Arenys / Sinera, 6 diciembre 2014. Foto JPQ.
Imprescindibles para sobrevivir
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Ediciones y reediciones de un clásico monumental, indispensable para comprender Cataluña y España: Univers Verdaguer: dimonis i pàtries.
Me sorprende, sin embargo, que nadie lea uno de los grandes monumentos de Verdaguer, L’Atlàntida. Poema que Falla consideraba, con razón, una obra capital, matriz literaria de su propia Atlántida.
¿Es necesario recordar que Verdaguer y Falla son sencillamente imprescindibles para intentar comprender las Cataluñas y Españas de hoy?
[La] construcción material de casas para familias y casas para pueblos enteros, es sencillamente indisociable de construcciones políticas e históricas bien reales. Que pronto entran en conflicto con otras concepciones del mundo, la historia y la cultura.
En algunos casos, y pienso en Verdaguer, la construcción de la casa íntima, la casa del alma de la persona humana, va pareja a una reflexión sobre la historia. Y es Verdaguer el primero, si no el único, que llega a preguntarse si, en verdad, España no es una suerte de Atlántida de si misma: una suerte de continente desconocido, perdido en el abismo oceánico del tiempo pasado; indisociable, para él, del tiempo mesiánico de la todavía lejana resurrección de los muertos.
Esa visión mesiánica de Verdaguer, donde se confunden lo que fuimos, lo que soñamos y no llegamos a ser, y lo que aspiramos a construir con nuestras vidas, ese anhelo de construcción de una patria material y espiritual, indisociables, fue asumida por Manuel de Falla, que intentó traducirla al lenguaje misterioso de la música, que tiene muy mala traducción política. Por el contrario, cuando otros lectores de Verdaguer, o de Josep Carner, intentan construir cosas materiales con las que dar cobijo a sus concepciones íntimas de la cultura y la morada material del ser humano, las cosas se complican y envenenan de muy mala manera… De la inexistencia de España.
Catalanes impublicables o infumables en Madrid.
Las tragedias de Cataluña y España, vistas por John H. Elliot y Quiñonero.
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