“Los españoles se tiran a la cabeza los muertos y despojos de sus guerras civiles…”
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Odios y ancestrales matanzas siguen teniendo una actualidad pavorosa.
Los vecinos de Castrillo Matajudíos estudian el cambio de nombre de su municipio, herencia que arrastran desde el siglo XIV, cuando los lugareños pudientes decidieron adoptar ese nombre, para dejar histórica constancia de su fe de asnos cainitas, tras la expulsión de los judíos del pueblo y dos o tres siglos de persecuciones y matanzas.
682 municipios catalanes crearon en su día la Asociación de Municipios por la Independencia.
Los vecinos de Echarri-Aranaz han votado la independencia…
Tras las incontables razones de odio ideológico (izquierda / derecha; nacionalismos vascocatalanes contra nacionalismos españoles), y las heridas de cruentas guerras civiles (religiosas, patrióticas, nacionales, carlistas, etcétera, desde hace siglos) no es difícil reconocer rasgos bíblicos en esos conflictos, cuya descripción canónica sigue siendo la de don Antonio Machado:
Por tierras de España
El hombre de estos campos que incendia los pinares
y su despojo aguarda como botín de guerra,
antaño hubo raído los negros encinares,
talado los robustos robledos de la sierra.
Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares;
la tempestad llevarse los limos de la tierra
por los sagrados ríos hacia los anchos mares;
y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra.
Es hijo de una estirpe de rudos caminantes,
pastores que conducen sus hordas de merinos
a Extremadura fértil, rebaños trashumantes
que mancha el polvo y dora el sol de los caminos.
Pequeño, ágil, sufrido, los ojos de hombre astuto,
hundidos, recelosos, movibles; y trazadas
cual arco de ballesta, en el semblante enjuto
de pómulos salientes, las cejas muy pobladas.
Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,
que bajo el pardo sayo esconde un alma fea,
esclava de los siete pecados capitales.
Los ojos siempre turbios de envidia o de tristeza,
guarda su presa y llora la que el vecino alcanza;
ni para su infortunio ni goza su riqueza;
le hieren y acongojan fortuna y malandanza.
El numen de estos campos es sanguinario y fiero:
al declinar la tarde, sobre el remoto alcor,
veréis agigantarse la forma de un arquero,
la forma de un inmenso centauro flechador.
Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta
¿no fue por estos campos el bíblico jardín?:
son tierras para el águila, un trozo de planeta
por donde cruza errante la sombra de Caín.
Campos de Castilla
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- España, Anales de Caína en en este Infierno.
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