Halle Freyssinet, 22 octubre 2011. Foto JPQ.
Rastignac con faldas, Valérie Trierweiler era adulada por los cortesanos que rodeaban a Hollande.
[ .. ]
- Trierweiler tenía mucho éxito físico y político entre los hombres de mano de Hollande.
- Los anillos de Trierweiler y la función de la primera dama de Francia.
Primera dama traicionada por Hollande, solo se mostraba en público escoltada por sus guardaespaldas:
- Retrato improvisado de Valérie Trierweiler.
- Retrato improvisado de Valérie Trierweiler, 2.
- Trierweiler, Rastignac de vodevil político.
Aquellas fotos me costaron una agria disputa profesional. Mi editor gráfico me dijo que no publicaría mis fotos, ya que dejaban al descubierto las arrugas y guiños de la señora.
Apenas han pasado tres años. Y, a mi modo de ver, esos guiños y arrugas quizá recuerdan hoy el rostro íntimo de una mujer capaz de intentar liquidar a navajazos a un jefe de Estado:
luis says
Mi abuelo, minero de raza y pocas palabras, la definiría como zorrón, con esa «ese» pronunciada entre la zeta y la ese. Muy de la margen izquierda. Mi padre, también minero pero un poco más leído, diría buscona. Recuerdo de niño escuchar esta palabra y no enterarme de nada. A los trece o catorce años, comprendí su significado.
Laura, sí son pajarracos, en compañía de una susodicha.
PD
Muy interesante.
http://abcblogs.abc.es/ruiz-quintano/public/post/la-tarde-que-volvi-al-cafe-gijon-16149.asp/
JP Quiñonero says
Luis,
Bueno, desde la picaresca quevedesca, el castellano tiene un arsenal verbal francamente temible.
Dicho eso, lo de buscona no corresponde exactamente a la moza. Hay una condición entre «estática» y profesional en el zorrón y la buscona, que no define bien al personaje. Lo de pajarraco, pájara o rubiales (adjetivos valleinclanescos) creo que cuadra más,
Q.-
Irene says
En realidad, no veo por qué las estrategias, determinaciones y actitudes de VT han de ser consideradas de manera mucho más severa que las de Hollande, que al cabo es el presidente.
Que una mujer, en Francia, no haya todavía llegado a la presidencia restringe el ámbito de las estrategias políticas femeninas hasta el punto –es una reflexión– de dejarlas reducidas a la alcoba y al espectáculo mediático.
JP Quiñonero says
Irene,
Llevas toda la razón claro.
Si ella es una pajarraco, él es algo así como un tiburón o un cocodrilo volador.
Ella no deja de ser una mujer despechada, con mucha mala uva. Pero no deja de ser una víctima perdida en la selva del poder, donde los felinos que andan sueltos son bestias mucho más duras y temibles, con una piel de saurios…
Q.-
PS. Dicho eso… ningún político francés vivo ha encargado asesinatos, dejando que se entierren en un basurero a las víctimas, cubiertas con cal viva.
Laura says
Que conste que yo hablé de pajarracos, en plural. Toda esa fauna.
luis says
Me he acordado de otra palabra, esta sí, que bien define a la señora. Entre sus «cienes y cienes», mejor dicho, miles y miles de lectores, que son gente cultivada, espero que haya alguno que conozca la palabra suripanta. Me recuerda a aquellas novelas sicalípticas de principios del siglo XX, que eran tan exóticas y de gustos orientales. Al hilo de esta palabra he encontrado un artículo de Amando de Miguel, que me ha parecido muy divertido. Disfruten.
PD
Quiñonero, usted está más versado que yo en el lenguaje erótico-galante y más si es en francés.
Irene, me temo que no le he entendido nada. Quizás sea un problema de lenguaje o de género.
http://www.libertaddigital.com/opinion/amando-de-miguel/hablemos-de-sexo-26486/
Irene says
Sí, Laura, pajarracos, muy bien dicho.
Por lo demás, no entiende quien no quiere entender.
luis says
Cuando se hace la inútil defensa por pseudo cuestiones de género, transgénero o de alguna apreciación filológica que se me escapa, es imposible de entender.
Pase buena tarde.
JP Quiñonero says
Luis,
¿No te importa que utilice el tuteo coloquial? El usted me pone una barba con la que me siento incómodo.
Temo no estar de acuerdo… Suripanta es una palabra muy utilizada por los narradores de la generación de El cuento semanal (Zamacois & co.), donde se publicaban novelas sicalípticas, efectivamente.
La personalidad de VT no encaja completamente con las definiciones del dico de la RAE. Es otra cosa. Si se desea insultarla, en efecto, la cosa tiene su efecto, una miqueta arcaico. Pero si se trata de describirla, en términos más o menos «zoológicos» (dicho sea con respeto), la palabra es imprecisa.
En este caso, la «galantería» está fuera de lugar. Se trata de un ejercicio de estilo a navaja sacada, sin que la sangre manche siempre el rosa bombón de las uñas,
Q.-
Laura says
Luis no es un pseudónimo, claro esta: es el nombre auténtico de don Luis de Guindos.
luis says
Se ha superado Quiñonero. Me ha dejado tocado y casi hundido. Lo mejor es que me ha hecho sonreír. Es ponerle al borde del precipicio y saca lo mejor de su espíritu anarco-totanero.
Fíjese, que uso el trato de usted, hasta con los sacerdotes. Es cierto que hace tiempo que no los frecuento.
PD
¿Y en el «ABC» siguen sin nombrarle corresponsal volante con sede provisional en Mónaco? Enorme desperdicio
JP Quiñonero says
Luis,
Ahhhh… me encanta el título de anarco-totanero. Volveré a utilizarlo con cualquier pretexto. Citándote, claro está, como Dios manda.
Bien quisiera yo que me nombrarán corresponsal en Mónaco, un viejo sueño, en efecto. Pero las princesas locales ya no son lo que eran. El rosa ensangrentado de la corte parisina da para mucho más, juicio de mis jerarquías. Qué quieres,
Q.-
luis says
Como los hombres no sabemos hacer dos cosas a la vez, aprovecho para contestar a Laura. Efectivamente, me ha descubierto. La pena es que de momento gasto pelazo, aunque en el imaginario femenil ya sabemos lo que les provoca los hombres con alopecia donante, como es el caso del señor ministro.
Con mis mejores deseos.
Laura says
Alopecia: otro toque de koketeria muy mascu.
luis says
Laura, parece usted turista.