[ .. ]
Il Settimo, 7 abril 2015. Foto JPQ. Michel Rocard:
“No soy muy optimista sobre la actualidad política francesa y europea. Quiero pensar que el socialismo francés está saliendo de una maldición que pesa sobre toda su historia, dominada por el jacobinismo y el marxismo. Esas dos fuerzas alejaron al socialismo francés de la socialdemocracia y de las grandes corrientes reformadoras que hicieron las grandes cambios en toda Europa. El socialismo francés ha tardado demasiado tiempo en hacer la gran revolución que hicieron muchas décadas antes los socialdemócratas del norte, los laboristas ingleses y los socialdemócratas alemanes. Ese retraso se paga”.
“¿Proudhon? Capital en el terreno de las ideas. Pero su herencia nunca llegó a materializarse en el terreno de la práctica política”.
“Mitterrand no fue socialdemócrata. Él fue un jacobino dispuesto a componer con los comunistas para conquistar el poder. Una vez conquistado el poder, gobernó a su antojo. Nada que ver con la cultura socialdemócrata. Era un hombre a la antigua. Creía que la URSS se descomponía “demasiado rápido”, decía. Hizo un viaje a Berlín y a Kiev, para comentar con Gorbachov y los comunistas de la antigua RDA unos cambios que le daban miedo. Yo era su primer ministro. Pero la diplomacia era su coto reservado, como es tradición de la V República. Quizá era evidente que había mucho que temer durante aquel proceso, si los militares comunistas se ponían nerviosos. Pero también era una suerte de ceguera e incomprensión profunda de lo que estaba pasando, la pacífica sublevación de los pueblos sometidos a la bota comunista”.
“¿Podrá reformar Francia y el socialismo Manuel Valls? Lo tiene muy difícil. Manuel es un gran político. Pero, en Francia, ni siquiera el general de Gaulle consiguió hacer las grandes reformas que él deseaba. Francia es un país de una incultura económica gigantesca. Uno de los raros países donde la economía no se enseña desde la escuela primaria. Y esa ignorancia se paga. El jacobinismo y el marxismo de la historia del socialismo y el comunismo francés pasan por esa ignorancia. De ahí que sea muy difícil reformar. Esas fórmulas ideológicas están mal adaptadas a la realidad económica. Un solo hombre no pude cambiar gran cosa. Puede hacer cosas que vayan en el buen sentido, como ocurre con Manuel Valls. Esperemos que tenga suerte y Francia esté saliendo de la maldición que pesaba para la izquierda, con su herencia de jacobinismo y marxismo”.
“¿Europa? Una crisis de inmovilismo espantoso. Sin diplomacia, sin defensa, sin peso en el mundo. Mal adaptada para las grandes convulsiones que se agitan a sus fronteras. Washington, Moscú, Pekín, no tienen interlocutores europeos válidos. Pueden dialogar con los gobiernos de Alemania, del Reino Unido o de Francia: pero Europa es otra cosa, y está paralizada, está dejando de ser un actor en la escena internacional. Europa está corriendo el riesgo de ser víctima del malthusianismo de la deuda, que continúa creciendo y puede convertirse en algo asfixiante Ese fardo pesa de manera trágica en los pueblos europeos, atizando todos los miedos y todos los populismos. Europa necesita reconstruir un proyecto político común, apoyado en una política económica que permita crear trabajo y prosperidad para todos”.
Giscard, el último modernizador de Francia.
Piketty: “Los españoles han pagado un precio muy alto por el egoísmo de Alemania y Francia”.
Un tipo muy brillante el señor Rocard. Este otro, Guy Sorman, también me lo parece.
http://www.abc.es/cultura/libros/20150407/abci-entrevista-sorman-familia-filantropa-201504071241.html
PD
¿Qué le ha ocurrido en sus vacaciones en Cataluña? Está usted muy ácido, Quiñonero. Si es que no me hacen caso sus editores, para que le inviten a unas buenas vacaciones… al otro lado del Atlántico. Quizás, California.
Luis,
En Francia, hasta los clochards son brillantes. ¿Ácido? ¿Yo? Ande, ande, don Luis.
Q.-
PS. Esta tarde o mañana comenzaré a publicar algunas fotos de mis vacaciones catalanas: La alegría de la huerta, de una alegría desbordante, feliz y dicharachera, como no puede ser de otro modo, claro está.