Le Monde, Obama “plus optimiste” après son échange de 15 minutes avec Poutine. Washington Post, Obama-Putin chat ‘a positive development’ in defusing Ukraine crisis, U.S. officials say.
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- Ucraniana preguntándose cuando terminará el baño de sangre, en su patria.
- Un soldado americano en París, como Obama.
- Una americana en París, como Obama.
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Vladímir Putin, Petro Poroshenko y Barack Obama dieron calculados pasos de una posible distensión militar en Ucrania, durante las ceremonias de la conmemoración del LXX aniversario del Desembarco aliado en Normandía, lanzando tímidos llamamientos a un “alto el fuego de todas las partes”.
François Hollande, anfitrión de las ceremonias, en París y varias ciudades del departamento de Calvados, en el corazón de Normandía, ante las playas donde se inició el Desembarco, el 6 de julio de 1944, facilitó la puesta en escena de unos encuentros oficiosos presentados apresuradamente como primeros pasos de distensión y “salida” de la crisis, que todas las partes valoran con calculada prudencia.
Angela Merkel, aliada privilegiada de todas las partes en conflicto, terminó de dar el último empujón a unos tímidos encuentros “informales”, negociados con sigilo excepcional por los servicios diplomáticos franceses, alemanes, estadounidenses, rusos y ucranianos.
La noche del jueves, en París, Hollande cenó dos veces, con Obama, primero, y con Putin, más tarde, preparando el terreno de posibles diálogos bilaterales, entre los presidentes de Rusia y los EE. UU.
La mañana del viernes, el presidente francés lanzó las conmemoraciones del LXX aniversario del Desembarco aliado, en Normandía, con un discurso solemne glosando el “pacto de sangre” entre los soldados de cinco continentes caídos por la reconquista y libertad de Europa.
Acompañado de 19 jefes de Estado y gobierno, ante 1.800 veteranos y unos 8.000 invitados, en el Memorial del Desembarco, en Caen, Hollande adoptó un tono ecuménico para recordar con gravedad la doble dimensión histórica y actual del acontecimiento.
Punto central del discurso del presidente francés, en Oustreham,: el “pacto de sangre”, sellado en las tierras de Normandía, “regadas” con la sangre de millones de soldados de muy diversas razas, religiones y nacionalidades, y la población civil normanda, durante una de las batallas más cruciales de la historia de nuestra civilización.
En segundo plano, el presidente Hollande aludió a la actualidad trágica y palmaria de aquella herencia. La guerra sigue regando con sangre humana muchas tierras víctimas de trágicos conflictos. En escorzo, el presidente francés aludió veladamente a las secuelas de la crisis ucraniana, preocupación acuciante para todos los líderes mundiales presentes en Normandía.
Aludiendo repetidamente al heroismo de los soldados norteamericanos, recordando la participación rusa en la liberación de Europa, instalando al presidente de Ucrania en un lugar privilegiado, Hollande intentaba favorecer los diálogos que se produjeron poco más tarde, brevemente, antes y durante la gran comida de honor, celebrada en el castillo de Bénouville.
Poco antes de comenzar la gran comida, presidida por el presidente Hollande y SM la Reina Isabel II se Inglaterra, con Obama y Putin a ambos lados, el presidente de Rusia se encontró por vez primera, oficiosamente, con el nuevo presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, elegido el 25 de mayo pasado.
Encuentro sin protoco, de quince minutos cortos, en pie, en un pasillo muy iluminado, al que fueron asociados el presidente de Francia y la canciller de Alemania, promotores y testigos de un encuentro que tuvo una primera consecuencia práctica, anunciada por Dmitri Peskov, portavoz oficial de Putin, dando la noticia a las agencias de información rusas: “Al final de una breve discusión, ambos presidentes se han pronunciado por el cese de la efusión de sangre en el sur este de Ucrania”.
Mucho más locuaces, las fuentes diplomáticas francesas creían posible afirmar que “dentro de unos días” pudieran darse a conocer los detalles de un posible alto el fuego oficial. Un portavoz de la presidencia francesa cree posible aventurar que “es evidente que no hay solución militar a la crisis, y ambas partes pudieran dar a conocer dentro de unos días los detalles de un posible alto el fuego”. Los portavoces franceses creen, incluso, que Moscú “podría reconocer la elección de Poroshenko”.
Antes y después del encuentro entre Putin y Poroshenko, Barack Obama y el presidente ruso celebraron otro breve “encuentro informal”, anunciando con extrema rapidez por las fuentes diplomáticas francesas, pero comentado con parca cautela por los portavoces oficiales de la Casa Blanca.
Poco antes del comienzo de la gran comida de honor y hermandad, presidida por el presidente Hollande y SM la Reina Isabel II de Inglaterra, Obama y Putin se cruzaron en un pasillo y estuvieron hablando, con discreción unos quince minutos. Benjamin J. Rhodes, consejero del presidente Obama en cuestiones de seguridad nacional, se limitó a comentar: “Ha sido una conversación informal, y no un encuentro formal, bilateral.”
Obama y Putin se cruzaron en varias ocasiones durante toda la jornada de conmemoraciones. El presidente de los EE. UU. evitó cuidadosamente cualquier proximidad que hubiese facilitado una fotografía, otro encuentro informal “simbólico”. Efusivo, sonriente, besando o abrazando de manera muy llamativa a todos sus vecinos y aliados, comenzando por David Cameron y la Reina de Inglaterra, Obama, eludió cualquier proximidad con el presidente Ruso.
En París y en Normandía, François Hollande, anfitrión de las ceremonias conmemorativas, asoció en todo momento a los soldados rusos y Rusia a la gigantesca aventura histórica de la liberación de Europa. Y su puesta en escena de la conmemoración del Desembarco intentó facilitar puntos de encuentro, invitando al presidente de Ucrania, intentando facilitar el diálogo entre Moscú, Kiev y Washington.
Mucho más parco, el presidente Obama glosó el heroismo aliado y la fraternidad trasatlántica. Pero evitó los gestos efusivos hacia la Rusia de ayer y de hoy. Y su glosa de la formidable gesta de la batalla de Normandía, que comenzó con el Desembarco, reafirmó su visión épica y patriótica de la misión histórica de los EE. UU.: “En los anales de la historia no se ha visto nada parejo. Olas y olas de jóvenes desembarcando en estas playas para liberar Europa”. Verdad histórica, repetida, una vez más, ante el Memorial del Cementerio americano que se encuentra en lo alto de los acantilados de Omaha Beach. Verdad histórica que los pueblos del Este europeo y los combatientes en el sur de Ucrania quizá interpreten desde ópticas menos ecuménicas.
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ABC, 7 junio 2014.
Jordi says
Obama Beach? Do you mean Omaha Beach? Creo que Obama aun no ha descubierto como viajar en el tiempo 🙂
JP Quiñonero says
Jordi,
Ayayay… ¿Te puedes creer que ayer repetí el lapsus en una docena de ocasiones?
¡¡¡!!!
Gracias por subrayar mi mala cabeza.
Q.-
Jordi says
Nada, nada, estas aun bajo el hechizo obamita. No tiene mada de malo, hombre…muchos los hay que estan igual y no lo quieren admitir.
JP Quiñonero says
Jordi,
Se agradece la comprensión, vaya. Avanti..!!
Q.-