Españoles caídos en la trampa de la economía de la incultura…
No solo partidos, gobiernos y Estado han sido y son culpables de esa catástrofe:
Analizando los orígenes de la última gran depresión económica española, comparada con otras grandes crisis nacionales, Jordi Maluquer de Motes no olvida las culpas colectivas:
“Es cierto que la clase política no ha estado a la altura. Pero, en verdad, el país entero –que, al fin y al cabo, es quien elige a los gobernantes– tampoco estuvo a la altura. Cuando se analiza el pasado, queda claro que no era tan difícil tomar conciencia que se estaba en un camino insostenible a medio plazo, pero quien trataba de llamar la atención sobre el problema era marginado” [ .. ] “Antes mandaba el general y ahora mandan los partidos, a los que se exige que sean quienes aporten soluciones, lo que explica que se hayan elegido a políticos incompetentes, con muy bajo nivel de formación, poco transparentes o sencillamente corruptos” [ .. ] “Dicho todo eso, me pregunto el porqué la tolerancia por los políticos… muchos de ellos no pasarían pruebas sencillas para optar a trabajos de baja calificación o a puestos de modesto nivel en la propia Administración Pública…” La Vanguardia, 2 marzo 2015. Josep Maria Sòria, entrevista con Jordi Maluquer de Motes, El colapso de un modelo.
Tan amarga reflexión tiene hondísimas raíces históricas, culturales, y muchos otros flecos:
El 35 % de los españoles no lee un libro nunca o “casi nunca”.
El índice de abandono escolar español es el más catastrófico de Europa:
[ .. ]
Eurostat, Education statistics at regional level. The Guardian, Poverty and education: a “lost decade” for Spain’s children.
Prolongación indefinida del modelo castizo de economía de la incultura: Juan Benet y la economía del conocimiento / incultura, en Caína.
Los jóvenes españoles, víctimas de la economía de la incultura.
Españoles caídos en la trampa de la economía de la incultura.
Españoles educados para la pobreza, de hoy y de mañana.
La “pobreza estructural” de España confirma el cáncer de la economía de la incultura.
Deja una respuesta