Syriza tiene una virtud, al menos.
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El partido griego plantea, a su manera, el problema de fondo:
¿Puede “sobrevivir” una familia o un Estado cuyas deudas ascienden al 160 % de su riqueza e ingresos..? [ .. ] Con 11.25 millones de habitantes (2007), el gobierno griego ha recibido, está recibiendo y debiera seguir recibiendo entre 350.000 y 410.000 millones de euros.
Pagar esas deudas -lo que parece pura y sencillamente imposible- requerirá años y años de “austeridad” (pan y agua), más trabajo, menos gasto, más impuestos. Impuestos que pagarán, en bastante medida, el resto de los contribuyentes europeos: esas gigantescas cantidades de dinero son una “liquidez” que el resto de los países de la zona euro deberán pagar de una u otra manera (menos crédito, menos gasto público, más impuestos, más austeridad).
Hay quienes piensan que la catástrofe griega es una bomba instalada en los cimientos de lo que en otro tiempo se llamaba “la construcción política de Europa”… Grecia: 11 millones habitantes, 350.000 millones de deudas.
Sin duda, los griegos son muy libres de pagar o no pagar las deudas contraídas por sus gobernantes, desde hace dos generaciones. Y pueden “romper” definitivamente con el proyecto de disciplina del Pacto fiscal europeo.
Ejercida tal libertad, como ellos consideren oportuno, los mismos griegos tendrán que vivir con o sin el dinero prestado o no prestado por el BCE, la UE y el FMI. Ellos sabrán (¿?) cómo vivir sin ese balón de oxígeno.
Esa tragedia es idéntica a la tragedia de los padres de familia atados a unas deudas que no pueden pagar. O la tragedia de los gobiernos que siguen exigiendo impuestos para pagar deudas crecientes: Cataluña, Andalucía, Valencia: pagar más impuestos para financiar deudas crecientes.
De ahí que la deuda griega ilumine el riesgo de otras deudas un poco más próximas: Paralelismo Grecia / UE – Cataluña, Valencia, Andalucía / España…
Crisis de la deuda que también es una crisis de identidad cultural, evocada por Cavafis, en el caso griego: Grecia, los griegos y sus crisis.
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