Violar el secreto de las conversaciones / negociaciones diplomáticas suele costar muy caro.
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Se presta al primer ministro griego esta declaración contra los gobiernos de España y Portugal, ante el comité central de su partido: “Por razones políticas obvias, trataron de llevar a Grecia al abismo, asumiendo el riesgo de una evolución incontrolada, con el fin de evitar un riesgo político interno”.
Cierta o falsa -como denuncian los portavoces más calificados de los gobiernos español y portugués- tal acusación de “tejer alianzas en la UE para derribarle” convierte al primer ministro griego en un aliado poco o nada fiable: un personaje que cuenta en voz alta los “secretos” (¿falsos? ¿reales? ¿manipulados por conveniencia política?) de un consejo de ministros de la zona euro pierde automáticamente confianza y credibilidad.
¿Cómo fiarse de un personaje que cuenta, falsea o manipula unas deliberaciones sensibles, ante el comité central de su partido, con fines evidentemente internos y electorales?
Un mero gesto de Angela Merkel hubiese sido suficiente para negar a Tsipras crédito y confianza, en el Bundestag, que tiene una legitimidad democrática intachable y ha discutido con palmaria responsabilidad las ventajas e inconvenientes de continuar concediendo tiempo y crédito al gobierno griego, evitándo la tragedia de la salida de Grecia de la zona euro, como sugieren muchas e influyentes autoridades
Todos los pequeños y pobres países del este y el norte europeo son agresivamente hostiles a las pretensiones crediticias de Tsipras y su gobierno.
Ni España ni Portugal han tenido jamás una influencia determinante para poder “imponer” sus criterios en un consejo de ministros de la zona euro. Lo de un “eje” Madrid / Lisboa es menos chistoso que Groucho Marx en Cartagena.
Bien al contrario: gobierno y contribuyentes españoles han pagado con mucha, severa y dura austeridad las presiones de la pareja Merkel / Hollande – Alemania / Francia, Piketty: “Los españoles han pagado un precio muy alto por el egoísmo de Alemania y Francia”.
Intentando justificar su aceptación muy parcial de la política del Pacto fiscal europeo, ante un heteróclito comité central de viejos comunistas y arcaicos “izquierdistas”, el primer ministro griego se ha pegado un tiro en el pie, descubriendo un rostro que no inspira ninguna confianza entre sus acreedores.
Cuando se tienen 323.000 millones de euros de deudas, en un país de 10.775.557 habitantes (2014), ese tipo de irresponsabilidad manipuladora suele costar muy cara a los más débiles y necesitados de ayuda, víctimas del desgobierno de su país desde hace varias décadas.
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BBC, Greece’s Tsipras defiant over economic plans.
Alexis Tsipras atiza un guerracivilismo europeo que puede costar muy caro a Grecia.
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TSIPRAS ACUSA A ESPAÑA Y PORTUGAL DE INTENTAR DERROCAR SU GOBIERNO
Atenas, 28 feb (EFECOM).- El primer ministro griego, Alexis Tsipras, defendió hoy ante el comité central de su partido el compromiso alcanzado con el Eurogrupo y afirmó que las fuerzas conservadoras europeas «minaron» cada paso hacia un acuerdo para evitar que el ejemplo heleno creara escuela en España y Portugal.
En la primera reunión del Comité Central de Syriza tras el triunfo electoral del pasado 25 de enero, Tsipras aseguró que aún antes de empezar las negociaciones las «fuerzas conservadoras en Europa, en cooperación con el Gobierno de Samarás, nos habían tendido una trampa», con el fin de que la izquierda fracasara nada más asumir el gobierno.
Con ello aludió a que el conservador Andonis Samarás había firmado una prórroga de tan solo dos meses del rescate para lograr que un Gobierno de Syriza fracasara.
Según Tsipras, el objetivo era causar una crisis financiera y el colapso inmediato del Gobierno.
Lo que no habían previsto estas fuerzas, añadió, era que Syriza acabaría logrando casi la mayoría absoluta en las elecciones, que se iba a formar un Gobierno en tiempo récord y que iba a obtener semejante respaldo ciudadano en las negociaciones.
El líder de Syriza sostuvo que el temor manifestado por Francia, China y Estados Unidos ante la inestabilidad política que podría haber generado una caída del nuevo Gobierno sirvió de ayuda para sacar adelante unas negociaciones.
Según el primer ministro, en las negociaciones España y Portugal, «por razones políticas obvias, trataron de llevar a Grecia al abismo, asumiendo el riesgo de una evolución incontrolada, con el fin de evitar un riesgo político interno».
Tsipras insistió en que el plan de Samarás y el Partido Popular Europeo era el desgaste prematuro del Gobierno o su «rendición incondicional».
Todo esto, recalcó, debía ocurrir antes de que el trabajo del nuevo Gobierno pudiera comenzar a dar frutos, para evitar así que el «ejemplo griego afectara a las correlaciones en otros países, y sobre todo antes de las elecciones de noviembre en España».
«Intentaron empujarnos a hacer concesiones inaceptables, bajo la amenaza de la quiebra» para sembrar la decepción en la población y en las bases de Syriza, sostuvo.
El objetivo final, remarcó, era el fracaso del Gobierno o al menos que se formara un Ejecutivo «de dudosa legitimidad moral y política», siguiendo el ejemplo del ejecutivo tecnócrata de Lukás Papadimos, que gobernó interinamente tras la dimisión del socialdemócrata Yórgos Papandreu en 2011. EFECOM
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