Familia Valls, París, 1985. Foto Toni Catany.
Exilio y destierro voluntarios, esencialmente para comprender a los Valls, si, tras unas engañosas apariencias.
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En verdad, toda la carrera política de Manuel Valls (Barcelona, 1962), primer ministro de Francia, comenzó a fraguarse en un crisol familiar muy dramático: destierro y ostracismo artístico de su padre, Xavier Valls (Barcelona, 1923 – 2006); problemas económicos de su familia, que culminaron con la expulsión de un domicilio de alquiler; caída de su hermana Giovanna (Barcelona, 1963) en el infierno de la droga.
Xavier Valls huyó de Barcelona en 1949, con una beca, para instalarse en París, finalmente, en un modestísimo piso de alquiler, por varias razones. Deseaba ser pintor, figurativo. Y en su Barcelona natal no encontró el trabajo ni los estímulos imprescindibles.
Antes de poder alquilar una buhardilla, Valls padre vivió una temporada en el Colegio de España, en la Ciudad Universitaria. Valls hijo escuchó en incontables ocasiones las historias de su padre en aquel lugar, donde imperaba un guerracivilismo ideológico atroz. Es célebre la historia del escultor Eduardo Chillina, falangista ultra y radical, en su juventud, que “zanjó” una disputa política dando una paliza a un joven catalán, amigo de Valls padre y del futuro esposo de Pierrette Gargallo, la hija y heredera de Pablo Gargallo, uno de los grandes escultores españoles del siglo XX.
Cuando Valls padre comenzó a instalarse, en París, sus amigos y tertulias (en el Café Mabillon, entre otros), eran un buen reflejo de un guerracivilismo traumático. Entre los mejores amigos de Xavier Valls se encontraban Jaime Valle-Inclán, pintor condenado al ostracismo, siempre, hijo del padre del género dramático del esperpento, y José Bergamín, poeta y católico apocalíptico, condenado, siempre, en el infierno del olvido.
El niño Manuel Valls creció escuchando interminables anécdotas sobre el no entendimiento absoluto entre las incontables familias del destierro artístico y político. Xavier Valls fue un católico liberal, que frecuentaba las iglesias como artista y como creyente. El primer libro que el pintor regaló a su hijo fue una biografía de Jacint Verdaguer, el gran poeta catalán, uno de los patriarcas del patriotismo religioso. Giovanna Valls, la hermana, ha contado de este modo la influencia de esas convicciones religiosas en su hermano: “Íbamos a misa casi todas las semanas. Me he preguntado, en muchas ocasiones, si Manuel no pudo terminar en un seminario. Perdió la fe muy tarde. No entró en un seminario de curas. Se metió en el PS. Cuando entró en política, me dije: mi hermano llegará a Presidente; tiene todas las virtudes de un hombre político, es autoritario y ambicioso”.
Xavier Valls se casó con una mujer muy bella, Luisa Galfetti, nacida en la Suiza italiana, en el seno de una familia que tuvo gran importancia en la formación de sus hijos. Manuel Valls es el primer fruto de una historia de amor muy apasionada y feliz. Valls padre tuvo que “raptar” a su futura esposa, en Barcelona, “huida” e instalada como turista en casa de unos amigos. Los padres de Luisa no deseaban que su hija se casara con un pintor económicamente desvalido.
Los Valls se instalaron en la periferia humilde del barrio parisino del Marais, en un piso de alquiler propiedad de la alcaldía de París. Ese piso, legendario, fue inmortalizado por Xavier Valls en muchas ocasiones. Pero terminaría convirtiéndose en una tragedia. La alcaldía de París decidió expulsar a los Valls. Y uno de los administradores de la alcaldía dijo al padre del actual primer ministro de Francia: “Si no le gusta nuestra decisión, puede volverse a España”. Años más tarde, Manuel Valls comentaría: “Mi padre vivió la expulsión como una tragedia atroz”.
Tras varios años de pleitos, largos, caros y dolorosos, la familia Valls pudo volver a su quinto piso, sin ascensor, con una escalera mugrienta, de alquiler. El piso donde creció Manuel Valls. Sus amigos de infancia y adolescencia eran hijos de emigrantes italianos. El comentario poco amable, entre niños, de “españolito de mierda”, era un lugar común contra los hijos de emigrantes españoles de los años 60 y 70 del siglo pasado.
Manuel Valls creció en ese ambiente de felicidad familiar, con recursos económicos modestos, sufriendo el ostracismo artístico de su padre. Los primeros grandes críticos que dieron a Xavier Valls el espaldarazo de gran pintor figurativo del último medio siglo fueron Antonio Bonet Correa y Julián Gállego, que escribieron y apoyaron a Valls, en Madrid. Manuel Valls descubrió el Museo del Prado de la mano de Julián Gállego. En Barcelona, por aquellos años, Xavier era ignorado olímpicamente. La crítica lo silenciaba, los galeristas no querían exponer sus obras, con pocas excepciones económicamente insuficientes. Y los compradores que permitían a Xavier Valls vivir de la pintura se encontraban en París. Mucho años más tarde encontraría, al fin, un galerista español dispuesto a consagrar al artista tiempo y dinero, en Madrid, Miguel Fernández-Braso.
