Boulevard Saint-Germain, 16 abril 2015. Foto JPQ.
Saint-Germain by night… Lipp, un clásico [ .. ] París by night… Comienza una larga y dura noche de trabajo.
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- Chicas, al anochecer…
- Chica, al anochecer… Homenaje al Brassaï de Nueva York, en color.
- Joven parisina, al anochecer, en Mabillon.
- Parisina merendando, al anochecer, en St.-Michel.
- Ciclista, al anochecer… Homenaje a Jacques Henri Lartigue.
- Joven corredora en La Villette, al anochecer.
- París by night… Anochecer de una incierta primavera.
- Baudelaire, los cielos y la primavera de París.
- Fotografía y París en este Infierno.
j o s e p says
He descubierto el Lipp a través de tus crónicas (el Flore y el Deux Magots ya son viejos conocidos).
Si recupera el artículo dominical de Joan de Sagarra en LV de hoy, describe este local,la Hune y otros locales de Saint Germain, barrio dónde nació y creció el hijo de Josep Maria, y que actualmente lo acoge.
JP Quiñonero says
Josep,
Ahhh… me hacen una ilusión enorme esos paralelismos. En definitiva, las Memorias de Sagarra, padre, son uno de los grandes monumentos de la prosa catalana contemporánea. Y las crónicas de Sagarra, hijo, siempre han tenido una nota ácida que me encanta.
La evolución del barrio -que es mi barrio- es una obsesión personal. La metamorfosis de La Hune la he tratado en escorzo:
–Saint-Germain by night… Lipp, un clásico.
–Metamorfosis de Saint-Germain-des-Prés… Louis Vuitton, en obras.
–Metamorfosis de Saint-Germain-des-Prés, 2.
Graciassssssssss
Q.-
PS. En verdad, la gran librería del barrio es L’Écume des pages, una de las mejores librerías de París. La Hune es hoy un fantasma turístico, con un buen catalálogo de libros sobre fotografía.
j o s e p says
Coincido en que las memorias de Josep Maria son un monumento literario (al nivel de las memorias de Gaziel, otro monumento)
Precisamente Joan de Sagarra habla de La Hune con cierta nostalgia ya que se ha visto obligada a trasladarse por culpa de la presión turístico-comercial que asola el barrio, y cita como síntoma la tienda de Vuiton que fotografiaste.
Y comenta que Lipp era un lugar de paso habitual de sus años de vida parisina, pero el día que le sirvieron su Jameson sin mostrarle la botella, puso punto y final…
JP Quiñonero says
Josep,
Amén, con respecto a Gaziel & Sagarra, claro.
Bueno…
–L’Écume des pages era y es una librería muuucho mejor que La Hune. Y sigue funcionando. Con el mismo éxito de siempre, entre la gente que sabe.
-Ir a comer a esos sitios es… cosa de otro tiempo. Los códigos del barrio son hoy muy otros:
–Anochecer…
–Tapas españolas…
–Señoras francamente potables…
Q.-
arrebatos says
Al hilo de la fotografía que encabeza el post, hay una cuestión de los cafés parisinos que me tiene intrigado, no sé si me la podrá aclarar.
En general, en España, la disposición de las sillas en las terrazas giran alrededor de una mesa en el centro, formando pequeñas islas cerradas sobre si mismas y de espaldas al resto de mesas. Por el contrario en París las sillas se disponen mirando hacia la calle, normalmente dos sillas por mesa en el lado interior y, si acaso, algún taburete del otro lado de la mesa por si alguien quiere «cerrar ese círculo».
¿Alguna razón en concreto? ¿Son los parisinos más voyeurs que nosotros? ¿O acaso somos nosotros más propensos a relacionarnos en grupos cerrados?
Un saludo
JP Quiñonero says
Arrebatos,
Ahhh… pues no había caído. Así, a vuela pluma… la primera evidencia es que los franceses de un racionalismo abrumador: y colocan una mesa y dos sillas en un espacio minúsculo. En los restaurantes, por ejemplo, los carpetovetónicos suelen quejarse que las mesas francesas están muy «apretadas»: los parisinos aprovechan cada centímetro. En las terrazas… supongo que es una manera de utilizar comercialmente el espacio. Temo no responder con claridad. Nobody’s perfecto…
Q.-
arrebatos says
Gracias de todos modos. Era simple curiosidad por las veces (pocas) que paseando por París he caído en la cuenta de que muchas terrazas lucían este aspecto de «teatrillo» hacia la calle.
Cierto también lo de que aprovechan cada centímetro o que incluso te sientan en mesas a compartir con extraños (esto último me pasó en el Polidor y en un restaurante en la parte trasera de les Halles). Imagino que en el restaurante de Alain Ducasse será distinto.
JP Quiñonero says
Arrebatos,
No te creas, caros y menos caros miden muy mucho los centímetros de cada mesa. Hay diferencias, claro.
Polidor es un caso extremo de convivencia forzada, que puede resultar agradable, si hay suerte, claro…
Q.-