Museo Picasso, 13 junio 2014. Foto JPQ.
Crisis entre el Estado francés y los herederos de Picasso.
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Ha surgido un nuevo frente de crisis…
La Sociedad para la protección de los paisajes y la estética de Francia (SPPEF) ha decidido querellarse jurídicamente contra el Gobierno y el Estado francés, por estar realizando una “chapuza” en el Museo Picasso, cerrado por obras desde hace cinco años y de aleatoria reapertura a mediados del próximo mes de septiembre.
Alexandre Gady, profesor de historia del arte en la Sorbonne, la más emblemática de las universidades francesas, presidente de la SPPEF, comenta: “Pedimos a la justicia que anule el permiso de construir la ampliación del Museo Picasso. Ese permiso fue concedido en condiciones muy litigiosas, cuando los trabajos de ampliación ya estaban realizados. El Estado no puede pasarse por alto las reglas y normas administrativas que el mismo Estado impone a los particulares”.
La SPPEF y varios arquitectos e historiadores ha presentado una querella contra el Estado y Gobierno de François Hollande, pidiendo la anulación de un permiso de construir que consideran ilegal y lesivo para la estética del edificio histórico que alberga desde su fundación el Museo Picasso, el antiguo Hôtel Salé, un legendario edificio, construido en el siglo XVII, con una historia excepcional, en el barrio parisino del Marais.
Asociándose a la querella de la SPPEF, el cineasta François Margolin comenta la “chapuza” urbanística en curso de este modo: “Me sorprende muy mucho el comportamiento y los métodos usados por toda la jerarquía administrativa. La dirección del Museo violó toda la legislación en vigor, en complicidad con el arquitecto en jefe de los edificios del Estado, la alcaldía de París y el ministerio de Cultura”.
La SPPEF no solo ha presentado una querella ante el Tribunal Administrativo de París: se propone presentar una querella penal, contra el Estado y el Gobierno, acusado de realizar, sin autorización, trabajos excepcionales en un monumento histórico, en un barrio histórico.
Margolin y Gady comentan, al alimón: “Nos parece incomprensible que uno de los hoteles particulares más bellos y emblemáticos del Marais haya sido mancillado con un muro de hormigón armado de ocho metros de alto, un horror”.
Las querellas administrativa y penal presentadas por la SPPEF coinciden con el estado de empantanada crisis de la institución, tras el despido de la directora que realizó la gran transformación del museo y el nombramiento de un director que no sabe quien organizará la nueva colección permanente de un Museo Picasso víctima de un rosario de “chapuzas” en serie.
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