RuedeBenouville, 11 junio 2013. Foto JPQ.
Retrato improvisado de Valéry Giscard d’Estaing.
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UNA CIVILIZACIÓN HIPOTECADA
Valery Giscard d’Estaing (88 años), ex presidente de la República, uno de los grandes patriarcas de la construcción política de Europa, ha escrito una novela visionaria, La victoria de la «Grande Armée» (Edhasa): Napoleón regresa victorioso de la campaña de Rusia y acomete el más ambicioso de sus proyectos políticos, la fundación de los Estados Unidos de Europa.
Giscard ha escrito una ucronía: “Una reconstrucción lógica, aplicada a la historia, dando por supuestos acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder.” Y esa fábula imaginaria es una una parábola sobre el hipotecado destino de la civilización europea. Tratándose, en su caso, de un actor de primera envergadura, esa fábula novelesca también habla a su manera de nuestras crisis y problemas bien reales e inmediatos…
Imaginar que Napoleón volvió victorioso de la campaña de Rusia me parece excesivo. La realidad histórica fue una inmensa tragedia.
-Mi libro no es un relato histórico. Es una fábula novelesca. Y le recuerdo que hay un gran misterio, nunca resuelto. Hubo días de incertidumbre para Napoleón. Y puede pensarse que durante varios días dudó, durante la campaña de Rusia. Prestarle la decisión imaginaria de una vuelta a Francia, evitando la tragedia, es perfectamente legítimo. Si me apura, incluso permite intentar esclarecer históricas zonas de sombra, sobre el personaje mítico y sobre la realidad de la época.
La aventura española de Napoleón también fue un fracaso y dejó heridas muy profundas, que todavía eran perceptibles cuando usted era presidente.
-La aventura española fue un fracaso, en efecto. Y es lógico que las grandes derrotas dejen huellas profundas en pueblos que protagonizaron la gran historia. En mi caso, fui uno de los primeros en reanudar el diálogo de fondo con la joven democracia española.
Ese diálogo comenzó siendo muy áspero.
-Con el tiempo se percibe que los primeros lazos de amistad y diálogo que yo mismo trabé con el Rey de España, don Juan Carlos, dieron frutos muy positivos.
ESTÁ EN JUEGO EL DESTINO DE EUROPA
En su novela, usted presta a Napoleón el proyecto de creación de los Estados Unidos de Europa. En verdad, ese proyecto era el de Víctor Hugo, que usted mismo ha defendido, históricamente.
-Hay grandes diferencias. De entrada, le recuerdo que Napoleón llegó a concebir algo parecido, en Santa Helena. Sin duda, en su caso, se hubiese tratado de unos Estados Unidos de carácter autoritario, forjados a través de las victorias militares. En el caso de Víctor Hugo o en el mío se trata de proyectos igualitarios: la unión libre entre Estados capaces de forjar un gran proyecto continental común, expresión política de la gran civilización europea, la primera y quizá más grande de la historia de la humanidad.
La Europa de Napoleón es heredera de la primera revolución industrial, heredera de Voltaire, de Casanova, de Mozart, una Europa feliz y confiada en su destino universal. Hoy, por el contrario, Europa está amenazada por la crisis, la demografía declinante y la deuda de unos Estados empantanados en sus hipotecas.
-Algo hay de eso. De las campañas de Napoleón suele recordarse su carácter militar, palmario, claro está. Pero se olvida que, en verdad, con los ejércitos napoleónicos también viajaban ingenieros, científicos, que transmitían saberes y contribuían a la difusión de la cultura. Se trata de un aspecto que intento subrayar en mi novela. El legado y la atracción popular que ejercía Napoleón no puede comprenderse por sus simples victorias militares. Hoy, en cierta medida, la creatividad europea quizá sea mucho más modesta y el empuje vital de los europeos es víctima de una crisis que los ciudadanos comprenden mal porque nadie se explica ni razona de manera convincente. He escrito recientemente que cualquiera que se tome el tiempo de reflexionar, unos instantes, comprenderá que lo que está en juego, hoy, es el destino y la supervivencia misma de la civilización europea.
CONSTRUCCIÓN POLÍTICA EMPANTANADA
¿Por qué?
