Los socialistas más eminentes plantean la cosa de este modo:
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Liberation y Le Monde, 15 y 22 octubre 2014.
A título personal, “traduzco” tales sutilezas maniobreras de este modo:
… Instalado en el podio del presidente más impopular de la historia de la V República, François Hollande ha conseguido dividir y enfrentar a todas las familias socialistas, disolviendo y desangrando el socialismo nacional en un campo de batallas fratricidas.
Jean-Marie Le Guen, secretario de Estado para las relaciones con el Parlamento (próximo a Hollande, tras haber sido próximo de Dominique Strauss-Kahn), resume el estado de crisis y balcanización de los socialismos franceses con esta sentencia que Le Monde destaca a toda página: “El viejo software socialista ha dejado de atraer”.
Le Guen llega a tal conclusión, tras estas reflexiones de fondo: “La verdad, no veo una demanda social masiva de soluciones a la izquierda y la izquierda de la izquierda. La incapacidad de la izquierda, a la hora de proponer un proyecto de sociedad moderno, incita a los franceses a inclinarse hacia la derecha y, peor, seamos honestos: el viejo software socialista ha dejado de atraer”.
ROSARIO DE CRISIS DE FONDO
Le Guen resume de ese modo las crisis culturales y políticas de fondo: los obreros franceses votan mayoritariamente por la extrema derecha de Jean-Marie y Marine Le Pen; las extremas izquierdas se han dividido en dos o tres grupúsculos enfrentados; el PCF ha dejado de tener implantación nacional; el Frente de Izquierdas (FdI) se presenta como “alternativa socialista” al socialismo de la pareja Hollande – Valls; en el grupo parlamentario socialista ha aparecido un grupúsculo que vota contra el Gobierno; Arnaud Montebourg (ex ministro de Economía), aspira a liderar la izquierda socialista; Martine Aubry (ex ministra de Trabajo), aspira a liderar una “nueva socialdemocracia”; Anne Hidalgo ha convertido la alcaldía de París en un bastión de resistencia sorda contra Hollande…
LA POLÍTICA DEL DIPUTADO Y LA ALCALDESA
La alcaldesa de París está casada con Jean-Marc Germain, que es uno de los animadores de la fronda socialista en la Asamblea Nacional. Con la más extrema prudencia, Anne Hidalgo se “queja” cada semana de los recortes presupuestarios del Estado. Buena parte de sus promesas electorales se están esfumando. Y ella culpa indirectamente al Gobierno de la pareja Hollande – Valls.
Hidalgo ha puesto en marcha una resistencia callada, evitando el enfrentamiento frontal, pero dejando caer sistemáticamente “quejas” presupuestarias que plantean problemas irresolubles, de inmenso calado.
Hidalgo y su esposo salen de casa, cada mañana, en el mismo coche oficial. Ella se dirige al ayuntamiento. Él se dirige a la Asamblea Nacional, donde es uno de los animadores del grupo de diputados socialistas que votan contra o se abstienen en casi todas las votaciones gubernamentales. Se trata de una novedad radical: una parte sustancial del grupo parlamentario socialista hace política contra su propio gobierno.
“UN PICHA FLOJA”
Toda la carrera política de Jean-Marc Germain -el esposo de Hidalgo- está ligada a Martine Aubry, la hija de Jacques Delors (antiguo presidente de la Comisión, socialista que comulga todos los domingos en una iglesia de un barrio muy acomodado). Alcaldesa de Lille, Aubry hizo campaña contra Hollande durante las primarias del otoño del 2011, con esta frase legendaria: “Hollande es un picha floja”.
Tres años después, Aubry ha desenterrado el hacha de guerra política contra la pareja Hollande – Valls, declarando: “Francia se dirige hacia una catástrofe social. Pido solemnemente un cambio de política”.
