Quizá se trate del mensaje esencial.
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Instagram, 7 enero 2015. “Papá se ha ido. Wolinski queda”.
Charlie Hebdo y la obra de sus periodistas y dibujantes asesinados, Wolinski, Cabu, Charb, Honoré y Tignous, se han convertido en símbolos del heroísmo, resistencia y victoria final contra la barbarie, que Elsa Wolinski ha resumido con esta frase: “Papá se ha ido. Wolinski quedará”.
Joachim Roncin, director artístico y cronista musical de la revista Stylist fue el primero en publicar el primer logo “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie), a las 11.52 del miércoles, una hora corta después de la matanza.
Su gesto, material y simbólico, se propagó a una velocidad vertiginosa a través de las redes sociales, provocando reacciones, copias y nueva creaciones, con la misma frase. Roncin explica de este modo su gesto original: “No tenía palabras para describir mi pena, mi amargura. Me sentía tocado directamente, en mis entrañas. Diciendo “yo soy Charlie” estaba hablando de una herida íntima”.
Millones de hombres y mujeres, franceses y de cinco continentes sintieron el dolor de una herida semejante. Y decidieron gritar su dolor, con manifestaciones, con mensajes distribuidos a través de las redes sociales, con dibujos, con fotografías.
“Yo soy Charlie” se transformó rápidamente en algo más que un grito de solidaridad. Estudiantes de bachillerato de ciudades de provincias utilizaron la frase para proclamar su deseo de prolongar la aventura espiritual, artística y cultural del semanario. Jubilatas, estudiantes, hombres de empresa, asociaciones de vecinos, madres de familia, grandes financieros, se sumaron a la misma y espontánea campaña universal.
A las pocas horas de conocerse el asesinato de su padre y sus amigos, Elsa Wolinski, la hija del dibujante, publicó en Instagram la fotografía del estudio de su padre, acompañada del mensaje que estaba llamado a convertirse en bandera, símbolo y encarnación de la resistencia más profunda: “Papá ha muerto. Wolinski queda”.
“Wolinski queda”. Esas dos palabras resumen con limpieza y pudor el mensaje esencial y capital. La hija de uno de los héroes de la matanza subrayaba algo definitivo: la palabra, el dibujo, el arte, la cultura, resisten y vencerán a la barbarie.
Un día más tarde, Elsa Wolinski comentaba: “Fui educada en la convicción que mi padre tenía un oficio peligroso, educada en la necesidad de defender las ideas. Nunca imaginé que era posible asesinar a unos dibujantes. No creía que podía morirse por las ideas. Hoy estoy convencida que no es posible matar las ideas”. Con sencillez, Elsa Wolinski repite ¿sin saber? los principios cardinales que Sócrates y Jesús siembran en nuestra civilización: el sacrificio por las ideas, como ejemplo y arquetipos del héroe clásico, fundacional.
La reflexión íntima y espiritual de Elsa Wolinski se transformó automáticamente en una reflexión colectiva y material.
Los editores de prensa francesa decidieron ofrecer 250.000 euros al equipo de Charlie Hebdo, a través del fondo colectivo “Prensa y pluralismo”. Horas más tarde, los directivos de Google anunciaron la donación de otros 250.000 euros, con el fin de intentar asegurar el futuro empresarial de la revista satírica.
Charlie Hebdo se encontraba en una situación económica próxima a la bancarrota, desde el pasado mes de noviembre, cuando decidió pedir socorro económico de urgencia a sus lectores, que no respondieron con la generosidad esperada. Con una tirada semanal de 50.000 o 60.000 ejemplares, el semanario solo vendía con dificultad creciente unos 30.000. A juicio del equipo diezmado, era imprescindible y urgente volver a vender no menos de 35.000 ejemplares.
Diezmado el equipo, los supervivientes tomaron rápidamente una decisión heroica e imprescindible: comenzar a preparar el próximo número de la revista, que deberá publicarse el próximo miércoles, con una tirada excepcional de un millón de ejemplares.
Charlie Hebdo se ha quedado sin parte de su equipo, sin ordenadores, sin muebles, sin local. Tiene un apoyo moral excepcional, que deberá cobrar una dimensión material para poder asegurar la supervivencia del semanario.
Liberation ha prestado sus locales al equipo de la revista. Le Monde y Canal Plus prestarán ayuda muy diversa. Los 500.000 euros de Google y los editores de prensa franceses permitirán comenzar a trabajar, de nuevo.
Gilles Van Kote, director de Le Monde, comenta: “Es indispensable que Charlie Hebdo continúe publicándose. El equipo de la revista debe ponerse a trabajar y contar con el apoyo material indispensable. Es indispensable que la prensa francesa se movilice para dar a Charlie Hebdo los medios materiales, humanos y financieros indispensables para seguir existiendo”.
Francis Morel, gran patrón del diario financiero Les Echos, está sirviendo de “puente” entre los editores de prensa y el gobierno, sugiriendo alternativas prácticas, para intentar relanzar el semanario, con diversas ayudas fiscales, crediticias y de muy diversa naturaleza.
En nombre del equipo de Charlie Hebdo, Richard Malka comenta: “Todavía estamos bajo los efectos de un choque dramático, brutal. Lo esencial ha sido comenzar a trabajar en el próximo número. Luego, ya veremos. El próximo número será algo así como un homenaje a nuestros amigos y compañeros muertos. Es un deber, para nosotros. Es lo que ellos hubiesen deseado”.
Laurent Joffrin, director de Liberation, ha publicado un editorial titulado: “Charlie vivirá”. Le Figaro ha protagonizado diversas manifestaciones de solidaridad. Son incontables los dibujos y manifestaciones de solidaridad moral, nacional e internacional.
Los mensajes de solidaridad se cuentan por centenas de millares, quizá por millones. Twitter France ha publicado una “visualización” de la expansión mundial de los mensajes de solidaridad, multiplicados a través de los hastag #JeSuisCharlie, #IamCharlie, #IchBinCharlie, #IoSonoCharlie, #YoSoyCharlie. El semanario necesita que esa inmensa solidaridad inmaterial y comunicativa se transforme en solidaridad material y económica urgente.
“Papá se ha ido. Wolinski queda”.
“Ben Laden no ha muerto”.
Matanza en Charlie Hebdo: el dibujo profético.
Irene says
No tengo palabras, solo conmoción
Sigo tu cobertura en ABC, gran trabajo. No puedo decir lo mismo de la mayoría de colegas en estos pagos
JP Quiñonero says
Irene,
Ala… Graciasssssss
Q.-