-Helmut Schmidt, el ex canciller de Alemania, lo recordaba hace días, en un coloquio en el que participamos, juntos. Dentro de unos años, quince o veinte, la población mundial alcanzará o superará los 9.000 millones de seres humanos. Los europeos, en total, apenas seremos un 7 %. Ni Francia ni Alemana “pesarán” más allá de un minúsculo 1 %. Europa corre el riesgo de “caer de categoría”. Sin embargo, los jefes de Estado y Gobierno de la Unión multiplican unas declaraciones siempre contradictorias, que la opinión pública no llega a comprender, si es que hay algo que comprender. Y esa falta de credibilidad mina la confianza popular en la eficacia y la utilidad del proyecto europeo.
El proyecto europeo ya estaba empantanado institucionalmente, años antes que estallara la crisis del euro y la crisis de las deudas soberanas de unos Estados siempre más endeudados.
-De ahí la necesidad de actuar, explicar las acciones necesarias, imprescindibles.
REPENSAR FUNDAMENTOS DEL PROYECTO EUROPEO
¿Está Europa falta de liderazgo intelectual y político?
-Ambas cosas. De entrada, Europa es víctima de la poca o mala formación de sus líderes. Hay muy pocos líderes europeos con una formación económica a la altura de las circunstancias. La falta de liderazgo política es la consecuencia de esa falta de formación. Hay pocas ideas. Y la ausencia de decisiones se prolonga indefinidamente.
¿Qué hacer?
-Europa está falta de un objetivo, para dar visibilidad y suscitar el entusiasmo y la adhesión. De entrada, los pueblos europeos deben tener objetivos claros. A mi modo de ver, es urgente repensar los fundamentos de todos el proyecto europeo, que no puede quedar hipotecado a los chalaneos que se prolongan sin fruto desde hace años. Es urgente afirmar la necesidad de una Europa que pudiera tener dos fisonomías complementarias. Puede consolidarse una Europa convertida en mera zona de libre cambio, que es el modelo político preferido por los ingleses. Esa primera Europa puede reformarse en esa dirección, puramente mercantilista. Frente a esa zona de libre cambio europea es necesario consolidar y restaurar una Europa estratégica, con países dispuestos a aceptar una mayor integración presupuestaria y fiscal. Este grupo reuniría a Francia, Alemania, el Benelux, Italia, Polonia, España. A través de la mayor integración presupuestaria y fiscal, este segundo grupo de países haría avanzar el gran proyecto europeo, devolviendo a la civilización europea un puesto significativo en el nuevo orden mundial que se está forjando.
TREINTA AÑOS DE LAXISMO DE ESTADO FRANCÉS
Los sucesivos pactos y proyectos de estabilidad y convergencia presupuestaria y fiscal europeos han fracasado, desde hace una larga década, entre otras cosas, porque Francia nunca ha cumplido sus promesas de Estado. Incluso Alemania comenzó violando sus promesas presupuestarias, finalmente restauradas, tras varios años de reformas. El último presupuesto equilibrado de Francia data de 1978, cuando usted era presidente.
-En el caso francés, es cierto que la crisis actual está agravada por la gestión constantemente laxista de los últimos treinta años. Las autoridades europeas han vuelto a recordar al Gobierno francés que debe cumplir los acuerdos europeos, que son compromisos de Estado. El Gobierno se verá forzado a proponer aumentos de impuestos y / o cortes presupuestarios que terminarán afectando a muchos ciudadanos, aumentando el descontento. Francia es víctima, en efecto, de la pérdida de competitividad de muchos de nuestros sectores industriales. Muchos de los productos de gran consumo que en otro tiempo fabricábamos en Francia nos llegan ahora del exterior.
Sin embargo, parte de la clase política y una parte de la opinión culpa a Alemania y su canciller, Angela Merkel, de la agravación de la crisis.
-Le repito lo que dijimos al alimón, dias pasados, Helmut Schdmit y yo mismo. Europa no puede avanzar, si Alemania y Francia no se dan la mano y avanzan juntas. No tenemos nada que reprochar a los alemanes. Si debemos reprocharnos nuestra incapacidad de reformar.
