Y esperan salir vivos de su aventura consumiendo tal brebaje.
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El nuevo Gobierno de François Hollande, con Manuel Valls como primer ministro, es uno de los más reducidos de la V República, pero uno de los más diversos en sensibilidades enfrentadas, políticas, personales, incluso sentimentales, con un jefe del Estado y una ministra de la Ecología que han sido pareja de hecho durante más de 20 años, con cuatro hijos, separados amorosamente pero unidos en la mesa gubernamental del Elíseo.
LA GUERRA POLÍTICA COMIENZA EN EL LECHO AMOROSO
La pareja Hollande / Ségolène hizo política al alimón, durante dos largas décadas. El lecho amoroso compartido, sin llegar al matrimonio, también fue utilizado como herramienta de ocupación del terreno político. Ellos fueron los primeros en usar las fotografías familiares como bazas de comunicación política.
Uno de los primeros reportajes de la pareja, en Paris Match, lo firmaba una bella e intrépida cronista política, Valérie Trierweiler, amiga íntima de Ségolène, hasta que la compañera de Hollande fue derrotada por Sarkozy, en las presidenciales del 2007, y Hollande decidió cambiar de nido amoroso, iniciando en el lecho de Trierweiler la larga marcha hacia al Elíseo.
MINISTRA DE LA ECOLOGÍA CON HERMANO QUE PONE BOMBAS DE ESTADO CONTRA LOS ECOLOGISTAS
Instalado en el Elíseo, hace 22 meses cortos, Hollande ha vuelto a cambiar de lecho amoroso. Pero ha nombrado a la madre de sus cuatro hijos ministra de la Ecología. Detalle paradójico. Un hermano de Ségolène, Gérard Royal, participó en el comando que hundió el navío ecologista Rainbow Warrior en 1985. La organización ecologista pretendía protestar con ese barco contra las experimentaciones nucleares francesas en el Pacífico. Mitterrand ordenó que un comando militar hundiese el Rainbow Warrior. Así se hizo. Esa “operación” costó la vida a un fotógrafo portugués. Treinta años después, la hermana del militar que puso aquella bomba anti ecologista es nombrada ministra de la Ecología.
ODIO REQUEMADO DURANTE DÉCADAS
Es el detalle político menos inflamable de la composición del nuevo Gobierno de la pareja Hollande / Valls. El presidente ha formado un gobierno de amigos íntimos, ocupando todos los puestos estratégicos. Y Valls tendrá que pelear con un rosario de viejos y nuevos enemigos íntimos, instalados en temibles fortalezas burocráticas.
Valls y Laurent Fabius (ministro de Asuntos Exteriores) se odian personalmente desde más de veinte años. Desde que Valls era un “discípulo” de Michel Rocard y Fabius aspiraba a ser primer ministro. Viejo zorro, millonario desde la infancia, Fabius es un enemigo temible. Valls deberá evitar los roces peligrosos.
ESQUIZOFRENIA Y ECONOMÍA BUROCRÁTICA
Valls y Arnaud Montebourg (ministro de Economía) sellaron hace meses un pacto inconfesable. Ambos aspiran a la jefatura del Estado. Ambos proponen políticas económicas antagónicas. Ambos aspiran a suceder o sustituir a Hollande, en la jefatura del Estado. Todo irá bien, entre ellos, mientras ninguno destaque demasiado. Montebourg oscila entre el ultranacionalismo patriótico de “izquierdas” y el arcaísmo proteccionista. Valls oscila entre la socialdemocracia y el “social liberalismo”.
Valls y Michel Sapin (ministro de Finanzas) se conocen, aprecian y respetan desde hace años. Uno (Valls) tiene vida política propia. El otro (Sapin) solo es el más influyente de los miembros de la guardia pretoriana de Hollande, colocado en una posición estratégica. Será Sapin quien negocie, en Bruselas, las demandas de “comprensión” europea que Hollande necesita para seguir incumpliendo los compromisos de Estado europeos (reducir el déficit y la deuda). Hollande ha nombrado a Sapin ministro de Finanzas para controlar y puentear a la pareja Valls / Montebourg.
COMUNICACIONES Y GUERRAS PARALELAS
Valls está considerado como un maestro consumado en el arte de la comunicación política. Pero Hollande ha nombrado portavoz Gobierno a otro miembro de su guardia pretoriana personal, Stéphane Le Foll, ministro de Agricultura. Nombramiento que tiene un objetivo político capital: controlar la comunicación del Gobierno, desde el Elíseo, puenteando a Valls.
A ese arco iris de sensibilidades enfrentadas, en el Gobierno, en el Consejo de Ministros, es necesario añadir las tensiones inflamables con el grupo socialista en la Asamblea Nacional y los ecologistas.
En la Asamblea Nacional, la izquierda del PS promete “resistencia” contra Valls. Los ecologistas, por su parte, decidieron no entrar en el nuevo Gobierno para subrayar sus enfrentamientos políticos de fondo con el nuevo primer ministro francés.
UNIDOS POR EL PODER Y EL MIEDO A PERDERLO
¿Qué une a ese arco iris de políticas, personalidades y sensibilidades enfrentadas? El poder. Y el miedo a perderlo. La izquierda socialista puede protestar en la Asamblea Nacional. Pero no llegará a censurar al Gobierno, por miedo a una disolución impensable, por catastrófica. Hollande sabe que Valls se ha convertido en su primer rival, en el horizonte no tan lejano de las próximas elecciones presidenciales (2017). Valls espera salir vivo de la aventura que comienza con su cargo de jefe de Gobierno.
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