Corrupción y crisis institucional… frutos podridos del modelo electoral y político.
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Modelos que siguen engordando, mamando la leche podrida en las ubres de la crisis:
“Alrededor del caudillo / cacique local, una minúscula guardia pretoriana vigila con ávida rapacidad por los intereses más inconfesables de la secta política gobernante, atribuyéndose un opaco derecho de pernada sobre todos los elementos del sistema económico de la comunidad, cuya sanidad, obras públicas, urbanismo, basuras, transportes, suministros, comunicaciones, son víctimas permanentes de una culpable falta de transparencia.
A través del terror ideológico, las oligarquías provincianas también amenazan la administración de la justicia, el acceso a la cultura, el conocimiento de la historia y la credibilidad en cuarentena de los medios de comunicación, convertidos a su manera, algunos de ellos, en medios de incomunicación de masas…” Taifas, Doña Perfecta y Comunidades autónomas, España, una temporada en el infierno, 2.
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