Influencia de España en el Parlamento Europeo

Roza lo insignificante.

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Numéricamente, 59 eurodiputados españoles pesan poco en un Parlamento de 785.

Alemania o Francia, con más eurodiputados, se benefician del apoyo de sus vecinos y aliados. España suele tener intereses bastante próximos a los de Francia, en muchas ocasiones; pero la fragmentación ideológica es mucho más poderosa que los invisibles “intereses nacionales”.

Los eurodiputados del PP se integrarán en el grupo conservador PPE, tutelado por la democracia cristiana alemana, que gobierna en una gran coalición con el SPD, el partido socialdemócrata más influyente de Europa.

Los eurodiputados del PSOE se integrarán en el grupo de los socialistas europeos, donde el SPD alemán sigue imponiendo su doctrina europea. En Alemania, el SPD gobierna aliado con Angela Merkel, aliada ideológica de Rajoy, enemiga jurada de las izquierdas españolas.

Tras la algarabía pueblerina, el resto de los eurodiputados españoles se integrarán en minúsculos grupos parlamentarios, rayanos en lo invisible e inaudible, salvo quienes se integren en el grupo ecologista europeo, que ha tenido y tendrá algunos de los eurodiputados históricamente más influyentes. Es el caso de Daniel Cohn-Bendit, que ha decidido jubilarse. La influencia europea de Dani reposa en sus ideas: ha tenido y tiene muchas ideas. Pequeño detalle invisible entre la patulea de los aspirantes a eurodiputados españoles.

Problema de fondo que viene de muy lejos.

El Gobierno del PP y el PSOE firmaron hace apenas diez meses un “histórico” documento europeo, tan insignificante que ellos mismos lo han olvidado: El acuerdo Rajoy – Rubalcaba sobre Europa es humo tóxico.