Ese era el “clima” familiar en el que vivió Manuel Valls hasta los 18 años. Por entonces, Valls hablaba francés mucho peor que español o catalán. Pero decidió nacionalizarse francés, aunque su padre había conseguido comprarse una modesta casa en Barcelona, en el barrio de Horta, con algunos ahorros y la ayuda de la familia Gargallo. Cada verano, los Valls viajaban a Barcelona en coche. Los primeros coches que pudo comprarse Xavier Valls fueron un Citroën 2CV y un 4 L, modelos de las gamas más humildes.
Manuel Valls ha escuchado en muchas ocasiones la anécdota de un encuentro de su padre con Antoni Tapies, en la cúspide de su fama e influencia. Tras una larga cena, pagada a escote, Tapies le pregunta a Valls: “¿Qué coche tienes?”. Caminaban por el Ensanche barcelonés. Valls se ejecutó: “Un Citroën 2CV”. “¿Quéee?” le respondió Tapies, diciendo y señalando con su mano izquierda: “Mira el mío”. Un Mercedes último modelo.
Manuel Valls perdió la fe y no entró en un seminario. Entró en política como quien entra en religión. Su hermana Giovanna, por el contrario, vivió una larga temporada con un gran pintor figurativo catalán. Aquella y otras experiencias acabaron muy mal. Giovanna fue drogadicta durante muchos años. Ella misma ha contado a dos biógrafos de su hermano, Jacques Hennen y Gilles Verdez, aquella experiencia dramática: “Viví con un alcohólico que me dominaba, me insultaba. Terminé chutándome con heroína. Durante unos años, fui una junkie que se arrastraba, en un ambiente muy Rolling Stones y Freddie Mercury. Salir de ese infierno fue muy duro. Mis padres y mi hermano vivieron mi aventura como una tragedia. Ellos me aportaron una ayuda capital, con mucho amor”.
La experiencia de su hermana influyó en las convicciones íntimas del futuro ministro del Interior y primer ministro, hostil a la legalización de ninguna droga. En su primera entrevista política a un periódico español, Manuel Valls me declaraba (ABC, 13 octubre 2002): “Mayo del 68 hizo mucho daño a las familias”. Tras esa declaración conservadora todavía sangraba, sin decirlo, la experiencia dramática de su hermana.
Manuel Valls pudo ser político, en Barcelona. Si su padre hubiese podido ganarse la vida como pintor en su ciudad natal. Manuel Valls pudo ser directivo del Barça (la música del himno del Barça fue escrita por un primo de su padre, Manuel Valls Gorina), si las galerías y la crítica de arte de Barcelona hubiesen prestado a su padre el interés que solo encontró en París y Madrid, durante muchos años.
Con el tiempo, Manuel Valls ha hecho carrera política en Francia, con un éxito espectacular. Por vez primera en la historia, un jefe de Gobierno francés es hijo de un desterrado español. Las huellas y el drama de ese destierro están muy presentes en la matriz política de un hombre que aspira a ser presidente de la República.
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PS. Ya publicada y comentada esta anotación, M* me envía un enlace que me parece imprescindible retomar:
L’avi de Manuel Valls va ser un intel·lectual i escriptor noucentista, catalanista i catòlic, fundador del diari El Matí… L’avi Magí.
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- Manuel Valls y la reforma del socialismo francés.
- Manuel Valls, al frente de la campaña de Hollande.
- Primera entrevista de Manuel Valls en la prensa española, 13 octubre 2002, 1 “Mayo del 68 fue nefasto para la familia” y 2 “Cuando se amontonan en el mismo barrio gentes con problemas sociales e inmigrantes que huyen de la miseria se acentúan los problemas de fondo”.
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- Valls / Dieudonné: odio, justicia y guerra publicitaria.
- Leonarda, los gitanos, la inmigración, Valls y los franceses.
- Retrato político de Anne Hidalgo.
- Retratos improvisados de Jean-Luc Mélenchon.
- Retratos improvisados de Jean-François Copé.
- Personajes, Cataluña, Barcelona y Francia en este Infierno.
Interesante resumen biografico de MV. Sin duda el entorno familiar y experiencias personales influyen la formación politica.
He leido por ahí, creo que en la prensa francesa, que el MV es el Sarkozy del PS. Sin duda lo tiene difícil, la cuadratura del circulo.
Tal vez ahora los catalanes puedan reclamar no solo Occitane si no todo el pentágono .
Chillida falangista ?, es la primera vez que lo oigo.
saludos
Bella historia que me descubre muchas cosas, gracias.
Sin ese destierro, Manuel Valls no seria primer ministro de Francia. Puedo imaginar que a menudo lo piensa, qué hubiera sido de él si su padre hubiera sido aceptado en Barcelona y hubieran regresado. Imposible saberlo, claro, pero seguro que le viene a la mente estos días.
Enhorabuena por este artículo.
Qué contraste con lo que he venido viendo y escuchando esta semana en Tv3 y otros medios, aliñando los tópicos que quieren que desee oír su audiencia.