Martine Aubry aspira liderar una “alternativa” contra Hollande, proponiendo “una nueva socialdemocracia”, de contornos políticos todavía desconocidos. Martine Aubry solo tiene claro el blanco de la mira telescópica de su fusil de asalto: la cabeza política de Hollande.
Aubry y Hollande se odian desde hace muchos años. Durante las primarias del otoño del 2011 se pelearon en términos muy agrios. Hollande creyó “hundirla” en un cierto ostracismo, lejos del poder gubernamental. Cuando la crisis arrecia, Aubry ha reaparecido para apoyar a la izquierda socialdemócrata hostil a Hollande.
“HOLLANDE MIENTE COMO RESPIRA”
Arnaud Montebourg, ex ministro de Economía, es mucho más concreto en el terreno ideológico: él propone una “alternativa de izquierdas, antimundialista y ecologista”. Montebourg ya se presenta como candidato socialista contra Hollande, cuando el PS debe elegir un nuevo o el mismo candidato a la elección presidencial.
En el terreno personal, Montebourg ha declarado: “Hollande miente como respira. Por eso está hundido en todos los sondeos. No hay quien lo salve”.
“CAPITÁN DE UN BARQUITO DE PEDALES”
A la izquierda de todas las familias de un PS en vías de balcanización ideológica, Jean-Luc Mélenchon espera convertir el Frente de Izquierdas (FdI) en una “alternativa auténticamente socialista”. Mélenchon comenzó a criticar a Hollande a los tres meses de su elección, a lo largo del mes de agosto del 2012, tratándolo de “capitán de un barquito de pedales”.
Mélenchon compite con Marine Le Pen por la “conquista” o “reconquista” del “voto popular”. De momento, la señora Le Pen ha ganado todas las batallas electorales. Pero Mélenchon no se da por vencido: “Al final, todo se dilucidará en un duelo entre la extrema derecha y nosotros. Los socialistas están divididos y sin proyecto”.
Contra ese rosario de familias enfrentadas en una guerra sorda y fratricida, desangrando y disolviendo el antiguo socialismo en un campo de batalla ideológico, Hollande tiene un arma estratégica: la disolución de la Asamblea Nacional.
GUERRA IDEOLÓGICA, SI; SUICIDIO, NO
La fronda socialista en la Asamblea Nacional tiene un “techo”: si los diputados socialistas “derrocasen” al gobierno de la pareja Hollande – Valls, el presidente de la República se vería forzado a disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas anticipadas. En esa lejana hipótesis teórica, muchos diputados socialistas correrían el riesgo de perder sus escaños…
La guerra ideológica sin cuartel está muy bien. Pero el suicidio político es otra cosa.
Conscientes de esa realidad, Aubry y Montebourg plantean otro tipo de batalla: el hostigamiento sin cuartel de Hollande, con el fin de destruirlo definitivamente, para presentarse ellos como posibles “salvadores” con proyectos ¿socialistas? ¿socialdemócratas? de “otro tipo”.
MUY SOLOS EN LA ESCENA EUROPEA
Hollande, Valls, Aubry, Montebourg y Mélenchon tienen algo muy profundo en común, sin embargo: están literalmente solos y sin ningún tipo de aliados en la escena europea.
Hollande no consigue entenderse con Angela Merkel, en ningún terreno sensible. Y los laboristas ingleses y los socialdemócratas alemanes están muy alejados del modelo socialista francés.
Valls es percibido por todas partes como un excelente candidato de centro izquierda, que no seduce a los militantes de ningún partido socialista. La “nueva socialdemocracia” de Aubry suena a cosa arcaica en Alemania y el Reino Unido. El antimundialismo de Montebourg solo encuentra algún eco en Grecia. Y Mélenchon solo tiene amistades de corte bolivariano o brasileño. Modelos que no terminan de seducir a los proletas franceses.
La Francia de Hollande no sale del hoyo.
Valls / Hollande: más recortes, menos socialistas.
Francia teme la implosión del Partido Socialista.
Guerra fratricida entre los socialistas franceses.
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