ParquedesButtes-Chaumont, 3 septiembre 2011. Foto JPQ.
Me llegan los primeros ejemplares.
[ .. ]
Ha quedado una preciosa introducción en tres volúmenes a la novela más importante del siglo XX.
Javier Fornieles Ten me propuso seleccionar y prologar para Confluencias tres fragmentos de la Recherche proustiana. Me pareció una idea magnífica: celebrar el centenario de la publicación del primer volumen de ese libro gigantesco -por cuenta de autor, rechazado el libro, en primera instancia, por todos los editores parisinos de su tiempo- recordando su importancia crucial para la historia cultural de nuestra civilización.
Elegí tres fragmentos que me parecen capitales. Mis prólogos proponen una lectura creo que inédita de la Recherche, que yo leo como un inmenso tratado amoroso. En definitiva, el amor, en la Recherce, es la fuerza carnal y espiritual que mueve las estrellas y las almas, fuerza motriz de todo lo creado y por crear, a la manera de Dante e Ibn Arabí:
“… La silueta y los tonos alborosáceos del rostro de su primer amor serán para el narrador de la Recherche -a la manera de muchos pintores renacentistas y barrocos- la paleta primordial de su taller de la gracia: muchos maestros del Quattrocento y el Cinquecento se sirvieron de sus amantes para concebir la carne inmortal de vírgenes y madonas, en estado de feliz y divino alumbramiento. El primer amor del narrador de la Recherche es su madre. Y la angustiosa espera de un beso nocturno es la materia seminal que siembra la tierra virgen de la obra por venir, el libro que vendrá, como un fruto del árbol crecido en la tierra sembrada con las semillas de las primeras palabras del amor, Bésame, Embrasse-moi.
La taza de te y la legendaria magdalena serán más tarde -como el gorjeo de un mirlo en las Memoires de Chateaubriand- el motivo que muchos lectores han confundido con la matriz de la obra. Sin embargo, ni los pintores chinos de la época clásica ni Proust mojaban sus pinceles en una taza de te. Ni la prosa de Madame de Sévigné, Saint-Simon o Chateaubriand -los tres primeros “modelos” de la Recherche, con Las mil y una noches, que no es un modelo si no un libro de la misma naturaleza- posee la límpida sencillez del gorjeo de un mirlo. El retratista, entomólogo y memorialista autor de la Recherche se sirve de los más delicados colores del cuerpo amado para dar a sus paisajes del alma la turbadora veracidad más misteriosa, la de los cuerpos en trance consumando la comunión carnal que precede a la fecundación, iluminados sus rostros con la luz de las palabras, haciendo la invocación con la que comienza la celebración del misterio más alto, Bésame, Embrasse-moi...”
Irene says
Un tratado del amor… interesante lectura. Felicidades, Q, una vez más, ahora por este libro de Proust y también tuyo.
JP Quiñonero says
Irene,
Graciasssssssssssssss… honradamente, creo mi visión del puesto central del amor espiritual y carnal en la obra de Proust aporta aire fresco y savia nueva a la hagiografía tradicional de la crítica proustiana, con su tufillo de cosa tirando a naftalina,
Q.-
José julio perlado says
Juan Pedro,
¡ Mi enhorabuena por esta magnifica noticia!
Veré el libro sin duda
Abrazos!
Irene says
Así, pues, son tres libros… Espero verlos pronto en librerías.
JP Quiñonero says
José Julio, Irene…
José Julio,
Honradamente, creo que te gustarán: están editados con muuucho primor, en ediciones bilingües.
Irene,
Tres pequeños libros, sin. Ya debieran estar llegando a las librerías, si.
Q.-
Laura says
Francamente sugestivo, Monsieur.
JP Quiñonero says
Laura,
Eso espero, Madame,
Q.-