Pudren la sangre de los hombres y los pueblos.
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… demonios de taberna audiovisual, que todo lo niegan y son la encarnación pigmea de Mefistófeles, en el Segundo Fausto de Goethe. “Icb bin der Geist, der stets verneint!” “Soy el espíritu que siempre / todo lo niega”.
Demonios que bien ilustran los incontables casos de corrupción, las incontables divisiones tribales, las diarias tormentas de basura audiovisual, etcétera. “España de todos los demonios” en el legendario poema de Jaime Gil de Biedma.
Demonios ilustrados de manera canónica por Goya en sus Disparates y Caprichos:
Madrid, Barajas, 4 julio 2011. Foto JPQ.
Tema de trabajo de mi serie España, una temporada en el infierno, Goya, Quiñonero y las crisis de España, 3.
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SEGUNDO FAUSTO
Ich bin der Geist, der stets verneint!
Und das mit Recht; denn alles, was entsteht,
Ist wert, daß es zugrunde geht;
Drum besser wär’s, daß nichts entstünde.
So ist denn alles, was ihr Sünde,
Zerstörung, kurz, das Böse nennt,
Mein eigentliches Element.
–
Soy el espíritu que siempre niega.
Y lo hago con pleno derecho,
pues todo lo que nace merece ser aniquilado,
mejor sería entonces que no naciera.
Por ello, mi auténtica naturaleza es eso que
llamáis pecado y destrucción,
en una palabra, el Mal.
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APOLOGÍA Y PETICIÓN
¿Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno
sino un estado místico del hombre,
la absolución final de nuestra historia?
De todas las historias de la Historia
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.
Nuestra famosa inmemorial pobreza,
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.
A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.
Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
debe y puede salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.
Porque quiero creer que no hay demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia,
son hombres quienes han vendido al hombre,
los que le han convertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.
Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.
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