En este caso, malagueños y bilbaínos.
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Pedir dinero a los contribuyentes, para alquilar obras de arte -o presuntamente tales- a unos museos / factorías que compran y venden sus marcas y franquicias, con el fin de traficar, comerciar y ganar dinero (¿?) con esos trapicheos, me parece el grado cero de la cultura: adoración de la nada, rostro contemporáneo de la muerte, el diablo (TM dixit).
Peor: sembrar la tierra baldía de la cultura difunta con las semillas de basuras iluminadas con publicidad política, administrativa, etcétera: Del Museo nacional al Entertainment Business.
Catástrofe que ahonda otras catástrofes:
-Los catetos convertidos voluntariamente en colonizados.
-Los catetos destruyendo sus difuntas señas de identidad, para disfrazarse con los mascarones “cosmopolitas” de los avispados traficantes con basura internacional.
El Estado no paga para que se fotografíe la realidad: prefiere financiar el maquillaje de su rostro con orines y excrementos.
Explanada del MACBA, 15 agosto 2009. Foto JPQ.
- Burros y tiburones compran burros y tiburones muertos.
- Versalles, Guggenhein, Murakami y la estética de la factoría de juguetes de plástico.
- Clair, Koons, asnos, funcionarios y especuladores.
- Koons, Murakami y la especulación prostibularia.
- Arte y Fotografía en este Infierno.
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