CONGRESO DE LOS PUEBLOS DE EUROPA
Esa incapacidad de reformar es una amenaza para Europa. Y Europa ha sido históricamente incapaz, hasta hoy, de forzar la disciplina común.
-La Comisión, me decía días pasados Helmut Schmidt, se ocupa de problemas subalternos, de segundo o tercer orden. Europa necesita con urgencia la restauración de un liderazgo con objetivos claros, precisos y ambiciosos.
¿Por ejemplo?
-Podría celebrarse una reunión mensual o bimensual de jefes de Estado y Gobierno de la zona euro. Sería un mensaje claro de determinación y voluntad política. No es necesaria ninguna gran reforma de ningún Tratado. La canciller de Alemania y el presidente de Francia podrían reunirse y negociar algo parecido, durante una tarde de trabajo.
¿Con qué objetivo?
-Restaurar la confianza, enviar un mensaje claro a los pueblos europeos. Esa reunión mensual o bimensual de jefes de Estado y Gobierno podría fijarse nuevos objetivos. Por ejemplo, la creación de un Congreso de los pueblos de Europa, que podría reunirse cada cinco o seis años.
EUROPA NECESITA NUEVOS LÍDERES
Algo así es lo que imagina el Napoleón de su novela.
-Con una diferencia capital. En el caso de Napoleón, le recuerdo y repito, se hubiese tratado de un proyecto autoritario, militar. En mi caso, se trata de un proyecto solidario: los pueblos europeos confirmarían sus raíces y ambición comunes, alimentando un gran proyecto continental, común.
Los pueblos europeos, sin embargo, parecen seducidos por tropismos nihilistas de inquietud creciente. Inquietud contra la inmigración, inquietud contra los europeos de otras religiones o culturas, inquietud por los estragos del paro y la pobreza.
-Europa ha sido y sigue siendo la primera de las grandes civilizaciones. Confío en su futuro. Fíjese, también estamos viviendo un cambio de ciclo político continental. La generación triunfante tras los acontecimientos de mayo de 1968, es la que hoy está en el poder. Esa generación causó mucho daño, destruyendo muchas cosas. Pero estamos asistiendo a la emergencia de una nueva generación, más abierta al mundo, muy alejada de viejas tentaciones arcaicas, más preocupada por viejos valores esenciales. Esa nueva generación terminará encontrando los líderes que Europa necesita.
CRISIS Y DEUDAS DE LOS ESTADOS EUROPEOS
¿Qué forma política pudiera tener esa Europa de mañana?
-Puede profundizarse una primera Europa del libre cambio, donde el Reino Unido se encuentre a gusto en su visión mercantilista de su puesto en Europa. Pero también debe profundizarse el proyecto político común entre los países fundadores del primer proyecto común, del que hoy forman parte países como Polonia y España, que son dos grandes países que aportan a Europa su gran historia y posición geográfica. España, por ejemplo, está abierta al Atlántico y las culturas y civilizaciones de la otra orilla atlántica. Esa posición de puente estratégico debe dar a España una posición firme e importante en la Europa de mañana, cuando salgamos de la crisis actual, que no es una crisis del euro, es una crisis de la deuda de los Estados europeos que deben superarla reformando y articulando nuevas formas de integración presupuestaria y fiscal.
He entrevistado a Giscard en otras tres ocasiones:
ABC, 31 mayo 1989, Giscard, una voz a favor de una Europa común, 1, 2 y 3.
ABC, 30 septiembre 1991, “Si la CE no cambia, corre el riesgo de diluirse”, 1 y 2.
ABC, 17 marzo 1993, “El socialismo ha fracasado y no tiene nada que ofrecer”, 1 y 2.
Giscard, seducción y modernización de Francia y Europa.
VGD, odios y soberbia.
INFORMACIONES, 1 septiembre 1977, Francia pone condiciones al ingreso de España en la CEE.
Diario 16, 7 junio 1980, Los españoles, víctimas de un “monarca” francés y una gran ingenuidad política.
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Rue de Benouville, 11 junio 2013. Foto JPQ.
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ABC, 16 junio 2013.
- Fotografía, Francia, Europa (s), Entrevistas y Personajes en este Infierno.
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