Place des Pyramides, 7 enero 2012. Fotos JPQ.
Retrato improvisado de Marine Le Pen.
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Place des Pyramides, 7 enero 2012. Fotos JPQ.
Confirmada como presidenta con el 100 % de los votos de los participantes en el XV congreso del Frente Nacional (FN, extrema derecha), Marine Le Pen cuenta con el apoyo económico y político de Vladimir Putin para continuar la larga marcha que culminará con las próximas elecciones presidenciales, el 2017.
Épica y despectiva, desde el olimpo de su reelección, en el congreso de su partido, en Lyon, Marine Le Pen fue saludada con una salva de ocho minutos de aplausos cuando afirmó que “Hollande y Sarkozy han comenzado a disputarse el segundo puesto en la próxima elección presidencial”. Sobreentendido: ella será la primera en estar en la segunda vuelta de esa elección “reina” del sistema político francés, tras eliminar en la primera vuelta a Hollande o Sarkozy.
Jean-Marine Le Pen, el patriarca fundador del FN, había preparando el terreno olímpico a su hija, repitiendo a sus fieles que Marion Marechal Le Pen (su nieta preferida) y Marine (su hija candidata a la presidencia de la República), realizarán “una obra histórica semejante a la de Juana de Arco”.
Una imagen de Juana de Arco suele presidir casi todos los mitines de la familia Le Pen, que celebra el 1 de mayo, desde hace muchos años, en la parisina plaza de Juana de Arco, heroína mítica de un patriotismo de catecismo ultra nacionalista.
La reelección de Marine Le Pen como presidenta del FN, confirmada como candidata a la elección presidencial, obedecía a un ritual bien conocido, con una novedad excepcional: Marine Le Pen ha trabado con Vladimir Putin unas relaciones políticas y personales muy sólidas, dando a su carrera una dimensión inédita, excepcional.
Marine Le Pen apoyó muy calurosamente la anexión rusa de Crimea. Fue “pagada” y “compensada” con un rosario de viajes personales a Moscú. La presidenta del FN apoya de manera muy marcial la intervención rusa en Ucrania. Los movimientos de tropas rusas en Crimea y las fronteras ucranianas son apoyados por la familia Le Pen con mucha complicidad política de fondo. Muy crítica con Europa, con la UE, con el euro, con el liberalismo y el capitalismo, Marine Le Pen habla con entusiasmo y fervor apenas contenido del “carisma” y el “patriotismo” de Vladimir Putin.
El apoyo político de Marine Le Pen a Vladimir Putin tiene ya una contrapartida financiera. Un banco ruso, el First Czech-Rusian Bank (FCRB), ha concedido al FN de la familia Le Pen un crédito de 9 millones de euros.
Putin ha prohibido personalmente que los partidos políticos rusos reciban financiación extranjera. El mismo Putin autoriza, sin embargo, que un banco ruso, sometido a la tutela política más estricta, conceda un generoso crédito a un partido de extrema derecha francés, cuyas finanzas dejan mucho que desear.
Marine Le Pen ha intentado justificar el préstamo financiero ruso afirmando que los bancos franceses se han negado a concederle ninguna “línea de crédito”. Tampoco es un secreto el carácter sencillamente excepcional de un crédito ruso, en unas condiciones muy ventajosas, a un partido político que no tiene otros ingresos conocidos que las cotizaciones de sus militantes.
El XV congreso del FN, en Lyon, también ha confirmado el apoyo directo de Putin a la carrera presidencial de Marine Le Pen. Por vez primera en la historia de la extrema derecha francesa, los invitados extranjeros más aplaudidos, este fin de semana, fueron los enviados especiales de Putin, Andreï Issaïev, vice presidente de la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, y Andreï Klimov, jefe adjunto de la comisión de asuntos internacionales del Consejo de la Federación Rusa, la cámara alta.
Los congresistas de extrema derecha, reunidos en Lyon para confirmar el liderazgo de Marine Le Pen, se pusieron masivamente en pie para aplaudir la presencia de los hombres de Putin, llegados a Moscú para celebrar la ascensión política de la presidenta del FN.
La presencia de políticos rusos en los congresos de los partidos políticos franceses es algo muy raro y excepcional. Solo el PCF de los años 40 a 80 del siglo pasado tuvo ese dudoso honor, cuando los comunistas franceses seguían una línea de apoyo sin tacha a las doctrinas y el imperialismo militar comunista.
El diario online Atlantico (conservador) ha publicado una información y dos entrevistas comparando a Marine Le Pen con Georges Marchais, el legendario líder stalinista del PCF. Se trata de una comparación excesiva pero sintomática, Georges Marchais réincarné ? Comment Marine Le Pen transforme lentement mais sûrement le FN en Parti communiste version 70’s.
Jean-Philippe Moinet, presidente del Observatorio del extremismo, y Jean Garrigues, catedrático de historia contemporánea en la universidad de Orléans, realizan un minucioso estudio comparativo de las políticas populistas y xenófobas del PCF de los años 80 del siglo pasado y del FN de nuestro tiempo.
Confirmado al 100 % su liderazgo personal, con los sondeos siempre a su favor, Marine Le Pen ha comenzado su campaña más inmediata: las elecciones regionales del año próximo. El nuevo mapa regional, deseado por François Hollande, es muy favorable a la extrema derecha, que pudiera ganar una o dos regiones por vez primera en la historia política de Francia.
El nuevo mapa regional de Francia es muy favorable a la extrema derecha de Le Pen.
Así se convirtió la extrema derecha de Le Pen en el primer partido obrero de Francia, 2.
Laura says
Qué gentuza.
jordi (otro) says
Gracias: información relevante y no conocida hasta hoy.
JP Quiñonero says
Laura, Jordi…
Laura,
Amén.
Jordi,
La cosa ha tenido ramificaciones que no he tenido tiempo de publicar. A ver si mañana.
Q.-
PS. Graciasss