes: es una de las grandes catástrofes… que nadie desea mirar de cerca, quiero decir, poniendo rostro y siluetas a esos niños y familias…
Q.-