Me hubiese gustado escucharlo personalmente, a su paso por París: pero no me invitaron.
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Si entiendo bien a Pujol, ni CiU ni ERC “controlan” la Via Catalana cap a la Independència.
El expresidente ya explicó en otras ocasiones los orígenes, desde su punto de vista, de la “deriva” independentista: Jordi Pujol y la independencia de Cataluña, Jordi Pujol y el mal funcionamiento de España.
A mi modo de ver, si alguien negociase algo, algo pudiera evolucionar, quizá.
El pasteleo político / declamatorio corre el riesgo de agravarlo todo, en Barcelona y en Madrid.
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París. (EFE).- El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha afirmado este jueves que el independentismo catalán ha dejado de ser «una situación marginal», y ha defendido que más que un movimiento político ha pasado a ser un movimiento social «muy importante».
En una conferencia de prensa en París, coincidiendo con la presentación de su libro El caminante frente al desfiladero, Pujol ha argumentado que ese cambio se vio reflejado este miércoles en el apoyo masivo a la cadena humana organizada por toda Catalunya con motivo de la Diada. «Todo lo que está pasando ahora no era previsible hace cinco o seis años. Ha pasado y está pasando algo. Y el año que viene puede suceder no sabemos qué«, ha indicado el expresidente ante medios franceses y españoles.
El cambio en la movilización catalana, a su juicio, se inició aproximadamente a partir del año 2000, cuando, en sus palabras, empezó a quebrarse «la política de encaje, de colaboración, de reivindicación de Catalunya en el marco español». «Hubo un intento desde Catalunya de frenar esa evolución negativa, con el planteamiento del nuevo Estatuto», pero la sentencia del Tribunal Constitucional, unida a «la presión conjunta del PP, la no reacción del Partido Socialista (…) y la evolución de la opinión pública española, alimentado por la crisis económica y social, ha hecho que hayamos llegado hasta aquí», ha señalado Pujol.
El desengaño en Catalunya, según el expresidente, «es grande, pero ya no solo político, sino en el sentido popular». Pujol, no obstante, ha evitado pronunciarse sobre los nuevos pasos que se deben tomar al respecto, porque cuando abandonó la política, según explicó, se propuso «no ser un estorbo para mi Gobierno, el de Catalunya, y tampoco para mi partido ni, por supuesto, de ninguna manera, para el presidente».
Sí quiso dejar claro, pese a esa prudencia, que además de ese desengaño, se tiene la sensación de que el diálogo atraviesa una fase de «inmovilismo». España, según declaró, se encuentra en «una situación crítica porque no hay nada que funcione bien, (…) salvo el Ejército», y esta crisis de las instituciones, entre las que incluyó a la monarquía, «que sufre una pérdida de prestigio», «sin dudas, es mala».
Para Pujol, no obstante, más allá de cuestiones financieras, económicas o jurídicas, el verdadero «problema de Catalunya es de identidad». Y preguntado explícitamente por las «las mayorías silenciosas» que no se manifestaron ayer en la cadena independentista, concluyó que esa mayoría «nunca se sabe cuál es».
«Siempre hay una mayoría o una minoría que no se expresa. (…) Que se exprese, pero que se exprese bien», ha indicado el expresidente, que había admitido al principio de su encuentro con los medios que la presentación de su libro no era más que «una excusa» para hablar de la situación en Catalunya y en España.
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Las negritas son mías.
- España, Anales de Caína y Cataluña en este Infierno.
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