Y qué magnífica fotografía de Jordi Catany, creo que ya la había publicado.
Magnífico, magnífico… sirve, además, como una ilustración perfecta de muchas de las cosas de las que se hablas en este infierno…
Txema, Laura, Irene, Jordi, Joaquín II…
Txema,
Si.. la anécdota de Chillida la cuenta Xaviel Valls con mucho detalle. La versión de Pierrette Gargallo es la misma, claro, contada con gracia. Contar por detalla la cosa requería mucho espacio. En el Colegio de España, un grupo de estudiantes catalanes hizaron una bandera republicana. La cosa sentó como un tiro a Chillida y un amigo pintor. Ambos eran falangistas de pro. Y se juntaron para dar una paliza a uno o dos de los catalanes a las alida del Colegio. Valls y Chillida se cruzaron muchas veces, después. El escultor, avergonzado, pedía perdón una y otra vez.
Laura,
Encantado.
Irene,
Pues vaya usted saber. En Valls hijo ha pesado y pesa mucho el ostracismo sufrido por su padre.
Jordi,
Se agradece, oye. Si. La foto de Catany quizá sea la mejor que yo conozco sobre toda la familia. Catany también mereció otra suerte.
Joaquín II,
Encantado. Y, si, efectivamente, se trata, en mi caso, de temas que también me persiguen y me ayudan, a título personal.
Q.-
La foto es muy buena y el retrato y las anécdotas de la familia y el padre pintor viviendo el franquismo en París, no sabía tampoco sobre las filias del escultor vasco. El museo Gargallo de Zaragoza es una maravilla. Es interesante el sectarismo en arte, como en política. Valls es admirable, como Sarkozy, siendo de origen extranjero han logrado grandes responsabilidades, aunque la historia de Valls es aún más admirable, esperemos no se eche a perder. Saludos
Quiñonero, estoy investigando el paso de mi padre por Paris en 1952, tengo una foto de él en la citè universitaire, pero quisiera buscar más información, escribí a la citè, pero quería consultarle para buscar en los registros de residentes en Paris. Si tiene un correo electrónico, por favor no publique esta parte. Gracias. Mi correo es maite9002@gmail.com
Gracias JPQ por este periodismo que nos regalas de la intrahistoria, que diria Unamuno.
Un saludo desde Barcelona, donde tienes un nuevo lector (y seguidor de tus fotografias).
Maite, Toni…
Maite,
A título personal, en poco puedo ayudarte. Escribe de mi parte al director del Colegio. Te deseo mucha suerte.
Avanti..!!
Toni,
Ahhh… encantado. Moltes gràciesssss
Q.-
He leído que el abuelo de Manuel Valls fue banquero en Cataluña. ¿Es posible? ¿Se conoce alguna fuente de información de esta «posible» noticia? Cuando lo leí, me extraño. Es un dato que no he visto en ningún medio de comunicación estos días.
La historia verdaderamente es tremenda. En el rostro del nuevo primer ministro se pueden apreciar rasgos de mucho sufrimiento. Es mi percepción.
http://www.elmundo.es/cronica/2014/04/06/533fc593268e3e93218b456b.html
Esta es la referencia a la que me refiero sobre el abuelo de Manuel Valls.
«Pero Xavier Valls fue señorito barcelonés (en el mejor sentido del término) de cultísima elegancia d’orsiana, hijo de banquero (lo que toda la vida le envidió Tàpies a rabiar), que en el 49 (¡49!) marchó a París a pintar frutas como Cristiano Ronaldo marchó a Manchester a meter goles. Y no tuvo más drama que, siendo toda la vida un realista, entre los locos del realismo pasaba por no serlo».
PUBLICADO POR IGNACIO RUIZ QUINTANO EN «Salmonetes ya no nos quedan» el Sábado 5-4-2014
Luis,
Tratar a Xavier Valls de «señorito» roza la difamación. Xavier Valls era un Señor, con Mayúscula.
Lo del abuelo «banquero» es otra aproximación que puede rozar lo difamante, según el contexto. Es cierto que el abuelo fue un hombre más o menos rico, que se arruinó.
Decir que Tapies «envidiaba» a Valls es desconocer profundamente a Tapies y a Valls.
Q.-
Lo dice alguien que le conoció. No son palabras mías.
Gracias por su opinión.
Luis,
… la verdad: NO ME CONVENCE NADA DE NADA esa forma de tirar la piedra y esconder la mano. «Alguien», «dicen», etcétera, son fórmulas que suelen utilizarse con fines no siempre confesables. Conocí personalmente a Valls. Y doy la cara sin escudarme en eufemismos varios. Tratándose de cuestiones de fondo, que unos y otros utilizan como malas armas navajeras, prefiero hablar con claridad y no dejar pasar cosas como esos eufemismos. Valls fue un Señor.
Perdón por la franqueza. El respeto a los muertos pasa por no utilizar de mala manera sus despojos.
Q.-
M* me envía un link que me parece imprescindible retomar:
L’avi de Manuel Valls va ser un intel·lectual i escriptor noucentista, catalanista i catòlic, fundador del diari El Matí… L’avi Magí.
Q.-