Encrucijada Jacob / Seine, 9 febrero 2005. Foto JPQ.
Julio Cortázar: una resurrección que no cesa.
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Julio Cortázar se consideraba hijo natural de Ramón Gómez de la Serna:
“Estar influido por Ramón es mucho más que la influencia en sí, abre una inmensa pantalla porosa por la que se mete una gran poesía, una aprehensión lúdica del mundo.” [ .. ] “Cuando se ha vivido en la intimidad de un agitador semejante, nada de lo que se escriba podrá situarse al margen de esa gran ventana sobre la libertad mental.”
Rayuela (1963) culmina la gran revolución ramoniana, como tal reconocida por Borges, Neruda, Octavio Paz. Cincuenta años después de la primera publicación de esa novela, Juan Manuel Bonet consagra al acontecimiento una bella exposición en el Instituto Cervantes, con cuadros, dibujos y fotografías de grandes artistas, amigos y cómplices de Cortázar: Pat Andrea, Sergio de Castro, Eduardo Jonguières, Antonio Segui, Antonio Taulé, Louis Tomasello, Marcel Fleiss, Alecio de Andrade, Jesse Fernández, Antonio Gálvez.
El plato fuerte del homenaje quizá sean, sin embargo, las Notas de un diccionario de Rayuela y del París de Cortázar, escrito por el mismo Juan Manuel Bonet para el catálogo de la exposición: una nueva joya de sabidurías diversas, un centenar de páginas, dos centenares de entradas consagradas a personajes, artistas, lugares, libros, autores, calles, barrios, laberintos que harán las delicias de los devotos de Cortázar, entre los que me encuentro.
Revisando ese Diccionario escrito por JMB advierto que, en verdad, buena parte de la literatura, el arte, la música y los lugares esenciales de la vida y la obra del Córtazar de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado fueron descubiertos, roturados y sembrados mucho antes por Ramón Gómez de la Serna. El jazz, las vanguardias, los cafés, la desobediencia e insubordinación estética, tan esenciales en el Cortázar de Rayuela, fueron revelados por Ramón a las culturas españolas y americanas, décadas antes. Quiero pensar que el primer Cortázar no me desmentiría completamente. Se trata, por mi parte, de un homenaje, a él, a ellos, y al Ramón de todos, escribiendo cartas a las golondrinas, que nunca llegan.
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salva says
Cortázar perdido en las calles de Paris. Quizás huyendo de la realidad donde nunca se a sentido comodo, buscando intuiciones para crear su mundo; un mundo fantástico, tanto como el de Julio Verne. Cortazar ve en auel paris un mundo fantástico y que mezcla con la realidad. Saludos
JP Quiñonero says
Salva,
Ese fue el primer Cortazar. Luego vinieron otros, que no siempre fueron lo mismo,
Q.-
salva says
En voca del propio Cortazar, los cambios son mas significativos en su literatura que en si mismo. Decia en una entrevista «yo la realidad la expresó mejor atraves de un cuento o una poesía».
JP Quiñonero says
Salva,
Cortázar tenía genio verbal. Pero el penúltimo y el último Cortázar no siempre fueron compatibles con el primer Cortázar, que es el que tu citas,
Q.-
Joan says
Ahora pasa una gran nube blanca, como todos estos días, todo este tiempo incontable.
JP Quiñonero says
Joan,
Hummm… quizá la memoria y las artes de la memoria sean siempre indispensables: la palabra confiere su eternidad inmaterial a las cosas de la memoria, justamente,
Q.-