Las Comunidades Autónomas están maquillando sus deudas.
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Y ese maquillaje intenta meter debajo de una alfombra sucia las facturas sin pagar, las deudas inconfesables, los gastos injustificados y las contabilidades paralelas e inconfesables.
El Quinto informe del Observatorio fiscal y financiero de las CCAA de Fedea, realizado por José Ignacio Conde Ruiz, Carmen Marín y Juan Rubio-Ramírez, desmenuza con una precisión clínica esas técnicas de maquillaje contable de las cuentas públicas.
Tras la retórica parda, el Estado deja hacer. Entre otras razones, subraya el informe, porque la contabilidad del Estado también incurre en errores / horrores y ligerezas contables muy similares.
VASCOS Y CATALANES, DOS MODELOS
En ese marco, la contabilidad pública vasca y catalana tiene matices propios muy singulares.
La contabilidad pública de Euskadi / País Vasco parece a un no especialista -como es mi caso- bastante modélica, comparada con la de Andalucía, pongo por caso.
La contabilidad pública de Cataluña tiene una ventaja excepcional: la Generalitat filtra con mucha frecuencia sus datos macro económicos. Que son catastróficos. Con o sin déficit fiscal -que la Generalitat ha evaluado en unos 16.000 millones de euros anuales- el endeudamiento público de Cataluña y el peso del pago de los intereses de esa deuda en el bolsillo de los contribuyentes catalanes está creciendo de manera inquietante desde 2010. Y puede agravarse.
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La Vanguardia, 12 mayo 2013. Evolución de la deuda de Cataluña. Gasto público y ajuste en las administraciones de las CCAA.
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